Parte 42: El paso

175 28 7
                                    

La familia Loud y sus acompañantes se apresuraban lo más rápido que podían por las calles, sin tener ni la más remota idea de que el caos se desataba de las manos del mismo Jevil. Lo único que querían era recuperar al albino. Sin embargo, muy pronto, varias patrullas comenzaron a aparecer por todas partes. Sin entender el significado de ello, Vanzilla fue conducida por dentro de todo ese desastre. 

Sin embargo, cuando comenzaron a acercarse hacia una conglomeración de policías, tuvieron que detenerse.

- Oficial, ¿qué es lo que pasa? -preguntó Rita por la ventana.

- Lo sentimos, señora, pero ya no puede pasar. Hubo una fuga de la prisión, y es vital que se vayan antes de que las cosas se pongan peor.

- Pero...

- Señora, lo siento si usted y su familia se pierden de sus vacaciones, pero esta calle está cerrada.

- ¡Mi hijo vino por este lugar, y por más que odie decir esto, es muy probable que él halla sido el que provocó la fuga! No debió de ser más que una pequeña distracción o estar ahí en el momento adecuado, pero aún así...

- Wow, wow, wow, ¿cómo sabe usted todo esto? -preguntó el oficial, repentinamente alarmado por lo que escuchaba.

- Porque mi hijo fue forzado a hacerlo. No fue sino hasta ahora que atacó sin querer a otras de mis hijas y...

- ¿Atacó? -preguntó el oficial, ahora completamente sospechoso.

- ¡No está en sus cabales! Créame cuando le digo que él jamás querría que nada de esto pasara. Por favor, encuentre a nuestro hijo. 

- Solo dígame, ¿por qué cree que fue su hijo quien provocó la fuga?

La cara de Rita se ensombreció al responder.

- Porque quien lo está forzando a hacer todo esto es una de las peores presas de esa cárcel.

El policía no estaba nada satisfecho con esa explicación, pero dado que, a pesar de todo eso la situación seguía siendo peligrosa, optó por la mejor de sus opciones para mantener todo en orden y ayudar en lo que pudiera.

- Mire, señora, no puedo dejarla pasar. Entiendo que su hijo pueda estar en peligro, pero no podemos dejar que unos ciudadanos... inocentes crucen el perímetro. Pero supongo que el único hombre en este fiasco ha de ser su hijo.

- Tiene cabello blanco, tal vez eso les pueda ayudar. 

- Tan joven y ya tiene cabello blanco... Vaya suerte -murmuró el policía. Y fue a informar a sus compañeros de esas noticias.

No dejó pasar a nadie, a pesar de que varias de las personas tenían la capacidad de ayudar en verdad, pues Lynn sabía como dar pelea sin recibir daño, y, cuando el oficial les dijo que los presos iban armados, Lisa intervino diciendo que tenía varios mecanismos que podrían ser de utilidad. Sin embargo, el oficial descartó todas sus ideas y discusiones al recibir una peor noticia: Enterados de que la policía los perseguía, Stella les había advertido a través de un megáfono que no los persiguieran, pues si alguien intentaba detenerlas, no tendría más remedio que sacrificar a uno de los rehenes. Para la mayoría de los policías fue una amenaza suficiente. Los que aún tenían intenciones de continuar, argumentando que unos hombres no eran gran cosa, desistieron del todo al enterarse de que tres de los rehenes eran unas niñas menores de diez años. Hubo planes para continuar, pero nada parecía dar resultado.

- Espero que entiendan que su hijo, por más amenazado que esté, es cómplice de estos crímenes.

Casi todas las hermanas y acompañantes se enojaron ante esta mención, y hubieran hecho algo peor, sino fuera porque Leni y Lucy los calmaron.

Y llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora