30. TRAS LA LLUVIA.
(Paula)
Miri estaba de lo más extraña últimamente, en el trabajo, apenas hablaba demasiado, y siempre que le preguntábamos sobre su vida privada cambiaba de tema. Quizás sólo eran imaginaciones mías, quizás sólo estaba agobiada con la nueva colección que sacarían sus padres, la cual era ella la encargada de preparar.
A veces pienso que sus padres le exigían incluso más de lo que ella podía darles. Estaba de acuerdo en que les ayudase a preparar los eventos, que los ayudase con la galería, pero ellos tenían que entender que su hija tenía su propio trabajo, a pesar de que ellos opinasen que era una pérdida de tiempo.
- Me estoy planteando dejar el trabajo – dijo en el almuerzo, haciéndome salir de mis pensamientos – sé que es una buena oportunidad, pero estoy a full con la galería, el negocio familiar, ya sabes.
- Pero Miri, adoras diseñar – le corté, ella negó con la cabeza, molesta por mi punto de vista.
- Adoro diseñar, pero no quiero pasarme el resto de mi vida diseñando etiquetas de cosméticos – aseguró, haciendo que me diese cuenta de que tenía razón. Ella tenía mucho talento para malgastarlo en algo así.
- ¿Vas a volver a pintar? – pregunté. Se encogió de hombros, sin ni siquiera darme detalles al respecto – Decidas lo que decidas yo te apoyaré, eso lo sabes ¿no? – asintió, para luego volver a fijarse en su ensalada – Plantéate tomar menos trabajo en los proyectos, a ver si así puedes seguir con esto.
- Lo pensaré – prometió.
Miré hacia mi teléfono, tenía un mensaje nuevo de Junsu.
Junsu:
Paula, me ha surgido algo en Seúl, mi avión sale en media hora, volveré en cuanto pueda, no te preocupes, no es algo grave.
Yo:
¿Qué ha pasado?
Junsu:
Es Minjae, no está bien, tengo que ir, me necesita, al fin y al cabo, es mi hermano pequeño. Volveré en cuanto pueda.
Yo:
Ten cuidado, te quiero.
Junsu:
Me encanta cuando te pones romántica. Te quiero.
Sonreí, volviendo a prestar atención a mi amiga, que en aquel momento se había terminado su comida, y tan sólo bicheaba el Facebook.
- ¿Vas a ir a entrenar luego? – pregunté, observando como ella asentía. En los últimos días se había apuntado a un gimnasio para descargar las frustraciones del día.
- Me he apuntado a yoga y a meditación, tuve mi primera clase ayer, estoy a tope con el mundo zen – aseguraba, haciéndome sonreír.
Su teléfono sonó, pero ella ni siquiera le echó demasiada cuenta, centrándose en beber agua, con calma.
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Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETA
RomanceTodo comienza cuando Paula vuelve de sus vacaciones antes de tiempo, descubre a su prometido con otra y es convencida por sus amigas para salir de fiesta. Todo se complica y termina pasando la noche con un desconocido. Por si no fuese poco, cuando...