Capítulo 15

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El silencio no puede ser mas incómodo. El hecho de que el presidente de la compañía conocido por su alto machismo haya decidido escoger una mujer como compañera ha dejado muchos hombres con la boca cerrada. Varios ejecutivos se miran entre ellos con intriga. No dejan de pasar la mirada entre Daniel y yo una y otra vez, tanto que me dan ganas de que me trague la tierra. De verdad me eligió a mí. Estoy emocionada, pero la emoción que siento se ve eclipsada por la forma en la que los ejecutivos comienzan a juzgar con la mirada a Daniel.

Esto no es bueno.

Algunos ejecutivos empiezan a murmurar entre ellos. Daniel los mira con hostilidad pero es visible que está incómodo. ¿Está seguro de esto?

—¿Tienen algún problema, ustedes dos? —pregunta Daniel con voz autoritaria a dos ejecutivos que estaban cuchicheando.

Ambos se miran, y uno de ellos le dice:

—Te estás contradiciendo completamente.

—¿Por?

—Ellas no son confiables—dice él—. Por eso están en informática.

Antes de que Daniel pueda decir algo, me adelanto.

—Tendrá que comprobarlo por su cuenta entonces.

—¿Cómo? —el ejecutivo me mira, hastiado.

—Tendrá que elegir a una de las chicas de informática.

Juan David cambió y Daniel también ha empezado a hacerlo, pero ellos no son el único problema. ¿Hasta cuando seguiremos en la misma situación? En la fiesta a nadie le importaba el género o el estatus. Hice estos retos con el objetivo de que esta discriminación desapareciera y voy a defender eso a toda costa.

El ejecutivo se echa para atrás.

—Claro que no. Voy a hacerme con John—dice, poniéndole una mano en el hombro al caballero a su lado.

—Pues John también elegirá una mujer como compañera.

—¡¿Cómo?!—se indigna éste—. Olvídalo, no eres quien para dar órdenes. ¿Quien te crees que eres?

Me quedo muda. Es verdad, ¿qué estoy haciendo? Solo soy una secretaria, ¿que autoridad se supone que tengo para obligarlos? Es solo que me frustra ese pensamiento machista que el mismo Daniel empezó a sembrar desde que llegó aquí.

—Háganlo—dice Daniel de repente.

Segunda sorpresa. Todo el mundo se queda mudo, sin ser capaz de creer que el presidente esté dándole la razón a una mujer. De cierta forma estoy emocionada, está creyendo en mí y ha empezado a dejar sus prejuicios atrás.

—Esto es lo que Hernández quiere—se justifica él—. Si no lo hacen, esto no tendrá sentido.

—¡No me interesa! ¡No voy a hacerme con una mujer!

—Creo que tengo la pareja perfecta para ti—sonrío, caminando hacia las chicas de informática.

Este hombre odia a las mujeres mas que el mismo Daniel -al menos en la actualidad-, y tengo una amiga que tampoco tiene una buena imagen de los hombres a pesar de tener novio. Suena como el mejor experimento social del mundo. Hernández estaría orgulloso de mí si me viera.

—Ah no, no, no —Aura se resiste cuando comienzo a jalarla hacia el ejecutivo gruñón—. Ni loca, ¡suéltame Lorena!

—Sabes que las mujeres no podemos emparejarnos con otras mujeres. ¿O ya tienes pareja?

—¡No voy a participar de este circo!

—Lo harás. Quieres que esta discriminación se acabe, ¿no?

—¡Oye, jefe! ¡Controla a tu maldita secretaria! —se enfada uno de ellos.

—¡Es verdad! ¿Quién se cree? ¿La presidenta de este lugar?

Las voces de los hombres enojados llegan hasta mis oídos y muchos comienzan a criticarme. Aprieto la libreta que llevo contra mi pecho, mirando con horror en lo que nos hemos convertido. Estos hombres creen que aún vivimos en la época de las cavernas, donde las mujeres no tenían voz ni valor. Ahora todo ha cambiado. Nosotras también tenemos derecho a ser reconocidas. No es justo que nos traten de esta forma. Si tan solo nos dejaran demostrar de lo que estamos hechas...

—Ningún hombre podrá hacerse con otro hombre hasta que todas las mujeres tengan pareja—dice Daniel de repente.

Todos los ojos se giran hacia él de golpe. Siento un frío en el corazón por un instante, que poco a poco va llenándose con calidez. ¿Tal vez él está intentando cambiar?

—¿Estás loco? ¡Van a ser un estorbo! —exclama el ejecutivo que emparejé con Aura.

—¡Estorbo tu existencia! —le grita ella.

—¡¿Qué dijiste?!

—¡Suficiente! —grito—. Somos adultos, no una manada de animales. Olviden sus prejuicios por diez minutos. Luego...

Miro a Daniel en silencio. Solo por diez minutos.

—Luego podrán volver a ser los mismos seres crueles y déspotas de siempre.

Aunque algunos hombres se resisten mas que otros, finalmente deciden acceder. Todas las mujeres son elegidas, incluyendo la Barbie de plástico, las otras secretarias de cuerpo bonito y las señoras del personal de aseo. No hace falta mencionar que las secretarias de cara bonita y curvas formadas fueron elegidas primero. ¡Pero yo tuve prioridad, porque Daniel me eligió de primera! ¡Jaja!

Veo que Santiago elige a Valeria. Ésta me mira muy molesta, y pasa su mano por su cuello de forma amenazante indicando que me va a matar mas tarde. Mis amigas de informática también parecen muy incómodas por ser juntadas con hombres, a diferencia de Carolina, quien por poco casi salta a los brazos de Juan David. O me dio esa impresión.

Cuando ya todos estamos emparejados, Daniel agarra la libreta que llevo en los brazos con una mano, con la otra me agarra de la muñeca y dice:

—Veinte minutos. Hagan lo que quieran pero en parejas.

¿Veinte? Pero si solo eran diez.

—¡Un momento! —se queja uno—. El reto decía que eran diez.

—Pues ahora son veinte. Hernández tiene un infiltrado y no me voy a arriesgar a quedar mal.

¿Un infiltrado? ¡Mierda, no tomé la foto!

Daniel comienza a caminar, llevándome con él. Veo que el resto de mis compañeros comienza a dispersarse en parejas mientras entro con Daniel al ascensor. Tengo la impresión de que vamos a salir de la empresa. Me eligió, no puedo creerlo, de verdad me eligió. No solo eso, sino que me defendió ante el resto de hombres de la compañía cuando empezaron a criticarme. Fue un gesto muy bonito. Siempre se ve tan serio, tan impenetrable, pero sé que es humano y que puede sonreír. Lo he visto hacerlo un par de veces.

¿Podré en estos veinte minutos hacerlo sonreír de nuevo?

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¿Es esto una cita? 7u7

Cuando dijeron "pueden hacer lo que quieran en parejas" pensé en cosas sensualonas. Auxilio, soy una pecadora :'v

Lorena contra el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora