Eduardo caminaba de regreso a casa, sus auriculares le creaban una atmosfera de paz mientras daba pasos lentamente por la acera, el chico presionó sus labios y buscó las llaves de su casa para poder entrar, subió hasta su cuarto, dejando su bolso y algunas otras cosas sobre la cama, con cuidado ubicó su móvil y sus audífonos sobre el escritorio y bajó las escaleras, tomó asiento en el pequeño comedor que había en la cocina y bebió un vaso de agua mientras miraba en silencio la pared, suspiró agotado y regresó a su cuarto.
Su tarde fue mirar videos en internet, escuchar música, ordenar algunas de sus cosas y esperar que la cena estuviera lista. Cuando su Madre lo llamó, el chico bajó y saludó a su Padre y hermano.
Tomó asiento y comenzó en silencio a comer el espagueti que habían preparado.
—¿Eduardo sigues usando el metro? —preguntó su Madre, el chico asintió en silencio, bebió un poco de jugo y levantó la mirada —Creí que le habías regresado la camioneta —le dijo ella a su esposo.
—Papá se la ha vuelto a quitar —dijo Tadeo —y a mí también, por el jarrón.
—¿Por ese jarrón chino? —dijo ella indignada.
—¿Chino? —agregó enfadado —Ese jarrón llevaba años en mi familia y...
—Por favor Jonathan, todos sabemos que tu Madre compraba la ornamentación de su casa en los centros comerciales chinos, ese mismo te lo compro mañana mismo en tres dólares.
—Dos dólares —rió Tadeo. Jonathan, el padre de los chicos, rodeó la mirada enojado y miró a Eduardo.
—De todos modos Eduardo fue el único que respetó el castigo el fin de semana, le regresaré la camioneta —Edu lo miró, asintió en silencio nuevamente y humedeció sus labios.
—¿Con quién era que estabas? —Preguntó Tadeo en el momento que tomaba el postre de la mesa —¿Un amigo?
—Tu hermano estaba estudiando con uno de los policías —dijo Jonathan, Eduardo lo vio confundido —No lo reconocí de inmediato, pero luego recordé que era uno de los chicos que vino ese día del asalto, ¿Qué pasa con él? ¿Va en tu Universidad?
—No —dijo Eduardo, exponiendo una palabra por primera vez en toda la cena —Necesitaba un tutor de inglés y le he ayudado.
—¿Por cuánto dinero?
—Nada —le respondió —Solo lo ayudo y ya.
—¿Tú? —rió su Padre —Por favor, no eres tan amable para eso, ¿Qué esperas a cambio? Emborracharte con tu amiga de nuevo y tener a un amigo policía que te saque de los problemas antes de que tengas que llamar a tu hermano, eso es seguramente.
—Papá —le dijo Tadeo indignado —¿Por qué le hablas así?
—Eduardo no es amable solo porque sí, debe haber una razón —Eduardo sintió una pequeña puñalada en su pecho, la que poco a poco se iba agrandando y acercándose a su corazón —Esto es por interés propio.
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Solo Tú
Ficção AdolescenteEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...