One Shots || BTS

𝕷𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖓𝖔 𝖉𝖎𝖏𝖊 { 𝖄𝖔𝖔𝖓𝕶𝖔𝖔𝖐 }

•Contenido sensible (tampoco tanto, pero el que avisa no es traidor).

Todavía no lo entiendes, ¿verdad? Estoy seguro de que aún te cuestionas el porqué de mi ida. Tranquilo, siéntate y respira hondo, porque voy a decirte todo lo que no me atreví a decir cuando aún quería creerme que me amabas. Voy a explicarte el porqué no puedo quedarme ni un segundo más a tu lado, Min YoonGi, y espero que puedas comprenderlo.

Supongo que debería repasarlo todo desde el principio. ¿Recuerdas como nos conocimos? Fue gracias a que compartíamos una amistad con SeokJin. Yo era un chico bastante tímido, y desde un primer momento ni si quiera pude mirarte, pero tú, por el contrario, parecías obsesionado, pues tus orbes estuvieron fijos en mí durante la mayoría del tiempo. Yo estaba bastante cohibido ante tus dos ojos felinos, sin atreverme pronunciar palabra alguna porque tu sola figura era intimidante.

Aquella no fue una época fácil para mí, todavía tenía 19 años y hacía relativamente poco que había admitido mi orientación sexual. De hecho, ni si quiera la había aceptado. La universidad estaba acabando con mis ganas de vivir, estaba estresado las 24 horas del día y apenas podía dormir entre cafés y apuntes. De aquella, estaba realmente mal, sin un rumbo fijo para mi vida y con demasiadas dudas sobre mí mismo. Supongo que era mucho más vulnerable, y que cualquier muestra de cariño para mí en ese entonces valía oro. Necesitaba ayuda aunque no la pidiese.

Como iba diciendo, no compartimos miradas ni palabras aquel día, y de verdad pensé que no volvería a verte jamás, pero SeokJin siempre fue alguien muy persuasivo y consiguió que aceptase, aunque muy a mi pesar, quedar una vez más con aquel extraño grupo que me había presentado. Ese día sí que lo recuerdo como si fuese ayer, y lo digo porque he estado intentando aferrarme a ese pasado demasiadas veces.

Quedamos en un bar a eso de las siete de la tarde, y yo me apoyé en la barra mientras vosotros charlabais animadamente a unos cuantos metros. La calidez del lugar, el ruido que se colaba sin cesar por mis oídos y el olor a alcohol estaban logrando aturdirme, mi cabeza estaba a punto de estallar y deseaba encontrar una excusa para poder irme a casa a seguir con mis estudios, pero apareciste tú.

Min YoonGi, tan frío, tan imponente, tan misterioso. Pantalones azul marino
rotos, camiseta blanca y chaqueta negra; pelo azabache tan oscuro como las noches invernales cubiertas por nubes que no dejan pasar ni un rayo de luna; y dos ojos fijos en su presa. Para mi desgracia, aunque de aquella lo llamé suerte, la presa era yo. Te sentaste a mi lado en la barra y pediste una cerveza por los dos, invitándome sin palabras a un trago que yo acepté. Nunca fuiste para nada como aparentaba ser, como todos decían que eras, aunque ahora ya no podría asegurarte con certeza quien eres.

Ahí, justo en ese momento y sin yo saberlo, me atrapaste entre tus garras. Fuiste tan amable y dulce, tu presencia fue tan acogedora y las palabras simplemente fluyeron demasiado bien contigo que, ¿quién no se habría dejado llevar? Fuiste la primera persona que me hizo sentir así después de tanto tiempo, y no pude evitar confiarme. Mi corazón latía al son de tus palabras y estaba anonadado con tu inefable belleza, perdiéndome en aquellos inocentes ojos felinos. Incluso te ofreciste a acercarme a mi casa cuando ya prácticamente todos se habían ido y la noche se nos había venido encima. ¿Debí haber dicho que no? ¿Es culpa mía por haberme aferrado a la primera esperanza que vi?

No sólo me llevaste en moto hasta el portal de mi edificio, también me diste tu teléfono por si te necesitaba en algún momento, cuando mis emociones fuesen demasiado para mí y necesitase huir un buen rato. Te vi como a mi salvador entre aquella bruma negra que se alzaba ante mí, y no pude evitar sentir un cosquilleo agradable ante tus palabras. Como ya he dicho, era vulnerable, cualquiera que se hubiese acercado a mí de aquella forma se habría ganado mi adoración, pero tuviste que ser precisamente tú. Ahora que lo veo desde otra perspectiva, soy más consciente de lo iluso que fui.