Tadeo llegaba temprano a casa, había cerrado la tienda antes de lo planeado, compró algunas cosas para la cena de la noche, llegó apresurado al apartamento con cuatro bolsas en sus manos, al entrar vio a Eduardo sentado en el mesón de la cocina y Lautaro besándole en los labios.
—Aún es temprano eh —dijo rodeando la mirada, Edu rió y Lautaro continuó cocinando el almuerzo.
—Voy a ir por mis llaves —dijo Eduardo bajándose del mesón —A mi cámara instantánea se le acabaron las fotos y quiero algunas para esta noche —Lau asintió en silencio, Tadeo dejó las bolsas en la cocina y le miró algo ansioso.
—¿Se lo dijiste?
—Aún no.
—¡¿Cómo que no?! Creí que se lo dirías hoy en la mañana.
—Ya pero se me quedó el anillo en casa, y me acobardé.
—O sea que saliste a pasear con él y no le dijiste nada —Tadeo presionó sus labios —Y yo pensé que eras un poquito más valiente —él soltó una carcajada pequeña, Eduardo dijo que volvería en una media hora, salió de casa y su hermano se quedó a solas con el novio.
—No sé si deba hacerlo, la verdad —Lautaro dejó lo que estaba haciendo y se giró para ver al mayor —Ayúdame.
—¿Estás nervioso?
—Si, mucho, ¿Y si dice que no?
—Llevan saliendo desde la navidad del año pasado, dudo mucho que se niegue, además... —Tadeo se le acercó, le miró a los ojos y le sonrió con mucho cariño —Eduardo te ama, te lo ha dicho, o sea, ¿Dudas de que él quiera pasar el resto de su vida contigo?
—Quizás no le guste el anillo que compré, o la forma en que se lo diga, tal vez él está esperando una celebración gigantesca y soy solo yo, con un anillo en una cajita color café.
—Eso último es lo que Eduardo ama, no las celebraciones gigantescas, Edu no está esperando que le hagas un musical, bobo —Lau sonrió un poco más calmado, asintió dichoso y prometió hacerlo a la media noche, cuando Eduardo estuviera viendo los fuegos artificiales.
***
La cena de año nuevo estaba casi terminando, eran las once con treinta de la noche, Lau caminó apresurado hasta la habitación de Eduardo y sacó desde el armario la cajita con el anillo, la miró nervioso, sonrió y la abrió; el anillo no estaba.
—Mierda.
—¿Qué haces? —Edu se apareció en el cuarto, Lau escondió rápido la cajita en el bolsillo de su chaqueta —¿Qué escondes?
—Eh...
—Lau no seas chistoso, ¿Qué andas haciendo?
—Nada, nada, solo buscaba mi cargador del teléfono.
—Yo no vi que...
—Y solo encontré mis audífonos, la cajita con mis audífonos inalámbricos, voy al baño.
—Pero ya casi es media noche y...
—Si, si, lo sé, media noche —dijo asustado —voy al baño —Lau fingió estar bien, pero al estar encerrado en el baño revisó la cajita café otra vez, no era la gran cosa, el anillo no estaba, se revisó los bolsillos, el suelo, pensó la última vez que lo vio y recordó que fue en su casa —Mierda, mierda, mierda —Lau tomó a Tadeo del brazo, lo llevó hasta la terraza del apartamento y le gritó desesperado —¡Mi anillo no está!
—¡¿Cómo que tu anillo no está?!
— ¡Está la caja vacía! Voy a casa y regreso.
—Espera no, yo... —Lau sacó las llaves de su jeep, condujo rápido hasta la mitad del camino, hasta que se quedó atrapado por el tráfico que sorprendentemente era mucho a casi quince minutos de media noche. Dejó su jeep estacionado frente a una biblioteca, se bajó y empezó a correr hasta casa, cansadísimo al llegar buscó bajo la cama, en el armario, en el baño, la cocina, el jardín, no estaba por ningún lugar, y ya faltaban seis minutos para año nuevo.
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Solo Tú
Ficção AdolescenteEduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...