Enséñame a Volar

Capítulo 48

Despierto en la misma posición que me dormí, siendo un milagro porque doy muchas vueltas en la cama. Mario está dormido boca abajo, con un brazo arriba de mi y la cabeza hacia el otro lado.

«Como un ángel de la guarda... Acompáñame a estar solo», paso una mano por su cabello y le canto.

Para mí sorpresa, está despierto. Retira su brazo de arriba de mi y se levanta para apoyarse del respaldar de la cama, su mirada perdida en el ventanal cerrado.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunta, después de un largo silencio.

—¿Hacer qué?

—Volver con Lucas y usar esa canción con él.

—Ya aclaré...

—¿A qué juegas, Jonah? —voltea a verme—. Terminas con Lucas, conectamos con esa canción, vienes a mi casa a darme uno de mis mejores días en mucho tiempo, vuelves con él y usas la misma canción. ¿A qué juegas? —insiste en saber.

¿Uno de los mejores días en mucho tiempo?

—Tú volviste con Tiffany, no veo diferencia.

—¿De eso se trata? ¿De venganza? Porque yo volví con Tiffany por obligación, tú lo estás disfrutando.

—Yo...

¿Soy sincero con él como está siendo conmigo?

—Responde, Jonah —exige.

—Lucas me aclaró lo sucedido en la fiesta. Yo le he hecho más daño a él y estoy tratando de compensarlo.

—¿Más daño del que me estás haciendo a mí? —pregunta y puedo sentir dolor en su voz.

—Está conversación no nos está llevando a ningún lado, Mario Andrés. Vas a lograr que me vaya.

—Eres muy egoísta, Jonah Boat —se levanta.

—¡¿Yo soy egoísta?! ¡Tú eres el jodido egoísta aquí! ¿Vuelves con tu novia y pretendes que yo me quede solo? No voy a esperar por ti toda la vida —suelto y él se detiene en la puerta con mis últimas palabras.

¿Por qué dije eso?

—No esperaste nada —dice en voz baja, pero logro oírlo.

¿Qué hago ahora? ¿Qué digo?

—La foto con Lucas sí fue venganza —confieso y él voltea.

—¿Venganza sobre qué?

—De tu foto abrazado con Tiffany y ella mostrando su anillo.

Frunce el ceño y se acerca a la cama.

—No sé de que foto hablas.

—Claro, supongo. Tan bonita la foto que fue improvisada —ironizo.

—No tengo idea de lo qué hablas. ¿Cómo era la foto?

Se la describo después de tanto insistir, me negaba a hacerlo. Él se queda con la vista fija en la pared detrás de mi, tratando de recordar la escena.

—Eso sucedió tal cual lo dices, pero no supe de foto. Tenía los ojos cerrados pensando en...

Se calla.

—¿En? —pido saber..

—Nada. ¿Quieres llamar a tus amigos para que te vengan a ver?

—Me quiero ir a mi casa —desvío la mirada.

—Toma para que llames —me extiende el teléfono—. Llamaré al médico para que también venga a verte.

Tomo el teléfono y lo reviso porque luce nuevo.