Esos no son sus ojos

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"De seguro tuvo algo que hacer" pensaba Tomioka mientras se daba un relajante baño al volver del monte, hundiéndose en las burbujas y sus pensamientos.

Salió luego, cerrando la puerta tras de si, fue a ver a Sabito para conversar y luego disponerse a dormir. Pero antes de llegar..

-Caw! Caw! Estén alerta, no abandonen la casa, un demonio muy ágil se encuentra merodeando en las cercanías - llegó anunciando estruendosamente el cuervo de Urokodaki-sama - manténganse en casa, repito, manténganse en casa.

- ¡NO PUEDE SER! - Makomo y Sabito se habían asomado al pasillo donde aquel animal gritaba, encontrándose a Tomioka en medio de este - ¡Kocho-San fue al monte a buscarte! - grito Makomo.

"Kocho.." Tomioka corrió a su habitación para ir por la katana que Urokodaki le facilitaba para realizar las guardias, se equipó todo en 5 segundos y corrió hacia la puerta, donde fue detenido por la mano de Sabito.

- ¿A donde crees que vas? - le dijo frunciendo el ceño - las instrucciones de Urokodaki-sama fueron bastante claras.. ¿Y si es una luna superior? Tu mismo dijiste que ningún demonio se acercaría a aquellos árboles de glicina en el monte así que puedes quedarte tranquilo en casa -.

Tomioka simplemente lo empujó sin decir palabra, pero Sabito impuso resistencia.

- ¡Te he dicho que de aquí no te mueves! -.

- ¡Kocho-San me necesita! ¡Es mi culpa que este allá! -.

- ¡No iras a ningún lado! No me permitiré seguir perdiendo a quienes amo, menos por una desconocida -.

La ira lo estaba consumiendo, nunca había sentido algo tan oscuro hacia Sabito, no sabía cómo evadirlo, este era mucho más ágil y fuerte. "¿Saltar por la ventana? Me alcanzará apenas lo haga", "quizás.. Empujarlo contra la pared.. No, su fuerza me supera". Tomioka se estaba comenzando a desesperar, hasta que apareció su ángel de la guarda, Makomo, completamente equipada.

- ¡Si no va Giyuu iré yo Sabito! - lo miró decidida.

- Makomo.. -.

- Estas tratando de "desconocida" a quien Urokodaki-sama nos dijo que era una más de nosotros y además sabes lo que Giyuu siente por ella. ¡A veces odio que seas tan cuadrado! - grito para salir corriendo hacia la puerta - ¡Vámonos Giyuu!.

Ambos chicos emprendieron marcha dejando a un muy molesto Sabito en aquel pasillo, cuestionandose el porqué hacer lo correcto era, en este caso, lo incorrecto.

Sentada aún entre aquellos arbustos, Kocho recién se daba cuenta de lo oscuro que estaba ya su alrededor. Estuvo mucho tiempo sumida entre lágrimas y pensamientos, pero le sirvió para aclarar su mente y su corazón. Decidió ponerse de pie para volver a casa... "La verdad creí que él volvería por mí".

En eso, siente unos pasos tras de si..

- ¡Tomioka-San! - dijo para luego voltearse, pero para su sorpresa, aquellos ojos no eran los profundos mares que ella esperaba encontrar. - ¿Quién eres tú? -.

 - ¿Quién eres tú? -

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"La luna está preciosa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora