29. ¿Dónde está Krueger?

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Torrance

Las vacaciones se acabaron, recomencé mi ciclo en la universidad y esta vez con el ánimo a tope. Me sentía plena, más que nada porque todo marchaba bien. Desde mi plática con Víctor, quise demostrar de lo que era capaz para dejar atrás tanto daño, por eso este lunes me levanté muy temprano para ir a estudiar.

Con Ethan no he podido reunirme en estos días por el asunto de la detención del señor Zoellick y no es para menos. Mantenemos en contacto, hablando mucho por llamada sobre cómo se siente y prometiéndome que pronto podría mudarme a su apartamento. A mi modo lo aliento, buscando cualquier otra cosa de que hablar para distraerlo. Sé que cuando está así lo mejor es darle su espacio para que asimile su situación, así pasó cuando descubrió lo de su madre, a los días estaba mejor, ofreciéndole mi disposición para oírlo cuando lo necesitara.

Debido a que ese malnacido que atentó contra la vida de Víctor anda suelto, tengo que ir a cualquier lado con Ronnie como mi chofer designado, quien para mi sorpresa está capacitado para defenderme dado el caso que se presente algo. Me dio miedo verlo con un arma bajo el saco de su traje pero me fui acostumbrado. Fui llevada por él al campus, sintiéndome fuera de lugar, aunque ya sabía a dónde ir. Por fortuna lo convencí de que no me acompañara hasta mi aula, estaba reacio a no abandonarme.

Las primeras horas de clase transcurrieron normal, tanto que hasta me aburrí. Agradecí que los profesores fueran diferentes a los que me tocaron el ciclo pasado, sin ser el tema de conversación para ellos, aunque, creo, es otra la razón de que no fuera su conejillo de indias.

Lo que sucedió con la constructora y el señor Zoellick fue noticia en cada periódico y noticiero local, así que no se me hizo raro que, a pesar de que no me hablaran, no dejaran de verme y murmurar entre ellos. ¡Diablos! La gente es tan entrometida.

Como mi primer día la vez anterior, fui a la cafetería más cercana para pasar la hora mientras son las dos de la tarde. Pido algo ligero y, ubicándome en la mesa más alejada, reviso mi celular, mandándole un mensaje a Ethan, preguntándole sobre su día. En lo que espero su respuesta, un pensamiento me cruza por la mente, cuando un inesperado chico se sentó en mi mesa y me contó sobre lo que había hecho para estudiar; Evan.

De inmediato alejo esos pensamientos, aún sigo molesta con él porque no se ha dignado a hablarme desde lo ocurrido, ni a buscarme por lo menos para darme una disculpa. Admito que lo extraño, como mi amigo, pero, no creo volver a verlo del mismo modo luego de lo que pasó.

El teléfono suena, es un mensaje entrante. Abro el buzón, alegrándome al ver quién es.

Ethan
¿Dónde estás?

Como siempre tan elocuente.

Torrance
Pasando el rato mientras espero las clases de la tarde.

Ethan
Si, pero, ¿en dónde? Dame detalles.

Desconcertada por la pregunta, tomándolo a bien, le contesto.

Torrance
Pues en el campus, en una cafetería cercana al bloque donde recibo clases.

Espero por su respuesta pero no la hay. ¿Será que algo malo pasó? Enseguida me preocupo; con esto de las amenazas a Víctor y los escoltas, no dudaría que algo haya sucedido.

Cogiendo mis cosas y comiendo con apuro el emparedado que ordené, voy a la salida de la cafetería, revisando mi celular para llamar a Ronnie para que me lleve con Ethan. Por andar distraída choco con alguien; estoy tan nerviosa que ni me molesto en verlo.

—Lo siento —me disculpo, solo que no basta con eso para que se aparte de mi camino.

Me agarra por los hombros y se ríe entre dientes, cosa que me molesta. ¿Ahora qué quiere?

Cuestión de amor © [Cuestiones III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora