Marcos soltaba aquel disparo, Lautaro vio como aquello iba directo hacia Mckay, sin dudarlo se acercó para empujar a su amigo y de un momento a otro una gran luz blanca le atrapó. Quitándole todo el dolor y cansancio que tenía.
Al despertar, el chico frotó sus ojos y miró confundido su alrededor, sin entender absolutamente nada de lo que sucedía, al levantarse de su cama todo se iluminó y él reconoció el cuarto, estaba en su casa. ¿Qué había sucedido? Pues no lo entendía.
—¿Mamá? —preguntó, poniéndose de pie, vistiendo una remera blanca manga corta y un jeans muy apretado. El chico no encontró a nadie, pensó en salir de casa pero la puerta estaba cerrada, las llaves colgaban desde un gancho de la pared a un lado de la nevera, Lau las tomó y volvió a intentar abrir, no pudo, tampoco con la puerta del jardín, ni las ventanas, todo estaba cerrado —¡¡¿Hola?!! —gritó desesperado.
—Hey amigo ¿Me escuchas? —Mckay apareció sentado en el sofá del comedor.
—¡Mckay! ¿Qué rayos es lo que...?
—Sé que me estás escuchando, por favor respira ¿Si?
—¿De qué...?
—Vamos en la ambulancia, quizás me estás escuchando... estamos por llegar al hospital, no te vayas por favor... por favor... por favor... —Lautaro miró hacia todos lados confundido, de pronto su mirada se centró en la remera blanca, donde cerca del corazón tenía una mancha de sangre roja que se hacía poco a poco más grande.
—No —susurró asustado —¿Mckay qué es lo que...? —el moreno ya no estaba. Lautaro corrió al sofá, pero no había nadie. Estuvo por mucho tiempo solo, gritando y forzando las ventanas, golpeando las puertas y lanzando cosas contra los vidrios para romperlos y salir, nada resultaba.
—Hola Papá —Collin apareció detrás, Lautaro sintió adrenalina en su pecho, se agachó y le abrazó, pero el chico no estaba allí —Te han traslado a una clínica, estoy con Mamá, Eduardo ayudó mucho...
—Eduardo —susurró asustado.
—Tengo tarea y necesito tu ayuda, ¿Crees poder despertar?
—Estoy despierto, estoy acá ¿Por qué nadie me escucha? —Sintiendo esa extraña presión en el pecho y notando que la mancha de sangre en su remera se hacía más grande. Collin desapareció como polvo en el viento, Lautaro se aterró y se lanzó al sofá, comenzó a llorar por horas hasta que una voz que no había escuchado comenzó a susurrar por las paredes.
—Hola —dijo Eduardo, Lautaro se levantó y miró hacia todos lados, Edu estaba sentado a la orilla de la cama —¿Cómo estás bonito? Te he extrañado mucho...
—¡Eduardo! Sácame de acá... no entiendo que pasa por favor...
—...Estaba pensando que como tú y yo siempre los viernes vemos series o películas, esta vez pueda traer algo y leerte, no sé si te gustaría...
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Solo Tú
Novela JuvenilEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...