.10. MUCHO MÁS

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10.

MUCHO MÁS.

(Paula)

Agarró mi nuca con su mano libre y se aferró a mis labios, de nuevo, devorando estos, moviéndonos al unísono, aferrándonos al otro, tanto que tuve que ladear la cabeza para encajar a la perfección. La respiración de ambos creció, pues nuestros besos eran cada vez más y más desesperados, en aquel momento succionábamos los labios del otro, como si quisiésemos comernos.

Él ya no sólo me gustaba, en aquel momento le deseaba, a él, entre mis piernas.

Teníamos los labios rojos de la presión que ejercíamos sobre el otro, pero aún así, ni siquiera nos detuvimos.

Me colgué a su cuello, dejándome llevar un poco más, perdí la noción del tiempo.

Nuestros jadeos hicieron que nos separásemos, mirando hacia el otro, con la boca entre abierta, deseando hacer mucho más.

Sonrió, agarró mi mano entre la suya y tiró de mí. Atravesamos la multitud, dejamos atrás la barra y los servicios y subimos a la planta de arriba, dejamos atrás los reservados donde algunos se daban el lote, hasta entrar por una puerta que decía Privado. Era su despacho.

Me miró, quitándose su máscara, dejándome ver su apuesto rostro. Hice justo lo mismo, haciéndole sonreír.

Me lancé a sus labios, entrelacé mis brazos a su cuello y le devoré como minutos antes, mientras él apretaba mi cintura a la suya, bajando las manos un poco, apoyándolas en mi trasero, algo dudoso.

Gemí sobre su boca, tan pronto como sus dedos rozaron mis piernas desnudas. Levanté su camiseta y se la quité, deteniendo nuestros besos un momento, quedándome sorprendida al ver su torso desnudo. Era aún más perfecto de lo que pensé que sería.

- Esto no lo recordaba – me quejé, haciéndole reír. Levantó mi vestido, quitándomelo por la cabeza, observándome allí, en ropa interior.

Me miró con detenimiento, acercando su mano a mi cuello, dejándola en él, bajándola despacio, por mi pecho, por mi obligo, por mis costillas, apoyándola en mi trasero, acercándome a él de nuevo.

Besándome de nuevo, mientras mi móvil volvía a sonar, pero estaba ocupada en aquel momento. Apoyando su mano en mi nuca, para luego bajarla por mi espalda, apoyándola en el broche de mi sujetador, teniendo que ayudarse con la otra, algo patoso. Tras un par de minutos intentándolo, logro soltarlo.

Se detuvo de nuevo, para sacarme el sujetador de las manos, para luego apoyar las suyas en mis senos, observándome con detenimiento, haciéndome sonreír. Él lucía tan mono en cualquier momento.

Agarré el borde de su pantalón, y desabotoné el primer botón, el segundo, mientras él me observaba con atención, haciendo una leve presión en mis pezones. Gemí, cuando sus labios se detuvieron en mi pecho izquierdo, lamiéndolo, despacio.

Me aupó sobre la mesa, mientras yo seguía desabrochándole el pantalón, y él acariciaba con una de sus manos mi sexo, por encima de las bragas, haciéndome gemir de nuevo.

Le agarré del pelo, obligándole a mirarme, y le miré con lujuria. Me moría por hacer aquello con él.

- ¡Fuck! – se quejó, para luego besarme apasionadamente, mientras con sus manos, apretaba mi cabeza contra la suya, para que no me detuviese.

El teléfono volvió a sonar, pero seguía ocupada.

Recorrí su cabeza con mis manos, entrelazando mis dedos a su cabello, mientras él comenzaba a jadear sobre mi boca, soltando mi cabeza, apretando mi cintura, hasta haberme bajado de la mesa, para luego meter las manos dentro de mis bragas, aferrándome a mi trasero, apretándome contra el bulto que se había formado en sus pantalones.

Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora