.39. CASTING

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39.

CASTING

(Alex)

Aún no había sabido nada de Miriam, por más que lo había intentado, nadie sabía dónde estaba, y si lo sabían no querían compartir esa información conmigo.

Pasaron como tres o cuatro semanas. Os lo juro ni siquiera sabía el día en el que vivía con toda aquella mierda.

Estaba empezando a perder la paciencia, cuando la vi, a Fernanda, entrando en la galería, no tenía demasiadas ganas de enfrentarme a ella, así que me disculpé de mis madres, y me marché al jardín. No había hecho más que llegar, cuando recordé aquella vez, justo en ese justo lugar le propuse salir a citas, a ella.

La añoraba, demasiado.

- He escuchado que estás buscándola por cielo y tierra – escuché una voz a mis espaldas. Era la insoportable de Fernanda. No tenía ganas de hablar con ella, no en aquel momento, no podía dejar que hundiese mis ánimos más de lo que ya lo estaban - ¿qué harás si te digo dónde está? – pregunté, me giré con rapidez, observándola justo delante de mí, con los brazos cruzados y una sonrisa de satisfacción, como si aquello le divirtiese - ¿iras a buscarla? – asentí, en señal de que era justo lo que haría – Italia, Siena. Eso es lo único que voy a decirte. Ya sea si recorres toda la ciudad por ti mismo o la buscas en cada casa... sólo quiero que demuestres lo que sientes por ella, por una vez, Alex – tragué saliva, en señal de que lo entendía. Ella no podía ponerme las cosas en bandeja, no cuando sabía que ella también tenía sentimientos por ella aún. Asentí.

- Gracias – agradecí, ella sonrió y luego se dio la vuelta, volviendo a entrar en la galería.

-          Gracias – agradecí, ella sonrió y luego se dio la vuelta, volviendo a entrar en la galería

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(Sofía)

En tiempo pasa realmente rápido cuando estás entretenida, en un momento pasó un mes y medio, sin que nos diésemos cuenta.

Paula estaba súper liada en el trabajo, pues aún se negaba a contratar a alguien más, quería seguir esperando a Miriam, aunque ambas sabíamos que ella no iba a volver, al menos no por el momento. Y Junsu... él seguía en Seúl, a pesar de que su hermano se casó la semana pasada, suponía que vendría pronto, pero aún seguía apoyando a su hermano con la empresa allí. Tampoco es que supiese mucho sobre el tema, pues Paula evadía el tema cuando le preguntaba sobre ello, era normal, ella se sentía algo angustiada por estar tanto tiempo separada de él, de alguna forma se sentía un poco abandonada.

Sacudí la cabeza, dejando de pensar en todo aquello y abrí el correo sin demasiadas ganas, justo después de echarle una leve ojeada a mi bichito, que dormía plácidamente en el sofá, justo iba a olvidar la idea y llevarle a su cama, cuando me percaté de que tenía tres mensajes nuevos.

El primero era de Roberto, para invitarme a salir. ¿En serio? No podía creerlo. Ya me parecía a mí que estaba siendo demasiado amable.

El segundo era de... ¿de quién era?

Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora