6 AÑOS DESPUÉS
La música sonaba tan fuerte como los gritos de fanáticos en el momento del gol de su equipo, todos se besaban, bailaban, bebían, y muchas otras cosas de adolecentes que curiosamente comienzan con B. ¿Qué más podría comenzar con esa letra?
—Basta —dijo Eduardo, riendo mientras trataba de bajar a su amiga del auto —Jose basta ¿Si? Bájate del auto.
—Vamos a conducir, será divertido.
—Estás demasiado ebria para conducir —Josefina se puso el cinturón de seguridad y presionó la bocina del auto por cuatro segundos seguidos —Mierda Josefina.
—La fiesta apesta, vámonos a otra parte —Eduardo y Josefina estaban a las afueras de un bar que celebraba la fiesta de año nuevo, eran las doce con treinta de la noche y había mucho movimiento por todos lados —Debe haber otro mejor lugar donde ir.
—A casa tal vez —rió Eduardo —¿Si sabes que mis Padres van a matarme por no pasar la noche con ellos?
—¿Vamos a irnos o no? —Josefina volvió a tocar la bocina del auto como si fuera la mejor música en sus auriculares. Eduardo rodeó la mirada mientras estaba de pie a un lado de su amiga intentando que se bajara de su camioneta. De pronto una luz le cegó los ojos, Josefina se quedó viendo y sonrió nerviosa cuando dos policías se bajaron del vehículo que se estacionó frente a ellos.
—Mierda —dijo Eduardo entre dientes, tratando de quitarle el cinturón de seguridad a su amiga, pero no pudo, se había atascado.
—Buenas noches jóvenes, ¿Podrían darme sus identificaciones? —Saludó el policía mayor de unos treinta años.
—Estamos por entrar a la fiesta —se excusó Eduardo —Venimos llegando.
—Identificaciones —Eduardo mordió su labio inferior, sacó su billetera desde el bolsillo del pantalón y Josefina solo reía nerviosa mientras su cabello castaño estaba alborotado y le cubría la mitad del rostro —Si su amiga se encuentra en estado de ebriedad no debería conducir.
—Claro que no —dijo rápidamente Eduardo —Solo está jugando, yo manejo, estamos por irnos y ella ya se...
—¿Irse? Me dijo que venía llegando —el chico que acompañaba al policía soltó una pequeña carcajada, Eduardo lo odió por eso —Creo que tendrán que acompañarme esta noche.
—¿Iré a prisión? —preguntó Josefina riendo —¡No! ¡La cárcel de mujeres no es lo mío! ¿Con quién voy a tener sexo allí entonces?
—Cállate, empeoras las cosas —le dijo Eduardo entre dientes —Oficial, tiene que existir un error, nosotros solo estamos...
—Están por subir al vehículo policial, Lautaro quítale el cinturón de seguridad a la chica y acompáñala al carro —El chico joven asintió, Eduardo caminó en conjunto al otro policía, su amiga no tardó en estar junto a él. La noche para ellos dos estaba recién comenzando.
ESTÁS LEYENDO
Solo Tú
Novela JuvenilEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...