"La luna está preciosa"

Plan

La noche había transcurrido tranquila y el día ya asomaba por las ventanas de la finca mariposa.
Había llegado el momento de poner el marcha el plan.

- Shinobu-Sama, le buscan - Aoi se asomó por la puerta del pequeño comedor donde la mariposa se encontraba desayunando.

"Claro, Tomioka-san me preguntó si estaba libre hoy.."

Acomodó rápidamente su peinado y sus vestiduras frente a un espejo del pasillo y se dirigió hacia el portón donde le estaban esperando.

- ¡Shinobu-san! - aquella brillante sonrisa le trajo a la realidad - ¡Buenos días! -.

- Buenos días, Kyojuro-san - respondió un poco decepcionada, aunque la verdad no se sentía del todo mal - ¿A que se debe tu temprana visita? -.

- Ayer necesitaba hablar contigo sobre algo pero no se dió el momento ¿tienes algo de tiempo ahora? -.

- Bueno... - en realidad no sabía a qué hora Tomioka vendría a buscarla - no estoy segura a qué hora me ocuparé, pero adelante - le hizo un gesto con la mano invitándolo a entrar - siempre tendré tiempo para ti Kyojuro-san -.

Aquellas palabras producían una gran alegría en el pilar de la flama, y aunque quisiera ocultarlo, la sonrisa que se dibujaba en sus labios lo delataban.

Volvieron juntos al lugar donde la mariposa se encontraba desayunando, y Rengoku, a pesar de ya haber comido, aceptó acompañarla con una taza de té.

Ahí se quedaron hablando bastante tiempo, Kyojuro estaba muy preocupado por su hermano menor, él quería seguir sus pasos y eso estaba ocasionando gran cantidad de problemas entre su padre y el.

No sabía cómo solucionar aquello, y la verdad Shinobu tampoco, pero ella era la única con la que podía desahogarse más que sea un momento.

- Ya me siento mucho mejor.. - le dijo con una sonrisa.

- Kyojuro-san... No he hecho nada - respondía confundida - sumimasen, de verdad quisiera ser de ayuda -.

- Ya lo eres Shinobu-san - le dijo tomando una de sus manos entre las suyas - arigato, siempre estas para escucharme, me entregas tu tiempo y eso es algo invaluable -.

Siguieron conversando más cosas triviales, de la vida, de las misiones, de problemas que habían tenido con sus cuervos ultimamente, y sin darse cuenta más de dos horas habían pasado.

Shinobu ahora tenía la vista clavada en el reloj que decoraba aquella pared, lo cual no pasó desapercibido para Rengoku.

- Sumimasen, de seguro tienes cosas que hacer - dijo mientras comenzaba a incorporarse - no quiero ser una molestia -.

- Ne Kyojuro-san - alcanzó a sostenerlo de la manga de su haori - ¿Me acompañarías a regar los jardines? -.

- ¡Verás que soy el mejor jardinero de todo el pueblo! - con una amplia sonrisa cogió la mano que lo sostenía por el haori y le ayudó a levantarse - es agradable tener días libres, sobretodo si puedo compartirlos contigo Shinobu-san -.