- Kyo.. juro... - sintió su cuerpo colocándose frío desde la cabeza hasta hasta las puntas de los dedos de sus manos y pies. Su visión se volvió borrosa, un silbido resonaba en sus oídos..
"Siempre estaré para protegerte, donde quiera que me necesites ahí estaré, no permitiré que nada malo te suceda, aun cuando no sigamos estando juntos... lo haré"
Fue lo último que pudo escuchar antes que sus ojos se cerraran y perdiera el conocimiento siendo recibida por los brazos de Tomioka.
Este aún no podía interiorizar lo que acababa de oír. No podía ser posible. No aquel hombre..
El cuervo volvía a gritar el horrible mensaje por los cielos.
Sin darse cuenta hasta que sintió la humedad en su ropa pudo percatarse de cómo las lágrimas habían comenzado a escurrir por su rostro de tal forma que mojaban su uniforme.
- ¡Tsk, MALDICIÓN! - con su brazo libre dio un golpe contra el suelo.
"Rengoku-san.. De haber conocido el desenlace de esto.. hubiese deseado ir yo en tu lugar.."
Recostó a Shinobu procurando dejar su cabeza en alto y fue en búsqueda de un vaso de agua con azúcar.
Mientras no estaba, la pequeña mariposa abrió sus ojos, los cuales de forma instantánea se llenaron de lágrimas. Llevó una mano a su boca para apagar sus gritos mientras se retorcía en el piso. Su corazón quemaba, su alma ardía y se desgarraba, y, entre cada uno de sus gritos, sentía que parte de ella le abandonaba.
- Baaka... - no se había sentido tan destrozada desde que había perdido a Kanae, con las pocas fuerzas que tenía se colocó de rodillas sobre el césped - hicimos una promesa Kyojuro-kun... -.
¿Alguna vez has sentido tanto dolor, el cual no es físico si no que es netamente de tu alma, que crees que tu pecho se está partiendo en ese mismo instante? No puedes detenerlo, no puedes acabar con su causa.. No se compara al poder quitar la astilla que se ha enterrado en tu mano.
Duele, duele como el infierno, te quema, y lo peor, no puedes quitar la causa. Está ahí presente, con cada pensamiento, con cada recuerdo.. Con cada insignificante sonido u aroma que te recuerda a esa persona.."Por favor, sea lo que sea que tengas en mente, detente.. No necesitas exponer tu vida.. No lo permitiré. Si es por la segunda luna superior, te prometo que juntos lo venceremos, así que.. Detente por favor..."
-¡HICIMOS UNA MALDITA PROMESA! - gritó Shinobu hasta quedar sin fuerzas, y afirmando sus antebrazos, se dejó caer al piso.
Hay momentos en los que intentas aferrarte a cualquier situación que haya quedado inconclusa con el único fin de impedir que aquella persona se vaya de tu lado, Shinobu intentaba recurrir a ello, a cada mínimo recurso que le ayudara a impedir que él se fuera de su vida, pero muy en el fondo, sabía que Rengoku ya jamás le acompañaría.
Tomioka venía llegando a su lado en aquel momento, intentó de mil maneras posibles convencerla de beber el agua que le había traído, pero resultó en vano. Tanta fue su insistencia que Shinobu, completamente fuera de sí, terminó por lanzar lejos aquel pequeño recipiente que contenía el líquido.
Giyuu estaba destrozado, aunque no se podía comparar a lo que la chica a su lado sentía. Se preguntaba que decir en aquel momento para poder brindar el más mínimo consuelo, pero la respuesta que llegaba a su mente sólo provocaba que el dolor en su pecho creciera.
"Rengoku-san hubiese sabido claramente que decir y hacer..."
Sin pensarlo más se dejó caer bruscamente de rodillas y agarró a Shinobu como una presa entre sus brazos, con mucho temor de que esta le apartara y lo alejara como hizo con aquel vaso. Pero para su sorpresa, la pequeña mariposa se volteo y se aferró firmemente a su uniforme, sentía incluso que ya estaba a punto de arrancarselo por la tracción que ejercían sus manos.
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"La luna está preciosa"
FanfictionEl tiempo ha pasado y no es el niño alegre que conocí, ni siquiera parece recordarme... -Nee Ne, Tomioka-San, esta noche la luna también está preciosa!- exclamé, como un intento desesperado por tocar sus profundos recuerdos. - Shinobu, tu... - [Este...