Parte 47: Los vínculos

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Lincoln vio como una enorme explosión se desencadenaba justo frente a él y el carro en el que estaba Stella. Los que presenciaron ese evento se sorprendieron y mantuvieron el silencio, sin poder creer que la persona que causó todo eso se hubiera sacrificado para salvarlos. Sin embargo, no hubo mucho tiempo para lamentarse, pues las balas aún volaban alrededor de todos ellos. Teniendo cuidado con los escombros y las llamas, el auto pasó de largo y siguieron a todos y cada uno de los rehenes liberados de esas instalaciones. El equipo Loud había escapado, todos al completo y sin excepciones. Hubo varios heridos, por supuesto: Luan tenía una muñeca torcida, Lisa tenía un brazo en cabestrillo, Lana tuvo que cortarse parte de su cabello porque se le quemó un poco, Pop Pop se recuperaba de su mala rodilla, Bobby se sacaba una bala de su pierna, uno de los tíos de Stella se recostaba a causa de su descalabro y la madre de Stella aguantaba en silencio un desgarrón en su pierna.

Todos pensaban y deseaban olvidar todo lo ocurrido, pues aunque los sucesos fueron más intensos de lo que jamás hubieran pensado, todo ocurrió en menos de veinticuatro horas. Conforme pasaba el tiempo, todos, a excepción de los conductores, se quedaron dormidos, y nadie paró hasta que llegaron al estacionamiento de un hotel. Se rentaron múltiples habitaciones, y todos se asentaron. Nadie se mantuvo despierto mucho tiempo. Las heridas se trataron, los cuerpos se bañaron, las mentes se desconectaron, y nadie se despertó hasta la tarde, dándoles más de doce horas de sueño.

Lincoln no sabía como sentirse con respecto a Stella. Era cierto que todos sus problemas los había causado ella, pero, ¿no era salvarle la vida a alguien más, sacrificando la suya propia, el mejor gesto que alguien puede hacer? Lincoln pasaría el resto de sus días deseando que las acciones de Stella fueran su intento de redimirse. Lincoln le agradeció en silencio, no solo por salvarle la vida, sino porque también le había dado cosas buenas, además de las malas. Le demostró que era capaz de ser fuerte, aún en sus momentos de mayor debilidad, le había mostrado que sin importar lo que ocurriera, Lincoln era el chico con un plan, para bien o para mal. Y, por supuesto, le había dado esas ocho caritas que dormían junto a él.

Lincoln vio a sus ocho hijos que se habían quedado sin madre. Ken, Rachel, Kate, Sarah y Jasmin entendían que Stella había cometido muchos errores, y que ella no estuviera, aunque fuera drástico, tal vez fuera lo mejor que podía pasar. Mira y Nora no entendían muy bien el término de la muerte, algo que Lincoln pensaba algo aliviado, aunque les tendría que enseñar en algún momento que ya nunca podrían ver a su madre. Pero Alex... Aún estando dormida, lloraba. Stella era la persona que más había influido en su vida, y a sus seis años ya se había quedado sin ella. Aún tenía a su padre, pero no era lo mismo.

Lincoln la ayudaría como fuera. La cuidaría, la abrazaría, la animaría a como diera lugar. Aún era una niña, y eso era algo que Lincoln tendría que aprender para apoyarla. Lincoln ya planeaba como tratar a sus hijos; pues, sin importar los acontecimientos, él era su padre. Ya era hora de que actuara como tal. Ya no había demonios activos en su cabeza, por lo que todo sería más fácil. Con todos esos pensamientos surcándole por la cabeza, Lincoln se quedó dormido.




Las noticias de una fuga de la cárcel fueron tergiversadas para no involucrar a los rehenes. Se informó al público que al menos doscientas reclusas escaparon, y que ciento sesenta y cuatro habían sido atrapadas exitosamente. Veintisiete de ellas resultaron trágicamente muertas en el escape y en la recaptura. No se les dio un funeral propiamente dicho, pues casi ninguna de ellas tenían familia, y las pocas que sí, no le importaban a nadie. Las aproximadamente diez o nueve que no estaban en el recuento, fueron asumidas como prófugas, y sus rostros fueron mostrados para su pronta captura. Lamentablemente, los casi trescientos oficiales que apoyaron en la captura no salieron ilesos. Al menos ciento cuarenta resultaron heridos, y casi cincuenta de ellos fallecieron haciendo su trabajo. A ellos sí que les hicieron funerales. Hubo lágrimas, palabras de despedida, y muchas viudas que se despidieron de sus valerosos esposos.

