Capítulo 34

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Mario Andrés

No quería que Tiffany me acompañara al evento benéfico. Sin embargo, cuando se enteró de que era organizado por Sabrina Verástegui y estaría la prensa, insistió en ir y no me quedó más opción que aceptar.

Al sacar el traje del vestier, recuerdo a Jonah explicando para cuándo podría usar algo así. La manera tan segura de si mismo y la gracia con la que hablaba hizo que me gustara solo un poco más ese día.

Pero tuvo que escoger a su novio antes que a mí y yo me tuve que comprometer.

Mientras Martha plancha la camisa, me ducho nuevamente, a ver si de esa manera los constantes recuerdos de Jonah se lavan de mi mente.

Me termino de vestir y salgo a hablar un rato con Martha, cuando Carlos me avisa que está abajo esperando con Tiffany.

Espero no cruzarme con Jonah esta noche.

—Hola, mi amor —me besa Tiffany al subirme en la camioneta.

—Hola, Ti —contesto cuando se despega.

El sitio donde será el evento no queda muy lejos de donde vivo, por lo que en diez minutos estamos allí. Lo que me estresa es tener que esperar tanto para poder entrar. Si no es porque quiero ver a Jonah cantar, hubiese llegado más tarde o no vengo.

Cuando al fin es nuestro momento, me bajo y le extiendo la mano a Tiffany para que pueda bajar. Luce hermosa en su vestido y quien nos vea, diría que somos una pareja perfecta. Me atrevería a decir que la prensa tendrá eso en sus titulares.

Pero no es lo que yo quiero.

Las palabras de Carlos sobre que sufrirá cuando me separe de ella llegan a mi cabeza como un tormento y más culpable me siento al pensar de que podamos salir reseñado en la prensa como la pareja ejemplo ahora y en unos meses o años, quizás salga yo con un hombre.

Que miserable me siento.

—¿Estás bien? —pregunta Tiffany con una sonrisa fingida.

—Sí, ¿por qué?

—Sonríe entonces —exige.

Miro a la cámara con la misma expresión de seriedad. No me interesa sonreír o aparentar algo. Luego de dejar que Tiffany se tomara todas las fotos posibles, le digo para subir. Una chica y un chico están viendo en mi dirección.

Jonah en medio de ellos dos.

De manera brusca se suelta del agarre de la chica y termina de subir las escaleras con otro chico que no sé quién es.

Intento seguir subiendo, pero Tiffany me detiene para seguir tomándose fotos. Casi diez minutos en ese plan hasta que la halo para seguir.

Al llegar a la entrada, las personas están aglomeradas esperando que revisen su identificación y los dejen pasar. Los amigos de Jonah están delante de nosotros, la chica volteando de vez en cuando a nuestra dirección.

¿Qué le habrá contado su amigo?

Cuando estamos a punto de pasar, Jonah y el chico que entró con él aparecen en un lado de la entrada. Me dedica una mirada rápida y luego se dirige a su amigo.

—¿Puedes apresurarte, Dilan? —exige.

Las personas de protocolo en la puerta cuando se percatan de mi presencia, me hacen pasar por el lado donde está Jonah. Trato de mantener la vista en el frente, pero mi cerebro me hace una mala jugada al ordenarle a mi nariz aspirar el aire con su perfume.

E inhalo.

Profundamente.

Tal como lo recuerdo.

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