Capítulo 4

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Mi plan podría haber salido mejor sino fuera porque ahora la mitad de mis compañeras de informática piensa que estoy embarazada. Me pregunto si hay forma de que esto pueda empeorar. Aura, Carolina y Stella me jalan hasta el baño de mujeres de la empresa, mientras Valeria nos sigue con una expresión divertida en su rostro.

Se va a desquitar conmigo, eso seguro.

Cuando llegamos al baño, las chicas comienzan a decir tantas cosas que me marean.

— ¿Hace cuanto que no te llega?

— ¿Quien es el padre?

— ¿Por qué estás trabajando? ¡Deberías estar de permiso!

Abro la boca para hablar, pero solo siguen hostigandome con mas preguntas. ¿Cómo me metí en esto?

— ¡Valeria, ayúdame con esto!

Mi amiga se cruza de brazos y sonríe. Sus ojos brillan con malicia. Oh no.

—Es verdad, deberías estar de permiso.

¡¿Qué?!

— ¡Tengo  una idea, chicas! —sigue mi amiga. Todas la miran —. Vamos todas donde el señor Acevedo a pedirle que le de un permiso por maternidad a Lore. ¡Nos escuchará si vamos todas juntas! 

¿Qué? ¿Acaso se volvió loca? ¡No soy capaz de darle la cara al jefe! Mucho menos ahora que lo estoy engañando a sus espaldas. Si lo veo y termino diciendo algo comprometedor, todo mi plan podría irse al traste. Solo hay que recordar como me puse hace un rato, solo con verlo.

— ¡Es un error, no estoy embarazada! Un retraso le puede pasar a cualquiera, ¿no? —sonrío con nerviosismo.

Las chicas se miran entre ellas.

—Sé que todo esto es muy rápido Lore y que estás muerta de miedo, pero no te preocupes, te ayudaremos a sobrellevar esto —se acerca Valeria, pareciendo la amiga mas comprensiva del mundo. Me pone una mano sobre el hombro, y las demás me miran con ternura. ¡No, no le crean! —. Y sé que tienes miedo de que el jefe no lo comprenda. Pero si vamos juntas, lo entenderá.

—Sí Lorena, no te juzgaremos ni nada.

—No tienes que avergonzarte —Valeria habla con tanta dulzura que por un momento hasta yo le creo que estoy embarazada —. Aunque el papá sea un cobarde que se fue apenas se enteró.

¿Qué? Valeria, cállate por favor.

—Vamos con el jefe Lore. A menos que le tengas miedo.

Las chicas comienzan a protestar. Me llevo una mano a la frente y suspiro con exhasperación.

— ¿Cómo vas a tenerle miedo a él?

— ¡Se cree muy machito! Pero si te dice que no, por fin tendremos una excusa para demandarlo por explotación laboral.

— ¡Sí Lore! Es la oportunidad perfecta.

— ¡No vamos a ir porque no estoy embarazada! —grito.

Valeria codea a Aura y susurra:

—Está en negación.

—Lo entiendo. A mi cuñada le pasó lo mismo.

¡Ahhhhh! ¿Por qué Valeria me hace esto? Tal vez debería dejar de luchar. Suspiro con resignación, levanto los brazos hacia ellas y lloro internamente. Ellas me cogen de las muñecas y empiezan a jalarme entre vocecitas chillonas. Ni siquiera quiero ver. Pero sé por las curvas que vamos tomando que nos acercamos a la oficina del jefe. No es que el supuesto embarazo les importe, tal vez solo quieren una razón para hacerse valer frente a Daniel.

Lorena contra el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora