Eres débil

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El día estaba cálido, los pájaros cantaban, el viento frío soplaba haciendo bailar las hojas de los árboles y el silencio reinaba. Pero la verdad.. No era incomodo.

Si bien, la petición había tomado por sospresa a aquella chica, esta de verdad deseaba quedarse para poder conocer más a este chico que se había apoderado de sus pensamientos.

-Nee, Tomioka-San hablame de ti.. - inició la conversación la chica.

-No hay nada interesante que hablar sobre mi vida... -.

- Tomioka-San ¿Cuál es tu nombre? -.

- ¿Es enserio? - Dijo frunciendo el ceño.

- ¿No quieres hablar conmigo, Tomioka-San?-.

- Giyuu, Giyuu Tomioka -.

La chica le regaló una sonrisa tan hermosa como el mismo cielo, o eso pensó Tomioka al creer que esta parecía un ángel.

-¿Cuántos años tienes, Giyuu Tomioka? -.

-15.- dijo antes de recordar la extraña conversación que habían tenido la noche que se conocieron.. - ¿y tu? De verdad no me hagas adivinar, quiero volver vivo a casa.

La chica no pudo contener una risa - Tengo 12, Giyuu-San, pero entiendo a que te refieres. - Ella sabía muy bien que no representaba su edad, y eso siempre le traía problemas o burlas - Desde que nací le dijeron a Madre que sería débil, que no crecería bien, es más, le dijeron que yo moriría poco después de nacer. Ese era mi destino.-

-Es una estupidez eso del destino, nada está escrito, un día puedes sentirte la persona más afortunada del mundo y al otro lo has perdido todo.. -.

La chica podía imaginar que era lo que pesaba en sus palabras y en su corazón, Sabito se lo había comentado no hacía mucho, y a pesar de haber pasado por lo mismo, no encontraba la forma de hablarlo suavemente "Tsk, debe ser por mi falta de tacto, ojala fuera como Kanae-chan, ella siempre es dulce".

-Los demonios.. - continuó el chico, aliviando los pensamientos de ella- me robaron todo lo que amaba, oneesan se sacrificó por mí, ella dió su vida para que yo pudiera continuar viviendo.. ¡El mundo es injusto! ¡Yo debí haber muerto en su lugar! - sus ojos se llenaron de lágrimas, nunca habia podido desahogarse con nadie, ni siquiera con Sabito ya que sabía que este había pasado por lo mismo y se molestaría si le viera así - Oneesan tenía una hermosa vida de casada por delante, debía sonreír más, debía tener hijos, debía.. Debía vivir..-. No pudo continuar hablando, escondió su cabeza entre sus piernas y así se mantuvo, sin decir palabra, solo podía oírse el sollozo de sus labios al continuar llorando.

La chica lo miraba impactada, no se esperaba que la conversación diera este giro, no estaba preparada "¿qué se dice en estos casos?" Debía pensar algo y luego, ya que los minutos pasaban y el chico seguía llorando

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La chica lo miraba impactada, no se esperaba que la conversación diera este giro, no estaba preparada "¿qué se dice en estos casos?" Debía pensar algo y luego, ya que los minutos pasaban y el chico seguía llorando.

- Eres débil, Tomioka-San.. - dijo con seriedad en su rostro.

Eso fue bastante inesperado, pero al menos sirvió para que las lágrimas de aquel chico cesaran

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Eso fue bastante inesperado, pero al menos sirvió para que las lágrimas de aquel chico cesaran.

- Yo también lo soy - continuó, aún con esa seriedad - es por eso que también he decidido convertirme en cazadora de demonios.
En la finca no están de acuerdo con esto, en un pequeño entrenamiento de evaluación quedó al descubierto que no tengo la fuerza suficiente para cortar la cabeza de uno de ellos, pero eso no hará que me rinda, estoy segura que debe haber otra forma, y por lo mismo he estado avanzando en mis conocimientos de alquimia, no me detendré hasta crear un veneno eficaz de matar a esos monstruos. - su mirada estaba perdida en el atardecer, el sol caía lentamente y las corrientes de aire agitaban su cabello -.

-Yo.. - Tomioka fue callado antes que pudiera hablar.

- Tomioka-San, tu hermana no dio su vida para que tu vivieras una deseando haber muerto. Si ya estás en esto, debes convertirte en un gran cazador, capaz de impedir que otras personas mueran a manos de los demonios.-

Mantuvieron sus miradas por unos segundos, el sol estaba casi por terminar de caer lo que daba un hermoso cielo anaranjado rodeandolos en el monte.

Tomioka dio una leve sonrisa - Arigato,.. Eeh-. Recién había caído en que jamás preguntó el nombre de la chica, ahora entendía por qué está le había preguntado el suyo hace un momento atrás.

-Dime Kocho - Respondió como si pudiera leer sus pensamientos mientras esbozaba una sonrisa.

"Aún usa sus poderes de bruja" pensó Tomioka, sin evitar reir.

-¿Que es tan gracioso? - preguntó extrañada la chica.

-Arigato, Kocho-san- dijo mientras daba una de las sonrisas más hermosas y sinceras que la chica había visto en su vida.

- Pronto anochecera, lo mejor es que volvamos - sugirió Tomioka a una pequeña Kocho que aún lo miraba perdida en su sonrisa haciéndola aterrizar nuevamente - ¿Vamos? - en un dos por tres se había incorporado, y extendía su mano para ayudar a levan...

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- Pronto anochecera, lo mejor es que volvamos - sugirió Tomioka a una pequeña Kocho que aún lo miraba perdida en su sonrisa haciéndola aterrizar nuevamente - ¿Vamos? - en un dos por tres se había incorporado, y extendía su mano para ayudar a levantar a aquella chica que cada vez le interesaba más.

- Vamos.. - se aferró a aquella cálida mano para levantarse, no quería soltarla, no por un momento.

Para ambos chicos era como si justo ahora todo alrededor no existiera

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Para ambos chicos era como si justo ahora todo alrededor no existiera. Solo el viento jugueteando entre sus cabellos, el último y cálido rayo de sol acariando sus mejillas, el sonido de las hojas de los árboles al bailar, y el tacto de sus manos, cada una fija a la otra mientras sus ojos gritaban todo lo que sus corazones callaban.

Fue un instante perfecto.

"La luna está preciosa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora