El tiempo ha pasado y no es el niño alegre que conocí, ni siquiera parece recordarme...
-Nee Ne, Tomioka-San, esta noche la luna también está preciosa!- exclamé, como un intento desesperado por tocar sus profundos recuerdos.
- Shinobu, tu... -
[Este...
Bastó un solo movimiento para que el pilar le tomara firmemente y la sometiera bajo de sí. Sus manos afirmadas sobre sus hombros impedían que esta pudiera levantarse, y su rodilla colocada entre ambas de sus piernas impedía que la chica pudiera zafarse de aquel brusco agarre.
- Espera.. Por favor.. - la chica intentaba reprimir unas lágrimas que querían caer de sus ojos al sentirse tan indefensa y violentada - ¿Qué estas haciendo Sanemi-San? -.
Este no respondía, era como si ni siquiera pudiese escuchar las palabras, sollozos y bruscos forcejeos de la chica bajo él, simplemente la miraba fijo a los ojos, como si su mente estuviera en otro lado.
- Sueltame por favor.. -.
Pero no fue así, al contrario, en un abrir y cerrar de ojos Shinazugawa intensificó su agarre sobre aquel inofensivo cuerpo para finalmente dejar caer de forma agresiva sus labios sobre los de ella.
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Shinobu se resistía apretando sus propios labios e intentando incansablemente mover su rostro para terminar con aquel beso. Pero este lo sostuvo entre sus manos dejándola sin escapatoria.
Continuó besándola de forma insensible y bruscamente logró separar sus labios para abrir paso a su lengua dentro de la boca de aquella chica.
Las lágrimas comenzaron a brotar desde los ojos de Shinobu mientras golpeaba con firmeza al tipo que se encontraba sobre ella, cuyas manos habían comenzado a acariciar cada centímetro de su cuerpo.
"Promete que no volverás a dejar que otro hombre te toque.."
Las palabras de Tomioka se sentían como puñaladas en su pecho, le estaba fallando, por mas que luchara, no estaba logrando cumplir su promesa.
- Kanae.. -.
Aquella palabra escapó de los labios de aquel chico junto con un estruendoso suspiro. Por fin Shinobu logró comprender lo que estaba pasando, no completamente, pero al menos si gran parte de ello.
"Gomenne Tomioka-san.."
Entonces, Shinobu encontró el momento preciso.
Shinazugawa se había desconcentrado, lo notó cuando este aflojó su agarre sobre su cuerpo, y con un ágil movimiento la pequeña mariposa le dio un fuerte rodillazo directamente en su entrepierna provocándole un gran dolor que lo hizo separarse.
- ¡SHINOBU! no es lo que crees - dijo al parecer recién reaccionando.
Desesperadamente la chica cogió su haori y su nichirinto y huyó hacia el bosque, no tenía intención de volver jamás a aquel lugar, ya había cogido las únicas cosas valiosas que tenía en esa habitación, no necesitaba volver para nada.
Corrió, corrió y terminó por esconderse en la copa de un gran árbol al que le fue fácil trepar.
Las lágrimas nuevamente comenzaron a rodar por sus tibias mejillas, le había fallado al hombre que amaba, se sentía sucia, deshonrada.. Ocultó su cabeza entre sus piernas que mantenía abrazadas y ahí se quedó, segundos, minutos, y unas cuantas horas, hasta que una presencia llamó su atención.
