𝕺𝖑𝖔𝖗 𝖆 𝖑𝖎𝖇𝖗𝖔 { 𝕿𝖆𝖊𝕵𝖎𝖓 }

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A TaeHyung le fascinaban los libros. Las historias contenidas en ellos, la información que de allí podía sacar, los datos curiosos, las anécdotas, los diarios, los sentimientos, la belleza... Eran cualidades que se contenían en unos rectángulos de papel cubiertos por dos tapas, portada y contraportada. Pero, si tenía que poner una cualidad como la mejor, sin duda sería el olor. Sí, ese aroma tan peculiar que tenían los libros, tanto los nuevos como los viejos. A él conseguía transportarlo a diferentes lugares, era como si su mente pudiese oler cada una de las historias contadas. Sonaba absurdo, porque una historia no se puede oler, pero él se sumergía tanto que sentía algo muy parecido. Siempre que cogía un libro en la biblioteca para buscar información, lo olía primero para conseguir motivar sus pensamientos. Cada vez que compraba en la librería, nada más llegaba a su apartamento se paraba a oler aquellas maravillosas páginas que esperaban por él. Tenía libros mucho más viejos que él en su casa, heredados de su padre, y podía sentir como la esencia lo llevaba a antiguas épocas.

A TaeHyung le gustaban más los libros que las personas, y eso era un hecho que la mayoría de su universidad conocía. Solían tacharlo de borde, pero, ¿como no iba a responder mal cuando interrumpían los increíbles escenarios que su cabeza imaginaba con cada palabra? Era molesto que intentasen acercarse a él en instantes como aquellos, ¿no veían que estaba ocupado leyendo y que le importaba menos que un pimiento lo que quisiesen decirle?
Bueno, al menos eso hasta que llegó SeokJin, la primera persona que decidió no interrumpirlo mientras leía. Simplemente se sentó frente a él y decidió mirarlo pasar sus ojos por las letras plasmadas en papel, en un sepulcral silencio. Los amigos de SeokJin habían intentado decirle que desistiese, porque TaeHyung parecía no tener interés alguno por hacer amigos, pero la cabezonería de SeokJin parecía llegar a límites insospechados y jamás se movió.
A TaeHyung se le empezó a hacer divertido ver como sus amigos trataban de convencerlo o se quedaban durante un rato junto a él, mirandolo leer también. En especial un tal NamJoon, que gracias al cielo era el más callado de todos los que solían pasar por delante de él. Y, aunque hubiese intentado negarlo, acabó por admitir que SeokJin le agradaba, incluso si no habían hablado ni una sola vez. Le había sacado un par de sonrisas furtivas cada vez que mandaba callar a sus amigos para dejarlo leer en paz, y desde luego era la única persona que no le llamaba nerd o borde.

Pasaron prácticamente semanas así, y TaeHyung estaba bastante feliz. De hecho, siempre estaba esperando por la llegada de SeokJin, y se sentía en paz al leer con él en frente. Se había acostumbrado a su presencia y ahora parecía no poder estar tranquilo sin ella, pero estaba bien con eso porque SeokJin no le fallaba nunca. Sin embargo, un día un tal JiMin logró convencerlo de que se levantase un rato para estar con ellos, porque hacía mucho que no estaban juntos, y aunque TaeHyung hizo una mueca en claro disgusto, nunca se lo impidió. No se arrepintió demasiado de ello, porque cuando SeokJin avanzó por su lado, un aroma particular llegó a sus fosas nasales.

Kim SeokJin olía a libro nuevo, y eso terminó por encandilar a TaeHyung.

Lo que verdaderamente sorprendió a SeokJin al día siguiente, fue ver a TaeHyung con el libro cerrado, hecho que también intrigó a sus amigos. El chico parecía buscar algo con la mirada, y por primera vez pudo ver con claridad sus orbes castaños brillar con emoción. Sus ojos, por lo general, estaban enfocados en las letras de las páginas, pero ese día por fin pudo contemplar el iris que tanto le había fascinado desde el primer momento. Así que le pidió a los chicos que por favor no se acercasen, porque no quería espantar a TaeHyung, y avanzó con pasos casi temerosos hasta él. Esa fue la primera vez que TaeHyung dejó oír su voz grave, que dejó ver su personalidad infantil y que se abrió tanto con alguien. Por alguna extraña razón, aquel chico le propiciaba una confianza única, sin dejar de recalcar que también era el único al que le gustaba tener cerca.

One Shots || BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora