Capítulo 20

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El viernes tardó en llegar, pero lo hizo. Al salir del trabajo en el centro comercial, me encuentro con Dilan esperándome cerca de la casilla de vigilancia, impaciente. Sonríe al verme y se acerca al auto.

—Necesito el mío —se queja.

—Si dejas de gastar tanto en ropa y comienzas a ahorrar, podrás comprar uno —le digo estando ambos adentro.

—¿Dejar de comprar ropa? ¿Te estás escuchando? Oh, Anna Wintour, perdona a este pobre ser que no sabe lo que dice.

Pongo el auto a andar entre risas. Los viernes dejo a Dilan en una parada de bus lo más cercana al apartamento y que no deba desviarme para ir al club. Nos despedimos al dejarlo y luego continúo mi camino hasta mi otro trabajo.

La verdad es que ya me acostumbré a salir de uno para ir a otro. Al principio, trabaja los fin de semana también en la tienda. Cuando las cosas mejoraron en el club, dejé de ir.

Al llegar, saludo a los chicos que trabajan en el área general y luego me dirijo a mi zona VIP.

—¡¿Listos para hacer labores de Robin Hood?! —les grito al entrar.

Los dos bartenders, los cinco mesoneros y la banda aullan en aprobación.

—Rory, querida, ¿qué tenemos para hoy? —le pregunto a la vocalista de la banda.

—Preparé un especial de Chicago a modo solista. Habrá música sensual, música triste y por supuesto...

—Música de poll dance —nos reímos.

Me voy al pequeño espacio que tengo para organizar las cuentas y dejar mis cosas. Le envío un mensaje a Dilan para saber si llegó y me cambió la camisa para ayudar a servir en las mesas. No debería hacerlo, pero las propinas me motivan.

Luego de revisar que todo esté listo, doy la orden para abrir.

Generalmente, los invitados comienzan a llegar a las diez u once de la noche, para luego irse a las dos o tres de la madrugada, lo cual es una ventaja para nosotros porque nos vamos antes que los del club en general, que se van a las siete de la mañana.

La puerta automática se abre para dejar pasar a los primeros clientes de la noche y borrando la sonrisa de mi rostro.

¿Por qué la vida tiene que joder tanto a veces?

Las Bratz se dan paso al lugar junto con otros tres chicos.

—Buenas noches. En Nightmare Fantasy nos complace recibirlos. ¿Desean una mesa en específico o puedo ubicarlos en una?

Uno de los chicos le contesta en un tono bajo y ella los lleva hasta la segunda mesa después de la entrada, la cual queda frente a la plataforma de la música en vivo, diagonal a la barra, al otro lado el baño y delante de los juegos de casino. Es la mejor ubicación que tenemos.

Anota su pedido y se retira. Me doy media vuelta para quedar con la vista en la barra y no tener que ver a esas odiosas chicas.

Al cabo de unos minutos, se levantan y los veo salir a la terraza interna que da con el piso de abajo, desde el cual pueden disfrutar del resto del ambiente de la discoteca sin necesidad de estar entre la gente.

Enséñame a VolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora