Viaje

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Lentamente transcurrió la noche, y los primeros rayos del sol por fin estaban haciendo presencia en aquellas ventanas.

Tomioka abrió sus ojos y para su sorpresa, se encontró recostado en aquel futon completamente sólo. No había rastros de Shinobu por ningún lado.

Le buscó en la cocina, en la enfermería, por los pasillos, en los jardines, pero nada. Hasta que al encontrarse con una de las damas esta le mencionó que la chica que tanto buscaba había abandonado la finca hace un par de horas, mientras aún no amanecía.

Tomioka, no comprendiendo a donde pudo haber ido esta tan temprano, agradeció a la mujer y juntando sus cosas se retiró para ir a su hogar, tenía que llegar a preparar todo para su viaje.

Atravesó lentamente aquel portón dando un vistazo hacia atrás, lo cual le trajo a su mente un montón de recuerdos vividos ahí. Como lo fue el primer día que visitó ese lugar, cuando la Pilar de la Flor sin motivo alguno le invitó a compartir el té con ella y sus hermanas. Quien diría que finalmente esa sería la primera visita de muchas, y que su corazón caería rendido por una de ellas, por la más terca de todas.

- Sayonara, Tomioka-San.. - mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, Shinobu le observaba desde un tejado como se retiraba a paso lento desde su hogar.

No tuvo las fuerzas necesarias para despedirse de él, es por eso que decidió levantarse muy de mañana, cuando este aún seguía dormido, y esperar a que alguna dama se despertara también y así fingir frente a ella que abandonaba la finca.

(...)

- ¿Estas seguro de esto muchacho? - Urokodaki no terminaba de entender del todo los propósitos de su discípulo, puesto que este tampoco había entrado en muchos detalles del por qué se iba.

- Hm - se limitaba a responder mientras preparaba todas sus cosas - Además así aprovecharé de hacer guardia en pueblos apartados, de los cuales los demonios se han aprovechado -.

- Veo que no hay forma de detenerte - dijo finalmente con un tono de resignación - Si Oyakata-sama te ha dado su aprobación entonces no hay nada que pueda hacer...-.

Tomioka terminó de preparar su pequeño equipaje y se unió a su maestro para emprender camino hacia el hogar de Ubuyashiki-sama, donde se llevaría a cabo la ceremonia.

Esta transcurrió con normalidad, se realizó frente a todos los pilares como de costumbre, bueno, excepto frente a una, la joven Pilar Insecto, a la cual aún con algo de esperanza, Giyuu buscó entre los presentes, más tal como había dicho, no estaba ahí.

Ahora oficialmente él era el pilar de agua.

- Felicitaciones - se acercó un joven de un peculiar aspecto, su cabeza parecía fuego - soy el Pilar de la Flama, espero podamos trabajar bien, puedes llamarme Rengoku -.

- Arigato -.

Rengoku no esperaba una respuesta tan breve, lo cual lo sacó un poco de onda, pero seguiría intentando socializar con el nuevo pilar.

- y.. bueno... ¿Te encuentras nervioso por el nuevo desafío? - la verdad el si se encontraba nervioso, que difícil era conversar con este sujeto.

- No realmente.. - respondió este sin hacer contacto visual.

A Rengoku se le escapó un suspiro, se preguntaba como Shinobu podía ser tan cercana a él con lo parlanchina que es.

"Claro... Shinobu"

- Es raro no ver a Shinobu por acá, tengo entendido que Oyakata-sama no nos envió a misiones para poder estar presentes en este momento - los ojos de Giyuu al fin le miraban, dijo un nombre clave - ustedes parecían muy cercanos ¿Sabes por qué no ha venido? -.

"La luna está preciosa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora