Capítulo 30 - La utilidad

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Lautaro le besaba el cuello a Eduardo y este último reía mientras intentaba abrir la puerta de su casa.

—Me haces reír —susurró —Voy a despertar a mis Padres.

—Eso estaría muy mal —rió Lau, mientras subió sus besos poco a poco hasta que Eduardo logró abrir la puerta pero el rubio lo giró hacia él para besarlo en los labios, ambos entraron con los ojos cerrados a la casa sin ver que las luces estaban encendidas y Jonathan con Sarah compartían un café en el comedor.

—Eduardo —dijo su Padre fingiendo naturalidad, Eduardo sobresaltado se alejó de Lautaro y comenzó a reír nervioso mientras Lautaro se ponía algo rojo y no encontraba donde mirar —Yo pensé que estabas en tu cuarto.

—Salí un segundo —dijo con una sonrisa.

—Hola —saludó Lautaro algo incómodo —Buenas noches.

—Buenas noches cariño —le dijo Sarah.

—¿Y ustedes? ¿Noche de estudio? —Eduardo rodeó la mirada mientras Jonathan no cambiaba su expresión facial.

—Algo así... voy a... a estar en mi cuarto —Eduardo mordió su labio inferior y tomó a Lautaro de la mano —Nos vemos —Lautaro no alcanzó a despedirse ya que Edu lo hizo subir rápido por las escaleras y cerró la puerta.

—Creo que tus Padres estaban despiertos —dijo Lautaro. Eduardo lo miró enfadado y lo lanzó de espaldas en la cama.

—¿Tú crees? —Lau asintió como si no fuera algo obvio, Edu también se lanzó a la cama y ambos chicos comenzaron a jugar con sus cabellos mientras se besaban una y otra vez. Lau le sostenía la cintura mientras Eduardo le jalaba la remera naranja y sonreía entre los besos.

—¿Y ahora que se supone que debemos hacer nosotros con Lautaro? —dijo Jonathan mientras volvía a tomar asiento y Sarah solo le lanzaba una mirada divertida.

—Dejar a Edu solo, a Tadeo no lo controlas con su novia.

—Pues es distinto, la novia de Tadeo es Ashley, la conozco de pequeña, es hija de nuestros vecinos... a Lautaro lo conocemos muy poco.

—Creo confiar en que Eduardo tomó una buena decisión con él, además no se están casando.

—¿Quién se va a casar? —Tadeo abría la puerta de casa y miraba a sus padres —¿Sucede algo?

—Tu Padre que exagera todo —dijo Sarah —Eduardo está con Lautaro en su cuarto, llegaron besándose y al parecer...

—¡¡¿Besándose?!! —gritó Tadeo sorprendido.

—Otro exagerado —Sarah se puso de pie y tomó su taza de té —Voy a irme a dormir, ustedes dejen a Eduardo en paz ¿Okay?

—Yo no he hecho nada —exclamó Tadeo indignado.

—Pues tu le sigues las ideas a tu Padre, así que cuidado —finalizó al salir de la cocina —Buenas noches —Jonathan se tragó su enfado y miró por la escalera.

—Tal vez debería ir a ver qué están haciendo.

—Eso no es buena idea —rió Tadeo —¿Quieres traumatizar a Eduardo de por vida?

—Tienes razón.

—No subas, déjalo en paz, ahora sírveme un té Jonathan —su Padre le miró enojado, le jaló levemente el cabello pero de todos modos fue a la cocina para prepararle a su hijo lo que le había pedido.

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