Mario Andrés
Todos y cada uno de los aplausos que está recibiendo, los merece. Jonah sonríe a la gente que está de pie aplaudiendo y luego va a abrazar a cada integrante de la banda.
Baja del escenario, tratando de atravesar a las personas y llegar a nuestra mesa. Luce totalmente nervioso y avergonzado, no parece el mismo que estaba molesto hace poco. Cuando por fin llega, su amiga lo hala para abrazarlo.
—Estoy orgullosa de ti, Jonah. Joanne de seguro también lo estaría —le dice con sinceridad.
—Cállate —la empuja riendo.
Tal vez le de nostalgia recordar a su madre.
Los dos que siguen en la mesa son Dilan y Pablo, que le dan el mismo abrazo. Al llegar a mi, noto en su cara que se debate entre abrazarme o no.
Le ahorro el trabajo de decidir.
Abro mis brazos para recibirlo, nuestros cuerpos amoldados al del otro. Por un momento, su cuerpo me hace olvidar las personas que tenemos a nuestro alrededor.
Recuerdos de la canción llegan a mi y me hacen recitarle parte de la letra en el oído.
—I hear your voice, feels like flying.
—Your voice can take me there —corresponde.
Nos despegamos y él se nota más nervioso que antes.
—Deberíamos ir a otro sitio —propone.
—¡Sí! —exclama el más enérgico de sus dos amigos—. Pero no al Nightmare. Vamos en busca de algo más... entretenido.
Jonah asiente y se voltea para hablar conmigo.
—¿Quieres...
—Mario Andrés, nos vamos.
Me había olvidado de Tiffany, su voz autoritaria y exigente. Presiento que vamos a discutir en la camioneta.
Está de pie junto a Ivana y Sara, su cara se ve notablemente molesta. Regreso mi mirada a Jonah, esperando que entienda debo irme. Su mirada luce apacible y entendie que no quiero escoger, aunque él sería mi elección. Mueve la cabeza en símbolo de que me vaya con ella y se lo agradezco profundamente.
—Estamos en contacto, señor Boat —me despido.
—Llame o escriba cuando desee, señor Mario —contesta.
Entendió el mensaje.
Salimos del lugar por la parte trasera, que no está tan congestionada. Sabrina nos ha invitado a su casa para una reunión íntima y Tiffany quiere ir, comenzando así la discusión.
—Puedo dejarte allí —me encojo de hombros.
—¿Cómo que puedes dejarme allí? ¿Cómo se vería una mujer comprometida sola en una reunión social?
—Es solo un after, Tiffany. No es para tanto.
—No voy a ningún lado sola.
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Enséñame a Volar
RomanceCinco años han pasado desde que Jonah se mudó a La Gran Ciudad, la capital, para estudiar la carrera de sus sueños. Nadie le dijo que empezar de cero era fácil, pero nadie le dijo que era difícil. Sin su mamá, sin sus amigos, sin su primer amor. Jon...