Esto de la fiesta ha sido una de las mejores ideas que se me ha podido ocurrir. Primero porque pude bailar con mi jefe en la máquina de baile, donde descubrí que es un excelente bailarín. Segundo porque descubrí que no es tan mala persona, ya que a pesar de su victoria fue capaz de reconocerme.
En la fiesta descubrí muchas cosas nuevas, como que Daniel es un experto en los juegos de baile, que Juan David puede ser un caballero cuando se lo propone y que cuando olvidamos nuestros prejuicios y nos llevamos bien unos con otros, todo es maravilloso.
Cuando nadie me está mirando, tomo una foto de mis compañeros divirtiéndose. La adjuntaré al próximo anuncio del periódico. Se supone que alguien incógnito estaría entre nosotros para verificar que la voluntad del escritor se cumpliera.
—Esto es maravilloso... —murmuro para mi misma, mirando a mis compañeros divertirse —Ojalá se hicieran cosas como esta mas seguido.
—Lo dudo —dice una voz detrás de mi.
Me volteo. Es Juan David, quien aunque no está mirándome con odio, está mas serio de lo normal.
¿Lo duda? ¿Por qué?
Él parece notar mi dilema mental y se apresura a responder.
— Daniel odia estar cerca de las mujeres. Por alguna razón, últimamente tu eres la única a la que parece tolerar —. Abro la boca para decir algo, pero sigue hablando—. Solo accedió a esto porque fue un deseo de su escritor favorito. De lo contrario, nunca habría permitido algo así.
Eso no puede ser.
—Pero... ¡Pero se estaba divirtiendo! No puedes decir que no le haya gustado.
—Seguramente sí, pero nunca lo admitirá. Solo trato de decirte que no te hagas ilusiones. Las cosas no van a cambiar por esto.
Hago una mueca de inconformidad. ¿Es posible que a pesar de que se haya divertido, siga firme en su decisión de mantenernos marginadas del resto? Yo lo he visto. Aunque fueran cosas pequeñitas, he visto que puede ser un hombre bueno y considerado que es capaz de preocuparse por los demás.
¿Por qué insiste en sostener su posición de ser superior?
—¿Y tú? —le pregunto.
—¿Yo?
—Una vez termine la fiesta, Carolina va a volver a informática con las demás—le digo. Sus ojos se abren con sorpresa, como si entendiera a donde quiero llegar— Y tú volverás a ser el mismo hombre machista de siempre.
Juan David mira hacia un lado, incómodo. Entonces es verdad, planea seguir en la misma postura retrógrada de siempre. Los hombres de esta empresa probablemente quieren interactuar con las mujeres y dejar de comportarse como idiotas, pero no lo están haciendo.
¿Es por Daniel, o porque su orgullo es mas grande que su deseo?
Agacho la cabeza, frustrada.
—Eres buena persona, Lorena. Pero no vas a cambiar a Daniel. Ninguna mujer podría convencerlo de que lo que esta haciendo está mal.
Eso es ridículo, pero sé que tiene razón. Hay algo que sé, y es que Daniel es consciente de su comportamiento machista. Sabe que está actuando mal, es solo que no quiere hacer nada para arreglarlo.
¿Por qué?
La fiesta terminó con un hueco en mi corazón. Tengo un enorme vacío en el pecho, pero cuando llego a la oficina al día siguiente, me doy cuenta de que Juan David tenia razón.
—Lorena, ¿ya organizó el desastre que quedó de la fiesta de ayer?
Parpadeo, sorprendida. Daniel me mira, frustrado. Parece mas irritado de lo normal. ¿Que le pasa?
—¿Que? Pero usted no me había dicho-
—No tengo que decírselo, es obvio —farfulla—. Como mi secretaria y como mujer, ¿no se supone que es su trabajo?
Abro la boca, indignada. ¿Donde quedó el hombre dulce de ayer?
—Me va a disculpar, pero no, no es mi trabajo.
Se pone derecho, como si fuera un león a punto de atacar a su presa.
—Lorena, me importa un pepino si cree que denigramos a las mujeres aquí—. Abro la boca, indignada. Recuerda lo que le dije ayer —. Su trabajo es hacer lo que le ordeno. Cumpla con SU trabajo.
Salgo de la oficina, dolida. ¿Por qué me hago ilusiones? Es un imbécil que no merece mi tiempo. Si tan solo pudiera volver a informática, todo seria mas sencillo.
Agarro algunos instrumentos de limpieza del cuarto de aseo, pero cuando me dirijo hacia el salon de eventos me encuentro con Juan David en el camino.
Se queda mudo. No se ríe de mí ni hace comentarios sarcásticos. Solo se para frente a mi, obstaculizandome el camino. He tenido un día de perros, no necesito de sus burlas.
—A un lado —farfullo.
Él no se mueve. Solo señala la cubeta que llevo en una mano.
—¿A donde va con eso?
—A limpiar el desastre por la fiesta de ayer—farfullo. Abre la boca para decir algo, pero lo interrumpo—. No me interesa si quiere burlarse de mí. Ahorrese su tiempo.
No dice nada. ¿A que hora piensa quitarse de mi camino?
—¿Daniel...? —pregunta.
Asiento con la mirada gacha. Soy una estúpida. Miro a Juan David con tristeza. Él tenía razón en lo que me dijo ayer. Tenía razón en todo.
De repente hace algo que me sorprende. Me quita el trapeador que llevo en la otra mano. Frunzo el ceño. ¿Y ahora que hace este idiota?
—Vamos—dice, y comienza a avanzar delante de mí.
No soy capaz de procesar mis pensamientos, creo que mi cerebro está colapsando. ¿Él... va a ayudarme?
Cuando llegamos al salón de eventos hecho un desastre, no puedo evitar preguntárselo.
—¿Por qué me quiere ayudar a asear este lugar?
No puedo evitarlo, desconfío de él. Juan David solo se limita a quitarse la chaqueta del traje y arremangarse la camisa en los codos.
Me mira.
—Intenté ir a informática, ¿sabes?
—¿Como dice?
—Queria ver a Caro y bueno... Ayer quedé en regalarle algo. Pero Cruz no me dejó pasar. Empezó a hablar mal de ella y... no pude evitar pensar que tal vez si hay algo mal con todo esto.
No puedo creerlo. ¿Que le ha hecho Carolina a este hombre? ¿Acaso lo hechizó?
—Espero que tú puedas dárselo.
¿Darle qué? ¡Ah, el regalo!
Asiento con la cabeza, sin saber que responder exactamente. Juan David me mira y me da una sonrisa apesadumbrada.
—Lo siento, Lorena.
Niego con la cabeza, pero estoy sonriendo. A pesar de que Daniel haya vuelto a ser el mismo de siempre, al mirar a Juan David me doy cuenta de que la fiesta no fue en vano.
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Publiqué este capítulo desde mi celular porque se me fue la luz. ¡Tardo mucho mas desde ahí! Por eso este capítulo no fue tan largo como el anterior :'v
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Lorena contra el jefe
Short StoryLorena es una oficinista del área de informática que es feliz en su trabajo, pero ella al igual que muchas de sus compañeras tiene un inconveniente: Los hombres de ese lugar tienen el pensamiento de la época de las cavernas, donde las mujeres no ten...