(25) Libertad en cadenas

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No todos los encierros vienen en muestras de cadenas, existen otros más profundos como el encierro del alma, nos vemos acorralados por tanto tiempo que perdemos la noción del mismo.

Después de permanecer unas eternas horas en ese lugar, me llevaron a otro volvieron  amoldazarme nuevamente como un perro, ahora andan conmigo de un lado para el otro.

Llegamos a una enorme casa Blanca con diseños negros verjas por todos lados "una típica cárcel de oro" como si no hubiese estado en una cárcel así antes.

Me encerraron en una habitación y no supe nada más en toda la noche. No dormí nada pensando en como estará mi familia mi hijo.

Escucho unas llaves entrar en la cerradura y abriendo la puerta completamente.

- Buenos días princesita - oh ese asqueroso.

- No pudieron enviar a alguien más, sinceramente tu me das asco.

Sube a la cama desatando mis manos, luego los pies, y termina con mi boca y ojos. Al abrirlos está justo en mi cara y lo empujo, no puedo ni tenerlo cerca.

- No te vuelvas acercar a mi - Salgo de la cama.

- Muy fina he, aquí te traje ropa y comida sí es que quieres.

Tomo las bolsas y en algunas encuentro vestidos, shorts, pantalones e interior; en otras zapatos accesorios y muchas cosas femeninas y yo como para que quiero todo esto.

Tomo una muda y voy hasta el baño al entrar noto que no está tan pésimo como lo imaginé, retiro mi ropa sucia y sudada  entro a la ducha, el agua empaña el cristal, inconscientemente termino escribiendo el nombre de Angel.

Debe extrañarme mucho y yo también a el, esto no tiene sentido, no entiendo por qué estoy en este lugar ¿Qué es lo que pretende Daniel? Si hubiese querido matarme lo abría hecho.

Entonces cuál es su plan.

Lavo mi cuerpo con abundante agua fría y cepillo mi cabello, minutos después salgo y tamo mi cuerpo con una toalla.

Me coloco un pantalón blanco camisa de rayas con mangas cortas y unos tenis blancos, unos lentes por si acaso. Me quedo observando la comida sin mucho apetito.

No puedo estar pensando en esto cuando estoy encerrada no sé en qué parte del mundo.

Abro la ventana intentando observar al menos el alrededor pero solo veo edificios y mas edificios creo que estamos en un décimo piso osea que no puedo lanzarme.

Toc toc.

¿Ahora tocan la puerta? Vaya cada día me sorprenden más.

-Adelante - ruedo los ojos.

En serio tenía que tocar.

- Oh te ves bien, veo que no has comido vamos a salir así que te quiero lista en diez minutos.

Aparentemente no me puedo negar pero al menos podré ver dónde estoy y planear algo para escapar. He pasado tanto por lo mismo que ni siquiera me sorprende.

Después de largos cinco minutos viene un hombre por mi, camino detrás de él doblamos a la derecha llegando a las escaleras. En la puerta principal se encuentra Daniel esperando; me detengo un momento y este imbécil me toma del brazo y me baja a la fuerza lo asesino con la mirada.

A fuera espera una limosina, entramos y me alejo de el lo más que puedo, observo por el cristal evitando su acercamiento.

- No deberías quejarte voy a tenerte como toda una Reina solo que encerrada para mi - Cruza sus piernas y coloca sus lentes  quiero ver cómo te marchitas y te tengo una sorpresa.

LIBRO #2 DE LA TRILOGÍA PSICÓPATA  (LOS FANTASMAS DEL PASADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora