.36. PERDICIÓN

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.36.

PERDICIÓN

(Alex)

Ni siquiera podía concentrarme en la maldita sesión fotográfica, aunque lo intenté con todas mis ganas, las fotos salieron de todo menos bien. Pero no podía, cada vez que me relajaba pensaba en ella, en Miriam.

Me senté sobre la silla, cabreado conmigo mismo, agarrando la botella de agua, terminándola en tan sólo dos minutos, mientras Sol llegaba hasta mí, sin dar crédito.

- ¿Se puede saber qué demonios te ocurre? – preguntó, dándome un manotazo, mientras yo la miraba con cara de malas pulgas – Dante te está haciendo un favor, si encima la cagas también en esto... no volverán a llamarte.

- Hoy no estoy ni siquiera para esto – me quejé, levantándome y marchándome sin más, dejando a todos allí, plantados, mientras Sol se disculpaba por mí y luego salía detrás d emí, corriendo.

- Alex – me llamó, agarrándome con fuerza del brazo, impidiéndome que pudiese marcharme a ningún lugar – eres un egoísta, ¿no te das cuenta que-

- Me da igual – espeté, soltándome de ella de malas maneras - ¿crees que me importa una mierda la sesión, tus sentimientos y todo lo que opinen los demás? Me da jodidamente igual.

- ¿Qué cojones te pasa? Tú no eres así – insistía ella, mientras yo me reía en su cara. Estaba harto de ella – Esa tipa te está cambiando, Miriam.

- No vuelvas a pronunciar su nombre – grité, apartándola de mí, empujándola, mientras ella me observaba sorprendida, sin dar crédito, pues yo no solía ser así, no con ella, quizás si con todos los demás, pero con ella... jamás.

- No te reconozco, Alex – se quejó, dolida por la situación.

- Ya estoy cansado de todo esto – le dije, ella negó con la cabeza varias veces antes de continuar.

- Pensé que había algo entre nosotros, que sólo estábamos en pause, que...

- Lo que había entre tú y yo terminó hace mucho, Sol – me quejé, porque estaba realmente cansado de repetirle lo mismo cuando el tema salía a colación, pero ella nunca se enteraba.

- Yo te quiero – admitió, mientras yo tragaba saliva, incapaz de creer que aquello me estuviese pasando justo en ese momento. Realmente no estaba para aquello, no era el momento de escuchar toda aquella mierda, no cuando acababa de perderla a ella – y me arrepiento cada día de lo que pasó, tan sólo quiero que volvamos a estar juntos, pero tú...

- Yo no puedo, y lo sabes – añadí, realmente cansado de que aún insistiese en ese tema – lo intenté, después de lo que pasó, pero no puedo estar contigo después de que me engañaras con otro. No puedo confiar en ti, y una relación sin confianza no es sana, Sol.

- Pero me quieres – insistió – me quieres tanto como yo a ti – agarró mi rostro entre sus manos, como si me estuviese implorando algo – y haré que vuelvas a confiar en mí, lo prometo, haré-

- Yo no quiero que hagas nada – la corté – sólo quiero que dejes de intentarlo.

- Pero... aún nos queremos, Alex.

- Ya... bueno... - por un momento pensé en Miriam. ¿Cómo podía pensar en ella en un momento como aquel? – A veces el amor no es suficiente para que dos personas puedan estar juntas – admití – necesito dejar esta historia atrás.

Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora