.25. COINCIDENCIA

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.25.

COINCIDENCIA

(Sofía)

Pablo acababa de dejarme a mi bichito, así que le abracé con fuerza, hasta que él se quejó de lo fuerte que lo achuchaba.

- Mami – se quejó, lo solté y lo senté sobre el sofá, mientras él cogía su peluche favorito y se ponía a jugar con él.

- Paula y Junsu llegarán en un momento – aseguré. Su sonrisa se ensanchó en cuanto escuchó aquellas palabras – Mami tiene que trabajar hoy.

Recogí la casa, preparé el macuto, mordisqueé un sadwich de pavo, y fui a abrir la puerta.

- Gracias, gracias, gracias – comencé hacia la parejita – mil gracias por quedaros con él, Pablo se ha presentado sin avisar, y no tenía con quién dejarlo.

- Estamos encantados – me calmó Junsu, con una sonrisa en el rostro, mientras mi bichito le veía, y se lanzaba a sus brazos. Parecía haberle caído muy bien – Minjae te está esperando fuera – no entendía lo que quería decir con aquello – te va a acercar con el coche para que no llegues tarde. Se ha ofrecido a hacerlo, estaba muy pesado.

Me despedí de los presentes y me marché escaleras abajo, pues el ascensor estaba viejo y tardaba mucho en subir y bajar. Cuando llegué a la calle, le vi, apoyado sobre el coche, intentando parecer sexy. Sonreí, divertida, observando como me abría la puerta y agarraba el macuto, para meterlo en el maletero.

- ¿hoy tengo chófer privado? – pregunté, justo cuando se sentó a mi lado, en el asiento del piloto. Sonrió, antes de contestar.

- Somos amigos, ¿no? – preguntó – En eso quedamos – asentí, mientras él ponía rumbo hacia la playa, justo donde rodábamos aquel día – Dime a qué hora sales y te recojo.

- Dame tu móvil – exigí, mientras él lo cogía de un compartimento que había junto a la palanca de cambios y me lo cedía. Apunté mi número, y me di una perdida – te aviso cuando salga – sonrió

Detuvo el auto junto al resto del equipo, abrió el maletero para que pudiese coger mi macuto y me despidió, con una enorme sonrisa en el rostro.

El trabajo fue duro, aquel día hacía frío, y era incómodo estar en bikini, pero aún así, aguantamos el tirón y terminamos de grabar, con éxito. Le mandé un mensaje a ese niño, justo entonces.

Yo:

Acabamos de terminar, si te viene mal recogerme puedo llamar a Alex.

Miré hacia el reloj, eran las once de la noche, mi bichito ya estaría dormido y todo. Abrí la conversación que mantenía con mi amiga, para preguntarle al respecto, dándome cuenta de que me había escrito un mensaje.

Pau:

No te preocupes si terminas tarde, me traje a Pablito a casa, ya está dormido, se lo ha pasado genial, fuimos al cine y todo.


Yo:

Muchas gracias, cariño.

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El niño sexy:

Estoy cerca, dame diez minutos.


Una moto se detuvo frente a mí, y cuando su ocupante se quitó el casco me quedé sin palabras. Era él. Sonreí divertida, cuando me cedía el otro casco.

Seduciendo a Sr. Hwan | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora