Parte 10: Las discusiones

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Después de lo que discutieron en el restaurante, el grupo de amigos había recibido un cambio muy drástico debido a sus anteriores ocurrencias. Ahora, tanto Clyde como Zack tenían menos tiempo que pasar con los demás debido a sus respectivas novias, Liam pasaba mucho tiempo tratando de hablar por video-chat con la suya, mientras que Lincoln, Stella y Rusty seguían dilucidando sobre quién le había mandado la carta a Lincoln. Sin embargo, por mucho que pensara, Lincoln no tenía ni la más remota idea de quién podría tratarse. Pasó mucho tiempo intentando averiguarlo, ensimismado por la idea de que alguien lo quería. Era tan notorio, que todas sus hermanas le preguntaron que qué le pasaba. Solo entonces, Lincoln se dio cuenta de que no había hecho nada con sus hermanas desde hacía una semana.

Pero, por una vez, ninguna de sus hermanas se veía molesta. Al contrario, se mostraron contentas cuando él les pidió consejo o sabiduría sobre cómo podía darse cuenta de esas sutilezas.

- Eso solo depende, Lincoln -le dijo Lori- Después de todo, cada chica es igual y a la vez muy diferente a las demás. Así que empecemos con lo básico, ¿con qué chicas te llevas mejor? ¿O a qué chica has ayudado en tu vida que pudo haber terminado amándote? 

Lincoln hizo un esfuerzo para pensar, pero muy pocas chicas se le vinieron a la mente: Haiku, Becky, Dana, Fiona, Jackie, Mandee, Margo, Paige... Ronnie Anne. Esa última opción era la que, en contexto general, era más probable, debido a que era la persona con la que más había intimado del sexo opuesto era ella. Sin embargo, todo se derrumbaba por el simple hecho de que ella se encontraba a kilómetros de distancia de él. Además, las cartas no eran su estilo. En cualquier caso, Ronnie Anne se habría acercado a él de forma directa, cara a cara y con la cabeza en alto. Tal vez estaría nerviosa y actuaría más raro que de costumbre, pero Lincoln sin duda lo notaría, en el improbable caso de que ella estuviera en la escuela. Y como él era más que consciente de que ella no estaba cerca, no tenía más remedio que sugerirle a sus hermanas los pocos nombres que se le ocurrían, por lejanos e improbables que parecieran. Lincoln, lo notó, vio como sus hermanas iban poniendo caras de desconcierto cuando les mencionaba a las amistades más cercanas que tenían ellas, no las de él.

- No lo entiendo, hermano -dijo Luna- Sólo nos mencionas a nuestras amigas. ¿Qué hay de las tuyas?

- Ese es el problema, las únicas chicas que son mis amigas, son Ronnie Anne, Stella, Paige y ustedes, por así decirlo. No hay nadie más que sea tan cercano. Y como sé que ninguna de éstas opciones es posible...

- Espera, espera, espera -lo cortó Lynn- Entiendo a Ronnie Anne y a Stella, pero, ¿qué hay de Paige? ¿No te contestó la carta que le mandaste?

- Oh, sí me contestó, pero fueron unas simples líneas diciendo que era mejor que solo fuéramos amigos.

- Pues tal vez ya cambió de opinión.

Lincoln iba a responder, pero le entró la duda. ¿Y si así era?

- Es una posibilidad -admitió.

- Bueno, pero olvídate de NUESTRAS amigas, Lincoln -dijo Luan. Ni siquiera ella tenía ganas de cortar la seriedad del asunto- Interactuaste con ellas en alguna ocasión, pero eso no es para nada suficiente como para que se enamoren de ti. He conocido gente que disfruta tanto de una serie, que incluso forman parejas inventadas que involucran al protagonista con cualquier chica que aparezca en cada episodio. Ni siquiera intentan que suene coherente, solo pasan unas cuantas líneas y ¡bum! Tienen hijos, se enamoran, se casan o cualquier otra cosa en tan solo media página. No, en la vida real tiene que haber un trasfondo, razones para juzgar los hechos. No todo ocurre porque sí. Debe haber historia. 

- Lo sé, lo sé -dijo Lincoln, exasperado- Pero ya les dije, las que verdaderamente son cercanas a mí no sienten algo por Lincoln Loud. Por eso me fui a lo segundo que se me ocurrió.

- Bueno, yo en tu caso no descartaría a Paige -dijo Lola- O tal vez es alguien que no conozcas.

- Es cierto, tal vez sea alguien que no te hable, o que te vigile desde las sombras -sugirió Lily, recordando una de las películas que había visto.

- Puede que incluso sea alguien mucho más cercana a ti de lo que crees -dijo Lana.

- Hey, eso se oye bien -dijo Leni, sonriendo- Nuestro Lincky, amado y perseguido por una chica que para él es invisible, que no la nota o no tiene ni idea de que siente algo por él. ¿No les parece romántico?

- Me lo parecería, si no fuera porque es exactamente lo que dijiste, pero al revés, y es mi caso -pensó Lincoln, mientras sus hermanas suspiraban, imaginándose la situación.

Pero la idea de Lana de que podría ser alguien muy cercano a él lo dejó pensando. Tal vez fuera verdad. ¿Y si así era?

Mientras se hacía tarde, Lincoln rememoró su inquietante sueño de la noche anterior, decidido a acostarse temprano para poder dormir más tranquilo, si podía. Subió las escaleras, se puso su pijama, cenó unas sobras que se había guardado y trató de dormirse. Una sombra entró a su cuarto, tan lenta, silenciosa y discretamente, que el cuerpo de la sombra había entrado casi la mitad de su persona en la habitación antes de que los ojos de Lincoln la detectaran.

- ¡Wow, Lucy! ¿Qué haces aquí? 

- Creo que tenemos que hablar, Lincoln. No te va a gustar, y a mí tampoco, pero los espíritus que nos acechan no se mantendrán tranquilos hasta que tu secreto salga a la luz o desaparezca por completo.

- No entiendo de lo que me estás hablando. 

- Lo sé. Aún no me entiendes, todavía no. Hablemos, y lo sabrás.

Lucy se veía seria, y Lincoln se preguntó de qué querría hablar. ¿Le había hecho algo? Le dejó espacio para que se sentara en su cama.

- Bien, Lincoln. Ahorraremos mucho tiempo si prometemos no decirnos mentiras. 

Lincoln asintió lentamente, curioso.

- Eso ayuda. Yo también estoy de acuerdo. Bueno, entonces empezaré siendo honesta al decirte que... Suspiro... Vi... lo que había... en tu álbum.

Lincoln se puso pálido y tragó saliva, sintiendo como la mirada seria de Lucy lo traspasaba cual cuchillo.

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