23. Venganza poética

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Francesca

Dos meses sin saber de él, donde su ausencia fue tan grande que por varias noches estuve a nada de llorar por dejarlo ir sin decirle lo que siento. Es horrible despertarte en las mañanas con los recuerdos de alguien que no va a volver, peor cuando eres consciente que por tu culpa dejaste ir a quien te estaba entregando el corazón entero y que no lo supiste ver.

Como un tesoro guardé la carta que me dio, rogando que algún día regresara, pero la razón me decía que dejara de ilusionarme con algo que jamás pasaría. No podía vivir engañándome con esa mentira, sin embargo, luego de lo que me enteré, tenía a como dé lugar buscarlo.

Hasta mi hijo notó mi cambio de ánimo, donde me preguntaba cuán importante era ese sujeto para mí, a lo que respondía que no tenía cifra ni palabra pasa describir la falta que me hacía. A veces hablábamos con Tadeus sobre Víctor, de hecho la mayor parte del tiempo nuestro tema de conversación era él. En un principio el abogado no quiso sacarlo a colación por guardar su vida privada en secreto, no obstante, después de saber si de verdad me importaba, dejó que le preguntara sobre él, relatando lo bueno y malo que tiene ese hombre que se fue, llevándose parte de mí.

Este lunes me levanté con el presentimiento de que algo pasaría, no sabía si bueno o malo, pero estaba dispuesta a afrontarlo. Luego de dejar a mi hijo en el instituto y de llegar a la constructora, retomé mi rutina sin muchas novedades como era costumbre. Lo único que se me hizo extraño es que Oscar Nilan no estaba, pero todo lo demás marchaba bien.

Solo que lo recién informado, fue tan inesperado que me cuesta procesarlo.

-¿Qué dijiste? -cuestiono casi sin aire por la llamada que acabo de atender, siendo Isabela, mi secretaria, quien me habla.

-El señor Víctor Bathory está aquí, me lo acaba de decir la recepcionista que atiende la entrada -responde, algo afanada-. ¡Dios, lo vi! Se fue hacia la oficina de Oscar Nilan. -Eso lo dice en un susurro.

Sinceramente no estoy preparada para esto, y lo irónico es que no había día en que deseara reencontrármelo. Ahora estoy aquí, con el corazón palpitando como loco y el rostro a punto de ebullición. Cierro los ojos, respiro por la boca para calmarme como si estuviera dando a luz; "¡Dios! Ahora no es momento de pensar en eso".

Me miro las manos por acto reflejo; tiemblan como si tuviera Parkinson, hasta ya me empezaron a sudar. "Bien, tranquila, Francesca, no es como si fuera el fin del mundo", solo que si lo es si considero lo que tengo que decirle.

Me pongo de pie, alisándome la falda de tubo que traigo puesta al igual que la camisa. Me paso las manos por el cabello para ordenarlo, y al fin me dirijo con dificultad hacia la puerta pues las piernas me tiemblan.

Voy hacia el escritorio de Isabela quien se levanta de su asiento cuando salgo, mirando hacia el comienzo del pasillo donde queda la oficina de Oscar. Percatándose de mi presencia, abriendo los ojos en un gesto de obviedad, ladea la cabeza a su derecha, indicándome que vaya a por él. Solo que enseguida niego con la cabeza, horrorizada por la idea. Ella rueda los ojos, de nuevo ladea la cabeza insistente en esa dirección pero vuelvo a negar. Al final, rendida, se deja caer en su asiento, negando en desapruebo.

-Es ahora o nunca, Francesca -murmura en voz áspera. Su molestia aunque debería tomarla a mal por cómo me dirigió la palabra, me convence de dejar la cobardía.

Esperé por este reencuentro, hasta insistí en buscar su paradero sin encontrar nada, pero ahora que se da la oportunidad, ¿me echo para atrás?

Respirando absorta, adoptando una recta postura, luchando contra los nervios, voy hacia esa oficina. Cautelosa, doy paso tras paso con el corazón desbocado, faltándome el aire en ocasiones. ¿Qué tan cambiado estará? ¿Cómo reaccionará cuando me vea? ¿Será que en este tiempo conoció a alguien más? ¿Tendré oportunidad de recuperarlo? No tengo respuesta a esas preguntas que no se responderán solas si sigo dejando pasar el tiempo.

Cuestión de amor © [Cuestiones III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora