Eduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...
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Josefina corrió hacia el casillero de Eduardo, trataba de apresurarse para que su idea no se desvaneciera en su mente y llegar completamente en blanco.
—¡Tengo un plan! —dijo ella sonriendo.
—¡¡Me asustaste!! —gritó Eduardo —¿Qué putas no te acuerdas que tengo asma? ¡Cualquier susto me puede matar!
—Lo siento, lo siento —dijo ella mientras Eduardo trataba de volver a respirar con normalidad —Pero tengo un plan.
—¿Cuál plan?
—¿Recuerdas que hoy salimos tú, Galia, Mckay, yo y de forma curiosa Lautaro con Marcos?
—No conozco a ningún Marcos, solo a una rata de alcantarilla de pelo rubio.
—Bueno, y la rata, en fin... mi idea es que invitemos a Omar.
—¿A Omar?
—Y a Augusto.
—Si estás de casamentera créeme que no sirvo para ese trabajo, ni siquiera puedo tener novio yo y le voy a estar consiguiendo a alguien más.
—A Augusto le gusta Omar, y el pelinegro creo que sigue sintiendo cosas por ti, y no es justo, hay que ayudar a Omar para que se olvide de ti, el chico... Omar no la está pasando bien.
—¿Por qué lo dices? —Josefina se le acercó y la narró todo lo que ella sabía que le sucedía a Omar Armenia, Eduardo sintió bastante tristeza y decidió aceptar la idea, no era justo que además de que Omar estaba lidiando con un estrés en la Universidad y el trabajo, tuviera que seguir enamorado de alguien que no le correspondía.
Eduardo se dedicó en invitar a Augusto, el que rápidamente aceptó, Josefina buscó a Omar, el chico no aceptó ni a la primera, tercera, o quinta vez que Jose le insistió, pero por cansancio decidió aprovechar que estaban fumigando el negocio de comida rápida donde trabajaba, y aceptó para pasarla bien un rato, distraerse era una buena idea.
El pelinegro sería el conductor designado, por lo que pasó por Josefina, Omar, Galia y Mckay. Augusto iría en su auto ya que no logró entrar en el vehículo, por más que todos hicieron el esfuerzo de hacerlo entrar.
En un comienzo Marcos había sido el de la idea, así que todos iban a un bar de la zona norte de la ciudad.
—Vale, ¿Todos recuerdan el plan, no? —preguntó Galia,
—¿Qué plan? —preguntó Omar.
—Todos queremos que Lautaro se quede con Eduardo y deje al gusano de Marcos, por lo que durante toda la noche nos dedicaremos a fastidiar a Marcos para que se vaya y Lau se quede con Edu.
—Al menos esa es una parte de plan —le guiñó la mirada la pelirroja, Josefina cambió el tema ya que quizás se había olvidado decirle a los otros dos chicos que el joven que iba sentado en la parte de atrás de los asientos estaba enamorado del pelinegro que conducía. Y además Omar aún creía que los otros dos eran novios, pero poco a poco iba entendiendo que jamás fue cierto.
