11. Treinta mensajes

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Torrance

Un mes pasó sin saber del exterior ni de Ethan a quien extraño mucho, volviéndose un recuerdo entrañable. Sé que no todo está perdido, sirviéndome esa ausencia para reflexionar en lo que haré.

También está la charla con Víctor, que desde ese día se sumó al conjunto de planteamientos de lo que formaré de aquí en adelante. Fue lo que tanto quise, el forjar mi vida a mi antojo, sin embargo, queda esa sensación de que algo falta.

Reconozco que soy la mujer más indecisa en el mundo porque con esta oportunidad de empezar de cero, a pesar de que conozco el trabajo y empeño de Tadeus Smith, no sé, pero siento que... me hará falta la guía de Víctor. Es que como me habló removió algo, esas ganas de luchar que con las circunstancias se fue apagando. Fue como el incentivo, la luz al final del túnel, el alivio que necesitaba para sanar tanto rencor, abandonando el pasado que me atormenta.

Luego de ese día me levanté enérgica, recibía el desayuno en la mesa y salía más de casa con Tyler ya que Solly estudia y trabaja al igual que Evan.

Evan...

No he sabido de él, de hecho de nadie puesto que mi celular no lo reviso, ya que quise desprenderme cualquier distracción. Es buen chico, solo que lo que hizo me cuesta tanto perdonarlo porque por él Ethan se alejó, aunque tengo la mayor de las culpas al no darle mi confianza, por temor a que me juzgara duramente o se apartara como en tantas ocasiones donde discutíamos antes de ser pareja.

A pesar de ello, no me siento sola porque con este aislamiento he valorado más quienes están alrededor, como Hope, Tyler, incluso Ronnie, que aunque poco solicitamos sus servicios como chofer, se queda en casa, ofreciéndose como jardinero o para tareas que implican fuerza. Y ni qué decir de Krueger, que se la pasa pegado a mí luego de recibir tantos mimos en las semanas donde me confinaba en mi habitación.

—¿Te quedarás toda la vida encerrada aquí? —cuestiona el chico frente a mí.

Estamos en la sala de televisión que queda en el segundo piso, practicando guitarra. Tyler trajo la suya, es acústica. Como viene constante, la deja aquí, hasta le sugerí que puede practicar cuando guste, ya que en su casa no puede. Nos acomodamos como la vez anterior, en el suelo, uno frente al otro, interpretando acordes y en mi caso, procurando imitar el ritmo de una canción.

Ante su pregunta me detengo, dejando la guitarra sobre mis piernas cruzadas, de modo tal que las cuerdas quedan viendo hacia arriba.

Suspirando con pesadumbre, niego con la cabeza.

—No, de hecho estoy disfrutando de mis últimas semanas de vacaciones antes de retomar la universidad —explico; otra vez recuerdo que Víctor hizo todo lo posible para que continuara estudiando leyes; debí agradecerle antes de que se fuera.

—Sí, pero, ¿y qué pasó con ese asunto de tu novio? Ya va siendo tiempo de que hablen —expone, aunque suena más un reproche.

Medito lo que sugiere, tanto que aunque encuentre mil modos para iniciar un diálogo con Ethan, me gana la cobardía porque sé que cuando esté ante él, la pena me va a ganar, dejando en nada mis disculpas.

—No es fácil, lo sabes —manifiesto, cabizbaja, inhalando hondo por la nariz, subiendo y bajando los hombros.

—Pero por algo se empieza. —Tyler coloca su guitarra a un lado, sobre el estuche abierto. Estira las piernas, mandando las manos hacia atrás para apoyarse en ellas. Entorna sus ojos azules, viendo el techo, meditabundo tal vez por lo que dirá—. Mi abuela me enseñó un método para dar pequeños pasos a una disculpa. —Vuelve el rostro en mi dirección y, dedicándome una media sonrisa explica—. De pequeño era muy inquieto, rompía cosas, así que mis padres me reprendían mucho, hasta me nalgueaban, duraban enojados muchos días. Mi abuela me aconsejó que para quitarles el enojo les dejara pequeñas notas en lugares donde pudieran verlas, pequeñas frases como lo siento o, te quiero, y así dejarían de estar molestos, y funcionaba. Deberías hacer lo mismo con él, así aligeras el momento cuando vuelvan a hablar cara a cara.

Cuestión de amor © [Cuestiones III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora