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De tus demonios simplemente déjate llevar tal vez no sea tan malo lo que llegues a encontrar.
Mi estómago se resuelve y busco por todos lados sin obtener ninguna respuesta ¿Estoy delirando? No puede ser, la música sigue retumbando en mis oídos volviendome loco.
Veo a las personas bailar, reír, jugar y besarse sin control unos con otros y ese peso sobre mi que no me permite moverme, mi corazón late desenfrenado y mi garganta se seca, necesito un trago.
Mi cuerpo se estremece ante la idea de Camilo aquí, el tiempo se ha paralizado a mi alrededor. Veo a Michell divertirse sin idea alguna de lo que podría estar pasando.
Trata de llamar mi atención pero esos ojos que ví me han dejado sin aliento. Maldita sea, esto no está bien, me juré a mi mismo no dejar que Camilo gobierne mi mente de esa manera.
¡Pero qué diablos hago si lo veo en todos lados!
- ¡Ven! - La tomo de la mano.
Volvemos a la barra y pido más tragos, los tomo de una mirando entre la gente.
Ella sigue bailando sola en una esquina y tomando como si hoy fuera su último día, tan yo, sigo tomando con esos ojos clavados en mi mente.
- Tengo que ir al baño ahora vuelvo, no te alejes de aquí, ¡Ey hermano echale un ojo - Le grito al mesero.
Al menos espero que no se los he heche los dos río por pensar en esa estupidez, que idiota creo que los tragos ya están haciendo su efectito estoy riendo en mis propios pensamientos no jodas Álex.
Entro al baño y bajo el broche tarareo la canción de fondo mientras hago del uno moviendo mi cabeza de un lado para el otro tratando de relajarme un poco.
Luego de terminar voy al lavado un poco de espuma y me quedo hasta jugando con el agua, me sobresalto cuando alguien cierra la puerta de golpe.
Volteo y ahí está Camilo aparentemente enojado y más borracho que yo, lo veo en sus ojos desorbitados, su expresión seria y los nudillos llenos de sangre.
Mierda, qué has echo Camilo.
Mis manos presionan el lavado mi corazón se acelera y trato de regular mi respiración.
- Estás con ella, ¿de verdad tienen una relación?
Ahh eso, por qué no lo pensé antes, ahora me anda siguiendo debí saber que como el maldito narcisista que es, no iba a permitirse quedar con alguna duda.
- No te importa - Lo freno de golpe - Es mi vida, no tiene nada que ver contigo.
Golpea fuerte la pared y me asusta eso no lo esperaba me mira de una manera que nunca antes lo había echo, niega riéndose y vuelve a mirarme esta vez con los ojos mas rojos de lo normal.
Se va acercando a mi de manera peligrosa y retrocedo.
- ¡Claro que me importa carajo eres mío entiendes desde siempre, desde que nos vimos - Toma mi rostro entre sus manos y apesta a alcohol ¿Cuántas horas llevará tomando? - Desde que te hice mío aquella noche - Me pega a su cuerpo con demasiada fuerza - ¡Sigues siendo solo mío!
Sus palabras me dejan parizado, sus gritos me dejan aturdido por completo.
Sus labios se unen a los mios en un beso salvaje y desesperado, trato de zafarme, lo empujo y como no funciona muerdo sus labios y se aleja un momento me mira con malicia y sonríe como un maniaco.
Vuelve a empujar de mi cuerpo contra la pared y le doy un puñetazo logrando alejarlo de mi, cae al piso y me mira sorprendido pero no deja de reír.
Mi respiración se acelera sin poder creer el estado en el que está de pone de pie rápidamente y corro hacia la puerta y siento como soy arrastrado por el pie.
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LIBRO #2 DE LA TRILOGÍA PSICÓPATA (LOS FANTASMAS DEL PASADO)
RomanceEL FANTASMA DEL PASADO Los años pasan y las cicatrices sanan o simplemente las apariencias engañan. Después de tantas partidas y movimientos las cartas siguen sobre la mesa esperando una próxima jugada. El pasado hace presencia y es hora de enfrenta...