𝕾𝖚𝖗𝖗𝖊𝖓𝖉𝖊𝖗 { 𝕿𝖆𝖊𝕶𝖔𝖔𝖐 }

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Esto va a ser más largo de lo normal, así que poneos cómodos y empezad a buscar psicólogos, se viene el drama. La canción me recordó brevemente a este One Shot así que quería ponerla ahí.

Igual, ¡gracias por leer! Los comentarios y votos siempre ayudan ^^ (y feliz 25 a la personita que me lee siempre)

~PM

24 de agosto de 2020
18:47

El corazón le bombeaba con más velocidad de la normal, escuchaba sus latidos hacer eco en las paredes de su cráneo. Sin embargo, ni su respiración agitada, ni su falta de aire, ni su pánico llegaron a detenerlo. No era capaz de definir con claridad lo que sentía, de hecho no estaba pensando las cosas con lucidez porque no se sentía capaz de ello. Abrió la puerta de casa con las manos temblorosas, provocando que las llaves estuvieran a punto de caerse varias veces. Se adentró en el ya conocido pasillo de la entrada y cerró la puerta tras él, sin hacer ruido, como si tuviese miedo de romper el silencio que penetraba la estancia. Sus pasos eran lentos, pero se escuchaba levemente el sonido de sus zapatos golpear el suelo cada vez que avanzaba. El pecho le ardía, sentía una presión agobiante que casi le impedía respirar, pero no detuvo su andar.

-¿Hola? - habló por primera vez, dejando las llaves en la encimera de la cocina.

Su voz sonó tan rota que ni si quiera se reconoció a sí mismo. No podía ser cierto. Observó la cocina, vacía y limpia, como solía estar cada vez que llegaba a casa de primero. Caminó hasta el salón, con un nudo en la garganta. Sobre el sofá reposaba una manta gris, en la que lo había visto envuelto por la mañana y que ahora estaba perfectamente doblada. No quiso asustarse, probablemente solo había subido a la habitación para descansar, nada más, todo aquello tenía que ser una broma pesada. Las pisadas empezaron a acelerarse mientras recorría el piso de abajo, sin encontrar rastro de él.

-¿Cariño? - volvió a preguntar, con la esperanza de que alguien respondiese.

Ninguna voz a parte de la suya sonó, el silencio sepulcral era agonizante. Se dirigió hasta las escaleras para empezar a ascender, con una mínima esperanza. Él tenía que estar ahí. Se adentró en todas las habitaciones, por miedo a precisamente encontrar las suyas vacías, buscando alguna pista de que no se había ido a ningún lugar. No encontró nada fuera de lo común y, con el terror brotando de todos sus poros, entró en su propia habitación. La cama estaba hecha, el escritorio tenía un libro encima y el vacío del cuarto empezó a sentirse también en su interior.

-Amor... Eh, se que estás aquí, tienes que estar aquí. Venga, ya no tiene gracia - tragó saliva, notando sus ojos húmedos.

Cada minuto inhalaba y exhalaba más rápido, sus piernas se sentían más débiles y quería echarse a llorar en el suelo, porque solo que le quedaba encontrarlo en la habitación que solía pertenecerle, pero que casi ya ni utilizaba porque dormía con él todas las noches. Había sido como una especie de mudanza a su habitación, que era un poco más amplia para los dos, pero de vez en cuando aún utilizaba su antiguo cuarto, aquel en el que por primera vez declararon sus sentimientos. Allí se dirigió, el letrero pegado a la puerta manifestaba claramente quien era el dueño del cuarto. Colocó su mano sobre el pomo y lo giró, abriendo la puerta tan lentamente que no se escuchó ni un solo ruido, si quiera un pequeño chirrido que demostrase que la puerta llevaba inutilizada una buena temporada.

No encontró nada.

-JungKook, vamos... No me hagas esto, por favor - jadeó.

Escuchó la puerta principal abrirse, pero no sé esperó que fuese él. De hecho, estaba seguro de saber quien era el dueño de los acelerados pasos y no quería que lo encontrase. Se había prometido no volver a derrumbarse de aquella manera, pero todo en él acababa de romperse y no sabía cómo gestionarlo. Sus piernas no aguantaron más su propio peso y sus rodillas chocaron con fuerza con la madera, provocando que un dolor agudo subiese por toda su espalda. Ya daba igual. Las lágrimas salían sin control alguno de sus ojos, era algo que no podía controlar, puesto que ahora eran sus emociones las que dominaban su cuerpo. Podía asegurar que ningún dolor se había comparado jamás a aquel, y no era como que su vida fuese un camino de rosas.

One Shots || BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora