Su mano estaba pálida, más de lo que debería, y su piel, que siempre había sido de un color canela suave pero muy atractivo, lleno de vitalidad y brillo, parecía ahora marchita, de un color blanquecino y amarillento irreconocible. Semejaba estar sin vida, como si hiciese tiempo que algo en él hubiese muerto, y estaba seguro que así había sido. Apretó la mandíbula cuando levantó la mirada hacia su rostro.
Se había llevado a su chico.
Miró hacia atrás de forma metafórica, viendo de alguna manera aquella cabellera reluciente y larga que casi cubría sus ojos y que él amaba tironear para molestarlo. Ya no quedaba ni rastro de ese vivo cabello que lo caracterizaba. Sus labios habían adoptado tonos violáceos que en nada se parecían a aquel pálido rosa que los hacía únicos. Recordaba su suavidad, su sabor afrutado, y ahora solo estaban secos y agrietados. Lo que había sido un cuerpo sano y fuerte no parecía más huesos que carne, pues su piel se adhería a su esqueleto, como si estuviese desnutrido, aunque no era así totalmente. Sin poder evitarlo, llevó una mano hasta la contraria, y el nudo en su garganta se hizo más fuerte al notarla totalmente helada y frágil.
Lo único que le quedaba de él eran sus ojos. Se encontraban cerrados, pero por mucho que el tiempo había ido avanzando, jamás habían perdido el brillo característico. Tenía que agradecer al infinito por ello, porque no habría soportado tener que mirar unos ojos vacíos, menos todavía cuando se trataba de él. En cuanto aquel resplandor desapareciese, podría estar seguro de que su pequeño habría muerto totalmente. Mientras tanto, aún sabía que su alma seguía a salvo y que, por mucho que le quedasen tan solo días, tenía una esperanza reluciendo en sus orbes achocolatados, llenos de vitalidad y un amor incondicional que le había otorgado.
En un único gesto, llevó su propia mano a su cabeza y acarició con suavidad desde su frente a sus orejas, dejando un delicado beso en su sien. Su pecho se oprimió al pensar en que, en cualquier momento, tendría que soltarlo para dejarlo ir. No estaba lo suficientemente preparado, jamás lo había estado, y aún así seguía soportando día tras día el tener que ver como su estado se deterioraba. Había tenido esperanza desde el minuto cero, pero poco a poco sus ilusiones fueron cayendo, las pocas cosas que podían salvarlo se desvanecían y hubo un momento en el que se tuvo que resignar a lo que todo el personal le explicaba: no iba a sobrevivir. No era fácil asumir de un día para otro que el pilar de su vida estaba en su lecho de muerte, que un día tendría que dejar de hablarle, de apoyarle y de verlo más que en fotografías.
Si tan solo le quedase un poco más de tiempo, habrían hecho todo aquello que tenían planeado.
Si tan solo le quedase un poco más de tiempo, ambos tendrían un anillo adornando sus manos.
Si tan solo fuese un poco más que un par de días...
Miró al frente de nuevo, viendo como los ojos del chico se abrían poco a poco. Despacio, porque esos techos blancos relucían tanto que deslumbraban, sobre todo si habías hecho una siesta de casi veinte horas. Podía sonar exagerado, pero estaba agotado, y no le extrañaba nada. Ya no solo físicamente, porque viéndolo podía notar en su propia piel el martirio que le había tocado vivir, si no el agotamiento psicológico que debía de suponer el saber que en cualquier segundo podría fallecer.
Kim TaeHyung había aguantado hasta límites insospechados, y todavía conservaba aquella personalidad tan suya que sorprendía a todos los médicos que lo habían tratado. Todos parecían venir bastante animados porque era casi un regalo tratar a un paciente que, aún sabiendo su condición, seguía portando la sonrisa más hermosa que jamás habían visto. TaeHyung se mantenía fuerte porque, ¿de que le valía ya hundirse? ¿De qué servía lamentarse de aquello que no había podido hacer si había sido la persona más feliz con lo poco que tenía? ¿De qué servía, si ya conocía la realidad? Al menos, podía aprovechar sus últimos momentos de vida para intentar hacer reaparecer una sonrisa verdadera en su prometido, aquel que le miraba desde su costado, sosteniendo su fría mano con cariño y creando una sensación cálida en su pecho que no había desaparecido desde que lo conocía. Porque sabía acerca de las lágrimas que había dejado escapar durante las noches conociendo cual era su final, entendía bien el sufrimiento que lo ahogaba, veía sus ojeras de la falta de sueño y también su cansancio. No era el único que había sufrido con todo aquello, y lo sabía.
![](https://img.wattpad.com/cover/155383942-288-k901987.jpg)
ESTÁS LEYENDO
One Shots || BTS
RandomEl título lo dice todo, One Shots de los miembros de BTS. •Mayoritariamente parejas homosexuales. •ᴀʟʟ ᴏꜰ ꜱᴛᴏʀɪᴇꜱ ᴀʀᴇ ᴏꜰ ᴍʏ ᴏᴡɴ ᴄʀᴇᴀᴛɪᴏɴ, ɪ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴀʟʟᴏᴡ ᴄᴏᴘɪᴇꜱ ᴏʀ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴛɪᴏɴꜱ ᴡɪᴛʜᴏᴜᴛ ᴘᴇʀᴍɪꜱꜱɪᴏɴ.