Los días avanzaban con más rapidez de la que todo el mundo quería, era septiembre y Eduardo trabajaba cada vez más en sus proyectos de fotografía, Charlie no le decía nada más que felicitaciones, pero en su mente se guardaba ciertas opiniones secretas; el chico sabía que Eduardo tenía mucho potencial, pero necesitaba verlo fluir bajo otros escenarios, sacarlo de su comodidad, por eso mismo inventó un viaje, coordinó su agenda para tener todo un fin de semana libre con sus alumnos.
—Entonces... ¿No vas a estar? —preguntó Lautaro con algo de tristeza —¿Todo el fin de semana?
—Charlie dice que es importante, que nos llevará a lugares exóticos para tomar fotos y luego programará una exposición en la Universidad.
—¿Entonces no vas a estar?
—Lau, me estás preguntando lo mismo —los chicos estaban acostados en la cama del pelinegro, Lautaro le acariciaba el cabello mientras trataba de que su mirada no se humedeciera —Lo siento, ¿Si? Sé que es importante para ti que pasemos juntos el fin de semana, pero si no voy quedo de irresponsable y poco comprometido.
—Ya, entiendo; no te preocupes, estaré más tiempo con Collin y... y... quizás salga con Mckay el sábado.
—Prometo volver temprano el domingo por la tarde.
—¿Cuándo te vas?
—Viernes por la mañana.
—Entiendo —Lau presionó sus labios, Eduardo levantó la mirada para verlo y el rubio sonrió, el menor no notó que era una sonrisa falsa, Lautaro hacía todo lo posible para fingir que no estaba triste.
Jueves por la tarde, Edu ordenaba todas sus cosas en el bolso color negro más grande que tenía, dejaba su cámara fotográfica muy bien guardada y su Madre le ayudaba a doblar la ropa, una vez terminado todo el chico tomó su móvil y revisó algunos mensajes, notó que tenía dos llamadas perdidas de Mckay, algo desorientado le regresó la llamada en lo que tomaba asiento frente a su escritorio.
—Hola Edu, ¿Cómo estás?
—Bien, lo siento recién revisé el teléfono ¿Me estuviste llamando?
—Si, estaba pensando que el sábado en mi casa podíamos juntarnos todos, cerca de las nueve ¿Te parece?
—Ah... —rió —Lo lamento, no voy a estar, estaré de viaje por algo de la Universidad.
—O sea, ¿No vas a estar en la ciudad? —Edu negó —Pero, pero... es el cumpleaños de Lautaro, el sábado, voy a hacerle una fiesta sorpresa en casa ¿No vas a estar? —Eduardo abrió sus ojos muy espantado, se puso de pie y miró el calendario, habían pasado algunos días de que comenzó el mes y él no cambió la hoja, por lo que al tirarla vio que estaba marcado el sábado cinco, con corazones y la letra L pintada alrededor.
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Solo Tú
أدب المراهقينEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...