Capítulo 50 - Victorioso

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Eduardo metía un billete en una máquina dispensadora de comida, esta se lo rechazaba por estar algo arrugado, pero al tercer intento las barras de cereales cayeron, él las tomó y empezó a masticar una de ellas, caminó por los pasillos color blanco y se acercó hasta Lautaro, este tomó su barra y las masticó nervioso.

—¿Seguro que no quieres nada de la cafetería?

—No, gracias, solo quiero salir de esta clínica.

—Ya... —balbuceó Edu con una sonrisa mientras presionaba sus labios, Galia salió de la habitación donde revisaban a Collin, la chica soltó una respiración agotada pero luego sonrió agradecida.

—Está bien —dijo con algo de alivio en su cuerpo —No le han hecho nada, solo tiene un poco de hambre pero lo demás está normal, podemos llevárnoslo hoy mismo a casa.

—¡Genial! —Lautaro abrazó a Galia con fuerza, Edu miró por la ventana a Collin y le saludó, el pequeño le regresó el saludo mientras la enfermera ordenaba el medidor de presión y las otras herramientas que había usado.

Los chicos no tardaron en salir, Jonathan les esperaba mientras todos los demás estaban en casa de Galia, Edu se detuvo un momento al sentir un poco de culpa por no ver a Oliver, pero el que haya hecho una cosa bien esta noche no significaba que borraba el daño del pasado.

En casa de Galia estaban Mckay y los padres de la pelirroja, Collin corrió pero no a saludar, si no que a abrir la nevera y prepararse un emparedado mientras pedía que le pusieran su canal en la televisión, Lautaro solo rodeó la mirada y le ayudó con su sándwich, Galia preparó el cuarto y Collin exhausto se recostó, durmiendo de forma inmediata.

Mckay estaba en el pasillo de la casa, vio a Galia salir y su mirada se ilumino al notar a la pelirroja con un mejor ánimo.

—¿Se durmió tan pronto?

—Si, me preocupa un poco que esté ignorando todo lo que pasó.

—Quizás él no le dio importancia —Mckay levantó los hombros —Collin es valiente, tranquila todo estará bien.

—Gracias por quedarte, y por soportar que haya estado histérica —Galia rió junto con el moreno, a quién se le iluminó la mirada mientras en silencio una temerosa Galia se acercó para besarle, los chicos apenas juntaron los labios por primera vez hasta que Lautaro apareció, sin darse cuenta de lo que sucedía.

—¿Collin se ha dormido? No alcancé a decirle buenas noches.

—Si —respondió la chica entre risas e incomodidad —Pero mañana despierta temprano, eso es seguro.

—Bueno yo entonces... voy a irme, supongo que por ahora todo está bien —el chico no podía sentir que la situación había terminado por completo, después de todo Marcos seguía por allí.

Fuera de casa, Jonathan miraba el cielo mientras recargaba el cuerpo en la camioneta y Eduardo miraba cosas sin sentido en su teléfono.

—¿Te sientes bien? —le preguntó su Padre.

—Si —dijo fingiendo una sonrisa rara —¿Por qué preguntas?

—Pues... ese tipo... salvó a Collin pero... pero no cambia nada ¿No?

—Por supuesto que no —dijo decidido mientras se abrazaba a sí mismo —Oliver sigue siendo el mismo de siempre, aún... aún veo su cara algunas veces en mis pesadillas —Jonathan se sintió algo mal por su hijo, pero Eduardo prometió que estaría bien, después de todo Oliver estaba en el hospital siendo vigilado por policías. No iría a ninguna parte aunque quisiera.

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