(24) Princesa traviesa

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Todas las deudas pendientes se resuelven.

Volví a cometer un error y lo peor es que fue delante de mi hijo, perdí el control por completo y olvidé que venía con nosotros.

Koby, ese hombre siempre me saca de mis casillas me hace perder el control de una manera que no logro entenderlo, quisiera salir de él de una buena vez.

Angel sigue enojado, y reconozco que pocas veces he tenido problemas con el de esta magnitud y no es que sea directamente un problema, es que el desea que seamos una familia.

Y no estoy contenta estando cerca de Koby.

Hoy será un día bastante ajetreado, después de la paliza que se dieron esos incompetentes no quiero ni verlos. Es que son animales no entienden.

Termino de firmar unos papeles y salgo de la oficina con los documentos necesarios para la reunión. Michell sigue mis pasos y nos adentramos en la oficina, todos terminan de llegar y comenzamos.

Al final todos quedan a gusto y se despiden con una sonrisa. Suspiro y veo la hora, es casi hora de almorzar voy a pasar por Ángel, quiero almorzar con el y ver si puedo arreglar las cosas.

Salgo de la oficina y vuelvo a la mía a tomar mis cosas me despido de Michelle y voy en busca del auto. En el trascurso a la escuela llamo a mi hijo pero no contesta.

Me parece extraño, independientemente de lo que pase con nosotros el siempre responde mis llamadas por que sabe que la comunicación es importante.

Al llegar veo a todos los niños saliendo, me quedo en el auto unos minutos pero no logro verlo salir, mientras entro marco el número de César pero tampoco me contesta.

- Buenos días señorita, podría hablar con la Lic Rosa.

- Por supuesto, está en la sala de descanso.

Asiento y le agradezco, me desvío para el otro pasillo logrando verla a través del cristal conversando con otras profesoras.

Me acerco a ellas y conversamos un poco por que siempre que me ven, no pueden parar de hablar. Para salir del paso les pregunto si los niños del A12 salieron más temprano hoy y todas lo niegan.

Pregunto directamente por Ángel y ella se queda pensando para luego decir que recuerda, un hombre vino a buscarlo una hora antes de salir.

- Fue mi hermano Álex - Niega - Lic, no pueden dejar ir a mi hijo con cualquiera, a menos que sea mi hermano o yo

- Disculpe dijo que también era su tío

- Es el único que puede llevarse a mi hijo.

Busco mi teléfono en el bolso y marco el número de Álex pero tampoco contesta, y no creo que Carlos o Camilo se los hayan llevado, no tienen razón para hacerlo.

De todos modos Ángel me hubiese avisado a dónde va y no lo hizo eso es demasiado extraño, Koby tampoco fue, no tiene permiso de llevárselo de nuevo sin mi permiso.

Marco nuevamente el número de Ángel y me manda al buzón, manejo hasta la casa y en eso mi teléfono suena lo tomo corriendo y un frío intenso recorre mi nuca al escuchar una risa macabra del otro lado.

- Hola, ¿Quién es qué diablos quiere?

- Que es lo que más amas en este mundo, pequeña estrellita.

Esa voz, siento que la conozco pero no sé de dónde.

- Si no tienes nada importante que decir no estés molestando.

- Oh no eres para nada amable, al parecer andas buscando algo preciado para ti ¿Dónde está tu angelito en estos momentos?

Freno de golpe con el corazón a mil a punto de estrellarme, quedo paralizada escuchando su macabra risa.

LIBRO #2 DE LA TRILOGÍA PSICÓPATA  (LOS FANTASMAS DEL PASADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora