—No te lo creo.
Pablo no sale de su asombro cuando Dilan le cuenta a detalle lo sucedido en el club el viernes, como que si él estuvo ese día allí. Me mira a mi y solo me encojo de hombros. Nada del otro mundo.
Al finalizar de comer, mientras vamos saliendo del comedor, coincido con las Bratz, quienes están entrado. Detrás de ellas, vienen los tres chicos que no se despegan ni por un momento de ellas.
—¿Será que aquí eres igual de atrevido? —me reta uno de ellos—. Aquí no hay seguridad que pueda sacarnos.
Dilan hala de mi brazo para terminar de salir, pero no pienso huirle a ellos.
—¿Quieres ver? —me acerco a él.
Los otros dos chicos rodean a las chicas y se colocan a mi lado. Pablo prefiere mantenerse alejado y en cierta forma lo entiendo, es delgado en comparación a ellos.
Me quito el bolso y lo pateo en la dirección que creo está mi amigo. Dilan no se quita de mi lado, lo cual me preocupa, pues no es que sepa defenderse mucho.
—¿Tres contra uno? Que valientes.
—¿Tienes miedo? —me empuja uno de ellos.
Sin esperarlo, me doy media vuelta y le doy un golpe que aterriza en su mejilla, haciéndolo dar unos paso más atrás.
—En tu vida, se te ocurra volver a tocarme —le amenazo.
Uno de ellos me sostiene por el cuello con su antebrazo, lo cual es estúpido, pues es más bajo que yo. Con el codo, le doy en la costilla y este me llena la nuca de saliva cuando escupe de dolor.
—Eres asqueroso —me limpio la nuca y lo pateo de rabia.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —se aparece Lucas con otro profesor.
—¡Tú novio es un animal! —le grita Ivana.
Pablo se acerca y me da mi bolso, ajusto mi camisa y les paso por un lado.
—Jonah, espera —me llama Lucas.
Hago caso omiso y sigo caminando. Anne se quita para que yo pueda pasar y Tiffany me dedica una mirada altanera.
—Conmigo no, oxigenada —le digo cuando paso a su lado.
—Ya aprenderás a ubicarte —responde y pasa a sus amigos por un lado.
Se que las miradas de los presentes en el comedor están encima de mi. Las Bratz no solo fueron desafiadas, sino que una de ella se quitó para que yo pasara.
Mis amigos me acompañan a buscar el informe académico que debo enviar con las cartas de trabajo, aún hablando de lo sucedido. Me entregan el sobre y reviso que tenga lo necesario.
—¿Desde cuándo sabes pelear? —pregunta Dilan.
En realidad no sé. Solo recuerdo cómo peleó mi ex novio una vez.
Ignoro su pregunta y saco mi teléfono que no ha dejado de vibrar. Lucas es el nombre que aparece en la pantalla; no quiero hablar con él, así que guardo el aparato en mi bolsillo de nuevo.
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Enséñame a Volar
Roman d'amourCinco años han pasado desde que Jonah se mudó a La Gran Ciudad, la capital, para estudiar la carrera de sus sueños. Nadie le dijo que empezar de cero era fácil, pero nadie le dijo que era difícil. Sin su mamá, sin sus amigos, sin su primer amor. Jon...