El pelinegro resguardaba su móvil en el bolsillo de su chaqueta, cargaba su bolso y salía de su Universidad, caminó hasta el estacionamiento y a mitad del lugar vio a Lautaro, con la mirada baja y esperando que él llegara.
Edu se acercó en silencio, aprovechando cada segundo que veía a Lau desprevenido, el rubio levantó la mirada y vio de sorpresa al chico, sonrió como un bobo y se acercó, le besó los labios de forma pequeña y le desordenó un poco el cabello.
—Hola —dijo.
—Hola —repitió Edu riendo —¿Entonces... si vas conmigo?
—Si, ¿A qué a hora? Tengo tu camioneta.
—Pues... el chico de servicio al cliente me dijo que estaría todo listo a las seis de la tarde, nos demoramos una hora en llegar, así que... quizás deberíamos irnos ya ¿No?
—Vale, pero primero —Lau le besó los labios otra vez —Segundo: necesitamos ir a un supermercado, comprar cosas para comer y todo eso, yo corro con eso...
—Pero yo igual puedo...
—Tú pagaste todo el paseo, la alimentación déjamela a mí —Lau le guiñó la mirada, le entregó las llaves de la camioneta a Eduardo y este caminó hasta el lugar del copiloto —¿Conduces tú? Me gusta que lleves el control.
—Mmm... raro —dijo Edu riendo, tomando asiento y encendiendo el motor de su vehículo —Vale tenemos muchas cosas que tener preparadas, debo guardar ropa en un bolso ¿Tú también?
—Ya lo hice, está en el maletero —respondió Lau orgulloso.
—Okay, entonces debemos ir al supermercado, ¡Tengo que ir a la farmacia por mis inhaladores! Le di a mi familia los que retiré el otro día y me quedé con uno.
—¿Por qué les das a tus Padres inhaladores?
—Siempre los olvido, o los dejo en mi bolso y este último en cualquier lugar, así que por emergencia mis Padres y mi hermano llevan uno siempre.
—Entiendo, quizás deberías darme uno a mí ¿No? Me da miedo que algo pase y... y no tenga uno.
—Claro —río Edu mientras sentía un calor en su estómago —Entonces, la farmacia del centro comercial me queda casi de la salida, por lo que la ruta será: Supermercado, mi casa, farmacia, bomba de bencina para cargar combustible...
—¿Y nos vamos?
—Nos vamos.
—Me encanta lo ordenado que eres mentalmente —Lau se acercó para besarle la mejilla al chico, lo hizo y Edu detuvo su camioneta al estar frente al supermercado.
Los chicos recorrieron los pasillos, dejando frituras en bolsas, pan, cecinas, jugos y bebidas, Lau prometió cocinar así que llevaba también pasta y puré de patatas instantáneo, el rubio llenaba su carrito pequeño de color rojo hasta que notó lo distraído que estaba Edu con las cosas del pasillo, disimuladamente Lautaro se le acercó y le besó el cuello, Edu se espantó y se sonrojó, Lau empezó a hacerle cosquillas, Edu le rogaba que se detuviera mientras reía hasta que unos chicos conocidos del rubio aparecieron a un lado de ellos.
—¿Lautaro? —Tres chicos altos y casi iguales les miraron, el rubio sonrío con educación y les saludó.
—¡Hey! ¿Cómo están? —Lau de forma amigable le estrechó la mano a sus antiguos amigos de Colegio.
ESTÁS LEYENDO
Solo Tú
Novela JuvenilEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...