Eduardo abrió su boca sorprendido, cerró sus ojos tratando de creer que era un sueño, o una pesadilla mejor dicho, su teléfono sonó porque Josefina le estaba llamando, el chico lo tomó de inmediato para cortar, pero Lautaro había despertado.
—Hola —susurró sonriendo, para luego darse cuenta de lo que sucedía —Oh no.
—¿Qué se supone que haces en mi casa? ¡¿En mi cama?! —dijo Eduardo entre murmullos —Mierda van a verte mis Papás.
—No... no sé qué pasó —Lautaro se levantó de la cama, Eduardo le vio desnudo y se tapó los ojos con la sabana.
—¡Joder!
—¡Eduardo! Hice el desayuno —le gritó Tadeo desde afuera —¿Estás despierto?
—¡No!
—¿Cómo que no?
—¡O sea sí! —Edu se levantó, Lautaro buscaba su ropa por todas partes pero no encontraba nada de lo nervioso que estaba.
—Anda, levántate que necesito... —Tadeo entró al cuarto, Eduardo corrió a tapar a Lautaro y el rubio se puso detrás de él de forma inmediata —Feliz navidad.
—Por favor ahórrate el sarcasmo.
—¿Qué se supone que pasó acá?
—¿Quieres que te lo explique? —Eduardo tomó una almohada y se la lanzó —Vete, no hagas ruido que escuchan nuestros padres.
—Dudo que te hayas preocupado por el ruido anoche ¿No? —Tadeo reía sin poder parar —Mamá y Papá no están, a Mamá le salieron unas luces de navidad quemadas y fue a cambiarlas, llevaba a Papá para que llorara si fuera necesario, así que tienes unos veinte minutos —Tadeo guiñó la mirada.
—De acuerdo —Eduardo dio un paso adelante pero Lautaro le abrazó.
—No —dijo asustado —Sigo... sigo... desnudo —Tadeo abrió la boca sorprendido, Eduardo le miró enfadado y el mayor finalmente se fue del cuarto, Eduardo caminó hasta su maleta y sacó ropa interior.
—Ten, es nueva —se la entregó sin mirarle.
—No me importaría si fuera vieja, no sería la primera vez que tú me compartes...
—Lau, van a llegar mis Papás y olvídate lo mucho que mi Padre va a pedirme explicaciones.
—Eres mayor de edad.
—Ya lo conoces, mejor que nadie —Lau asintió, encontró su pantalón y remera debajo de la cama, se vistió y se estaba poniendo los zapatos sin calcetines ya que no los encontraba, pero Eduardo lo notó y le dio un par.
Lau le miró algo avergonzado, ninguno de los dos recordaba cómo había sucedido, el rubio tomó su teléfono y salió del cuarto.
—Lo siento —dijo Lautaro antes de irse.
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Solo Tú
Fiksi RemajaEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...