Parte 7: La festividad

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Hubo un cierto día en que todo cambió en la escuela, temporalmente. Por veinticuatro horas, casi todos los chicos hacían gala de sus mejores ropas y habilidades, mientras que las chicas se arreglaban un poco más y mejor que de costumbre. Claro, una fecha que todos amaban y temían a partes iguales.

¡Claro! ¡Día de las bromas...! Neh, broma. Día de San Valentín.

Desde tempranas horas de la mañana se podían ver a grupos de amigos animando a uno de los suyos, condenado el individuo a ser uno más de los "soldados caídos", y a grupos de amigas aliviando a una de ellas que lloraba por haberle otorgado una vez más el título de "sólo amigos" a quien generalmente era la mejor amistad masculina que tenían.

Lincoln, Stella, Liam, Zack y Rusty veían de reojo a Clyde, quien le regalaba un gato de peluche a Chloe, conscientes los cinco de que Chloe era amante de los gatos, al igual que su novio. El moreno no se quedó ahí, pues le había dado unas flores rosas, regalo que el moreno sabía que eran de la preferencia de Chloe. Por último, la invitó a salir, hincando una de sus rodillas en el piso, y diciéndole a Chloe, cito textualmente:  A una velada romántica en un restaurante cerca de un lago a la luz de la luna, bajo el amparo de las estrellas y el sonido de mi guitarra en la calidez de la noche.

Chloe aceptó, encantada, dándole un sonoro beso en los labios al moreno, con lengua incluida, creando un ligero sentimiento de celos en sus amigos y de encanto en su amiga. Stella suspiró, feliz de presenciar ese momento tan romántico, mientras los otros cuatro soñaban con una vida parecida. De todos modos, estaban felices por Clyde, quien siempre había sido un buen amigo. Ninguno se esperaba nada menos, pues Clyde era muy considerado cuando se lo proponía.

Ambos novios se despidieron con otro beso, ya que aún tenían clases; solo se habían tomado un ligero descanso. Lincoln veía a Clyde en un futuro cercano bastante bueno, pues todo parecía indicar que se llevaría de maravilla con Chloe. Lo único que deseaba era que, como Clyde, sus amigos también encontraran el amor. 

- Nah, no te preocupes por nosotros, Lincoln -le dijo Zack, cuando Lincoln les compartió sus pensamientos- Nunca ha ocurrido nada fuera de lo ordinario, aunque... Bueno, no sé si Liam... Ya sabes...

- ¿Lo de su novia que vive cerca de su granja?

- Sigo sin creérmelo del todo.

- Oigan, ¡es cierto! Miren, ya pude conseguir la foto, para que me crean.

- Sí, como no...

- ¡Es en serio! Incluso conseguí la foto precisamente por este día. Para que la conozcan.

Liam les enseñó la foto que traía consigo. En ella, se veía a Liam abrazado a una chica rubia, quien, por más hermosa que fuera, no se podía evitar notar que no era citadina, pues era evidente por la ropa que traía puesta y por los músculos que se obtenían al arar. No le quitaba nada de su feminidad, pero de todos modos no se podía pasar por alto.

- Entonces, ¿ella es Nadia?

- Sip, y ahora no pueden decirme nada.

Rusty, Zack y Lincoln se quedaron sin palabras, mientras Stella se carcajeaba sin remedio. A Stella le daba tanta risa que no le creyeran a Liam cuando decía que su novia era hermosa, o que siquiera existiera.

- Bueno, ¿qué esperabas, Stella? -se lamentó Zack- No es como si una chica llegara por esa puerta y se decla...

- Este... ¿Aquí está Zack?

Su grupo de amigos se calló cuando una chica morena de cabello castaño asomó su cabeza por la puerta, algo roja.

- Este, aquí estoy...

- Ah -dijo la chica, poniéndose incluso más roja-  ¿Puedo... Puedo hablar contigo...? ¿A solas?

Zack se puso nervioso y no dijo nada. Igual de nervioso que esa chica, salió. Rusty tenía la boca abierta. 

- No es cierto, ¡incluso a Zack le va bien! -se quejó Rusty.

Lincoln no dijo nada, pues no podía creer que a sus amigos por fin se les cumpliera su sueño. Si todos conseguían pareja, eso significaba que tal vez... Él se quedaría sin nadie a su lado.

- Oye, Lincoln, no me dejes solo, ¿eh? Este es el club de solt...

- Disculpen, ¿alguien de aquí se llama Lincoln Loud? ¿Alice Keller? ¿Stella Merian? ¿Silvia Breneth? ¿O Steve Rogers? Tengo una referencia... Digo, cartas para ellos.

Una chica estaba pasando cartas a sus destinatarios. Y no era ninguna sorpresa que haya habido gente que enviara cartas anónimamente; el anonimato a veces hacía las cosas más interesantes e insinuantes para los destinatarios. Rusty parecía estar de acuerdo, porque se desanimó diciendo:

- Porque estoy solito, no hay nadie aquí a mi laaaaadoooo...

Lincoln recibió su carta con renovado asombro. No era sorprendente que Stella hubiera recibido una carta, pero, ¿él? ¿Y quién se la habría enviado? Stella no recibió solo una, sino seis cartas de admiradores. Sin embargo, todos lo notaron. Ninguna le despertaba el más mínimo interés a la morena. Leía cada carta como quien lee el reporte del clima, sin el menor atisbo de emoción. 

- Bueno, otro año se va -dijo Stella, guardando todas las cartas en su mochila y sacando su celular. 

O lo hubiera usado, sino fuera porque llegó otra persona con aún más cartas para ella. Mientras Stella recibía sin emoción esa nueva tanda de cartas, Zack volvió al salón con la mirada perdida y expresión soñadora.

- Entonces... ¿Te fue bien, Zack? -preguntó Rusty, algo molesto, pero mayormente en verdad interesado y preocupado por su amigo.

- Si bien significa que tendré una cita con Tania en un restaurante de pizzas... Sí, me fue bien.

- Lo que no entiendo es porqué a ti no te interesa, Stella -replicó Lincoln, mientras Rusty discutía con Zack sobre qué debía hacer en su cita- ¿No te agrada ninguno de esos chicos?

- Solo hay una persona en la cual estoy interesada -dijo Stella, aburrida- Y estoy segura de que él no tiene ni idea de que me llama la atención.

Lincoln asintió, condescendiente; su situación era exactamente la misma.

- Te entiendo. Pero eso no significa que tendremos un mal día, ¿cierto?

Stella sonrió.

- Sí, sobre todo porque podremos discutir quién te mandó esa carta mientras comemos unas alitas. ¿Te apuntas, Rusty?

- ¿Por qué no? -replicó Rusty, dejando a Zack con sus ensoñaciones- No es como si tuviera algo mejor que hacer.

Así que esa tarde solo se reunieron Rusty, Lincoln y Stella, donde las alitas les tendrían preparada una interesante tarde.



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