.37. UN PATÁN.

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.37.

UN PATÁN.

(Sofía)

Me avisaron esa misma tarde, no habría comercial, el presupuesto era muy justo, y preferían en vez de hacer el comercial, hacer más fotografías, así que debíamos volver al hotel al día siguiente para ello, aunque en aquella ocasión grabaríamos en una de las habitaciones.

Acepté, al menos eso quería decir más dinero.

Cuando llegué él estaba allí, hablando por teléfono mientras su mánager discutía con los responsables sobre ello, no parecía ser nada grave.

Me coloqué un body negro, justo como me indicó la estilista, dejé mi cabello suelto, y mi maquillaje era simple, de buena cara.

La escena estaba lista, tan sólo un par de minutos después, yo, junto a la ventana, entrando por ella, mientras él, al otro lado, me observaba con detenimiento. Tenía quitada la camiseta y un par de botones del pantalón abiertos. Se tocó el labio, dando un par de toques en él, con una sonrisa pilla, momento en el que las cámaras comenzaron a disparar.

Me mordí el labio inferior, sintiendo los flashes en mi cara, mirándole, justo como indicaba el pequeño guion que habíamos ensayado.

Los putos minutos se me hicieron eternos, sobre todo cuando llegó la escena del acercamiento.

Sentados sobre la cama, con un pie apoyado en el borde, y el otro sobre el suelo, mirando hacia él, mientras acercaba mi rostro al suyo, deteniéndose en el momento justo.

¿Qué cojones me estaba pasando?

A ver... era normal, él era un hombre deseable por miles de mujeres en nuestro país, y seguramente también en el extranjero. Pero debía controlarme, aquello sólo era trabajo.

La sesión terminó, así que me levanté, preparada para marcharme, cuando le escuché detrás de mí.

- Eres buena, Santos – aseguró, secándose el sudor de los focos con una toalla que su mánager acababa de poner sobre sus hombros – cuando me dijeron que tenía que trabajar con una actriz de reparto... me imaginé otra cosa.

- ¿Qué? – encaré, molesta, volteándome hasta él. Los demás no nos prestaban atención, estaban recogiendo – pensaste que sólo iba a usar este trabajo para impulsar mi carrera, ¿no?

- Sí – aceptó – lo pensé.

- Ese no es mi caso – le contradije – estoy aquí porque es el único trabajo que me sale ahora. Aunque ni siquiera te interesa, ¿no es cierto?

- Me sorprende – añadió, mientras yo le miraba sin comprender, y él se mordía el labio, justo antes de continuar – es como si ni siquiera te importara que sea Nito Arias.

- ¿Eres un dios o algo así? – me quejé, haciéndole sonreír. ¡Por Dios! ¿Cómo podía tener una sonrisa tan perfecta?

- Tenemos una entrevista en "Pregunta por Mary" en una hora – le aseguraba su mánager, metiéndose en la conversación – cámbiate – asintió, y luego miró hacia mí.

- El deber me llama – hizo un gesto con la mano y se marchó a los camerinos, sin más.

***

Estaba en casa de Miriam, ayudándola a hacer las maletas para su inminente viaje a la Toscana, iba a echarla mucho de menos, ella era una gran amiga, me lo había demostrado con creces a lo largo de nuestro tiempo juntas.

- ¿No has vuelto a hablar con él? – me atreví a preguntar, mientras doblaba las camisetas y las metía en la maleta, ella negó con la mirada perdida, algo afectada al volver a escuchar sobre él – bloquéalo y márchate, eso te ayudará – ella asintió, en señal de que eso era lo que tenía pensado hacer – él se sintió perdido, Miriam, por eso ...

Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora