- Sanemi-San, lo mejor será separarnos - dijo la pequeña mariposa al chico que corría junto con ella por los techos, el cual al escuchar sus palabras la sostuvo por la manga de su haori.
- Sigamos juntos y mantente tras de mi -.
- Pero Sanemi-San, de esa forma la misión se volverá demasiado lenta - reclamaba Shinobu - si nos separamos cubriremos un área más grande y será posible encontrar más rápido al demonio -.
Shinazugawa detestaba la idea de separarse de la chica, por fin tenía una excusa para pasar el mayor tiempo posible a su lado sin que se viera como algo extraño. Además, si el hecho de buscar al demonio de forma individual hacía que la duración de la misión disminuyera, se negaría a toda costa.
- Este tipo es peligroso, no sería bueno que ninguno de nosotros vaya solo a buscarle - tomó la mano de la pequeña mariposa y le brindó una sonrisa - Entramos juntos en esta mierda y así mismo saldremos de ella. No habrán más perdidas -.
"Shinazugawa esta actuando demasiado extraño... Hace años que no le veía sonreír"
Shinobu intentó soltarse del agarre del Pilar del Viento pero fue inútil, este la sostenía firmemente, así que al final terminó por resignarse.
-Esta bien, Sanemi-San - dijo suspirando y volviendo a sonreír como cada segundo lo hacía.
(...)
Los días de Tomioka pasaban de forma bastante ocupada entre las misiones a las que era asignado además del entrenamiento especial que Urokodaki-sama había comenzado a impartirle. Pero aún así las palabras que ese tipo le dijo antes de irse cada día daban vueltas en su cabeza.
- ¡Tomioka concéntrate! - su maestro golpeó fuertemente su vientre con un bastón - necesito que te mantengas en calma y controles tu respiración correctamente -.
"En calma.."
Solo ella le hacia sentir en calma.. ¿Tendría que pensar en ella si quería conseguirlo? Bueno, nada perdería con intentarlo.
Recordó rápidamente los ojos de Shinobu y esa falsa sonrisa, la forma en la que sus revoltosos cabellos caían a los costados de su rostro, el suave aroma que emana de su piel en cada instante, el cálido tacto de sus manos cuando le acaricia, y la forma en que se siente cuando él le tiene en sus brazos.
Si.. Eso era para el sentirse en calma..
- ¡Así Tomioka! - su maestro le felicitó subiendo la voz - ¡Jamás vi a alguien lograrlo tan bien y de forma tan rápida! -.
"Calma.."
- Ahora vamos, tenemos que perfeccionar las técnicas que ya conoces -.
Urokodaki y su discípulo se perdieron caminado por aquel bosque, mientras Sabito se encontraba en casa cuidando a Makomo que hacía solo unas horas había por fin vuelto a casa.
(...)
Era ya el octavo día de misión y no habían logrado dar con el paradero de aquel demonio, el cual al parecer sabía que le buscaban, ya que no se mantenía por mas de dos días en el mismo pueblo.
Shinobu seguía frustrada creyendo que si se separaban la búsqueda sería más efectiva, pero no lograba que Shinazugawa se despegara de ella en ningún momento. Y este, a su parecer, cada día actuaba más extraño cuando se encontraba cerca.
- Creo que también lo hemos perdido por hoy - dijo Sanemi - ya no siento su presencia en este lugar -.
- No puede ser, el próximo pueblo está a dos días de camino - Shinobu estaba bastante frustrada pero no podía demostrarlo, la verdad, extrañaba mucho a aquel chico de ojos azules.
-¿A donde vas? - Sanemi no entendía por qué la chica se dirigía hacia el bosque si ya era hora de ir a descansar - estuvimos buscando toda la noche, necesitamos descansar un momento -.
-Ya no hay tiempo que perder Sanemi-San - dijo sin dejar de avanzar - no podemos perder más tiempo -.
Shinazugawa intentó detenerla varias veces, pero la verdad es que aquella pequeña mariposa era bastante ágil y no tuvo complicaciones en evitar que este la sostuviera, ya que sabía que si lograba hacerlo estaría perdida, no tendría la fuerza suficiente para soltarse.
Así se mantuvieron por alrededor de dos horas hasta que finalmente el pilar se resignó y llegaron al acuerdo de seguir viajando al siguiente pueblo pero que al caer la noche se alojarían en algún hostal para descansar.
- Lo siento señor, solo tenemos una habitación matrimonial disponible - dijo la dueña del único hostal que había en aquel camino que unía ambos pueblos - si gusta puedo mostrársela a ver que opina -.
Un ligero rubor cubrió el rostro de Sanemi al pensar en compartir la habitación con la joven Pilar.
Este, al ver que un nuevo sujeto que acababa de entrar se dirigía hacia el mesón, lo más probable a alquilar la última habitación disponible, decidió rápidamente solicitarla antes que el otro le ganase.A paso lento se dirigió a donde Shinobu le esperaba, mientras pensaba en una forma de decirle que tendrían que compartir la habitación.
- Oe, Shinobu - la chica lo quedó viendo atentamente - bueno... -.
-¡Como es posible que no queden habitaciones disponibles! - una estruendosa voz se escuchó desde el mesón - ¿De que me sirve saber que la última que quedaba se la arrendó a ese sujeto? -.
- Ara ara, supongo que no habrá más remedio que compartirla - dijo con una sonrisa Shinobu sin que Sanemi haya tenido que explicar nada.
Se dirigieron hasta la habitación con el número que indicaba la llave y en medio de un tenso e incómodo ambiente finalmente entraron.
-Yo.. Tomaré el baño primero - dijo Shinobu desapareciendo tras la única puerta que había además de la entrada en aquella habitación.
Sanemi se recostó sobre el futon con los brazos extendidos, no podía creer que tan fácilmente las cosas se hayan dado de esa forma, seguro era obra del destino.
Se levantó un momento y se acercó a la puerta que daba hacia el baño, la cual al ser de papel le permitió ver la silueta de una menuda chica, cuyo cuerpo desnudo ingresaba a una cálida bañera.
El rubor cubrió completamente su rostro y en un brusco movimiento se apartó del lugar para volver hacia el futon. Se sentía atrapado y acalorado dentro de esas cuatro paredes, necesitaba aire desesperadamente. Se afirmó en la pared durante lo que el creyó fueron unos pocos minutos y de repente ingresa a aquella habitación la chica que tan enfermo le había hecho sentir hace un momento atrás.
- ¿Te encuentras bien Sanemi-San? - pregunto la mariposa - ¿No sientes fiebre? -.
- Tsk! no se a que te refieres - dijo volviendo a sentarse en aquel futón.
- Tu rostro está muy rojo - Shinobu se acercó a él y se agachó para poder quedar a su altura, entonces colocando su mano en la frente del chico para luego colocar su propia frente contra esta le dijo - ¡Estas ardiendo Sanemi-San! -.
El rostro de la mariposa estaba cerca, demasiado cerca del suyo, podía sentir claramente la respiración de esta chocando con la suya. El tacto de su mano sobre su frente se sentía tan suave, igual a como lo era el sentir las manos de aquella chica que tiempo atras acariciaba lentamente las cicatrices de su rostro. Y esa sonrisa, esa hermosa sonrisa que acompañaba cada palabra, cada gesto, esa dulce sonrisa estaba en este momento a solo un par de centímetros de sus labios.
Aquello, lo cual no había sido más que un inocente acto para comprobar la temperatura del muchacho terminó por convertirse en la peor desicion que la pequeña mariposa había tomado aquella noche.
Desearía jamás haberse acercado..
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"La luna está preciosa"
FanfictionEl tiempo ha pasado y no es el niño alegre que conocí, ni siquiera parece recordarme... -Nee Ne, Tomioka-San, esta noche la luna también está preciosa!- exclamé, como un intento desesperado por tocar sus profundos recuerdos. - Shinobu, tu... - [Este...