Casi tres meses pasaron de esos incidentes, en los que la familia Loud se acostumbraba a su vida nuevamente. Pop Pop y Myrtle vivían en una casita cerca de la residencia Loud, dónde eran visitados con asiduidad. Bobby y Lori vivían también en las cercanías. Los Casagrande se mudaron a una localización mucho más cercana a su nueva familia, pues Bobby y Lori ya se habían casado unos meses antes del incidente. Lori estaba a unos meses de dar a luz a su primera hija. Bobby estaba muy feliz por ello... Aunque se sentía un poco abrumado porque Lori le susurraba a menudo que era la primera de la decena. Casi un mes después de los sucesos, Luna y Sam anunciaron su boda. Fue una alocada fiesta con interesantes atuendos. Ambas bailaron por horas. Se pasaron la siguiente semana acomodándose. Por setenta y dos horas seguidas, ambas roqueras tuvieron todo el sexo que no habían podido tener por meses de abstinencia. Solo se interrumpieron para comer y hacer sus necesidades. Y tan solo un día de descanso después, comenzaron sus más de cuarenta años de sexo diario. Adoptaron a tres niñas que amaron con toda su alma. Y aunque no eran de su sangre, las tres niñas crecieron de manera saludable, con amor, y con cariño... Y como no, amando el rock.

Luan y Benny se casaron poco después que Luna, algo que todos se esperaban. Lo que no se esperaban era que Luan llevara ya unas semanas embarazada en la boda, señalando que no se había podido resistir. Y siguiendo el ejemplo de su hermana más mayor, Luan excitaba a Benny diciéndole que no se detendrían hasta que se hubiera agotado su recuento ovárico. Lynn solo tuvo dos hijos con Ryan, aunque no dejaran de despertar a los vecinos con sus sesiones. Lucy mantuvo una relación estable con Rocky, cumpliendo sus más alocados fetiches. Incluso se vistió de rosa en una ocasión. Los cuatro hijos que tuvieron fueron reconocidos como los cuatro jinetes, llenando al mundo con sus ideales y poemas.

Lola y Lana seguían sin pareja, pero nadie dejaba de ver el glamour de Lola en sus pasarelas, ni los asombrosos autos que Lana construía. Y nadie se engañaba con la idea de que los hombres las veían a ambas solo por "la trama".

Nadie se esperó que Lily se embarazara a los quince años de Carlitos Casagrande. Y cuando todos estaban a punto de reprender a Carlitos, Lily Loud intervino, diciendo que era ella la que lo indujo a sacarse el condón. Carlitos, rojo como un tomate, asintió. Lynn Sr. y Rita tuvieron que escuchar a su hija menor explicando como prácticamente había forzado a su novio a hacerlo con ella. No entró en detalles, y tanto ella como Carlitos guardaron en secreto que ella lo amarró a su cama cuando nadie estaba en casa, y que, cuando se acabaron los anticonceptivos, Lily sugirió que los reusaran. Carlitos se negó tajantemente, pero la sangre Loud en las venas de la rubia tomó el control y Lily Loud se adueñó de la situación. Con corazones en sus ojos, Lily montó a Carlitos hasta que el condón se rompió.

El pobre latino abrió mucho los ojos cuando sintió la ruptura del plástico, e incluso más cuando su novia lo vio con una sonrisa en sus labios y comenzaba otra vez. Carlitos no pudo negar que disfrutó cada segundo de la montada, pero se asustó cuando llegó a la docena de orgasmos después de tres horas y Lily no se detenía, recibiendo descarga tras descarga dentro de su vientre. Peor: cuando los Casagrande volvieron a la casa, Lily le dijo que anunciara que él se iba a dormir. De esa manera, Lily lo mantuvo atado en su cama el resto de la noche. Justo cuando el sol asomaba, Lily por fin suspiró, satisfecha. Carlitos por fin pudo levantarse y descansar... Cinco minutos antes de que sonara su despertador.

Lo que más lo sorprendió fue lo silenciosa que había sido Lily con todo eso. Las técnicas que aprendió de su familia eran aterradoras. Y lo peor (o mejor), Lily le susurró unos días después que, hasta el momento, no había tenido tantos periodos, por lo que estaba más que fértil para las siguientes décadas. Carlitos tragó saliva cuando, justo cuando se iba a clases, Lily cambió de opinión y lo encerró en el baño junto con ella.

Lynn Sr. y Rita veían con temor como su familia aumentaba sin control. Les llegaban noticias también de que serían tíos abuelos por todos sus sobrinos que se transformaban en padres, y sus propios primos en abuelos. La cuenta ascendía a casi cuarenta Louds nuevos en el mundo. No era raro que esa familia era comparada con conejos.

Y finalmente, ambos padres tenían que arreglar el tema con dos de sus hijos que no tenían descendencia ellos mismos... Ya que parecía que querían tenerlos pronto, a pesar de lo que les dijeran.

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