Parte 16: La intriga

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El albino no había contado a sus amigos el más mínimo detalle lo que le ocurrió en el salón, pero la banda entendió, sin problemas, que esa chica tenía sus intenciones... bastante claras.

- Hermano, creo que te sacaste la lotería.

- ¿Qué? Rusty, ¿de qué hablas?

- Una chica es la que hace los movimientos hacia ti. ¿Cuántos chicos crees que quisieran estar en tu lugar?

Lincoln se lo pensó un momento, pero nada se le vino a la mente. Ni falta que hizo, pues Stella respondió por él.

- Yo creo que si Lincoln hubiera querido aceptarla, ya lo habría hecho. Si no es así, entonces es porque ya tiene a alguien en mente. Prácticamente todos los chicos habrían aceptado de inmediato. 

- Bueno, eso indica que nuestro Lincoln tiene una voluntad de hierro, ¿no es así, amigo?

- Sí... Supongo que sí.

Lincoln seguía sin saber a quien le podían pertenecer esos pechos, pero estaba seguro de que podría identificarlos una vez viera a las chicas de las cuales sospechaba. Estaba casi seguro de que Haiku tenía algo que ver, pero no estaba convencido. Esa obsesión que sintió no era algo que pudiera ver en Haiku, aunque claro, no sería evidente si así fuera. De todos modos, no le cuadraba que fuera la gótica, pues sin lugar a dudas había sentido una familiaridad con esa figura.

- Yo aún creo que podría ser alguien que no conocemos.

- ¿Tal vez sea esa chica Cute?

- Dices que Maggie es una posibilidad, ¿no, Lincoln?

Pero por más vueltas que le dieran al asunto, Lincoln no podía quitarse la horrible sensación de que fuera Ronnie Anne. Él seguía pensando que todo el asunto no era algo que la latina hiciera, pero lo demás cuadraba... Incluso una posible obsesión, si ahora los papeles se invertían.

- Bueno, sea quien sea, espero que eso no cambie nuestra amistad -dijo Clyde.

- Eso no cambiará, excepto tal vez el tiempo que nos veamos -rió Lincoln.

El grupo de seis amigos por fin tuvo una tarde en la que todos estuvieron presentes. Después de meses sin poder ir al cine por temas de salubridad, decidieron ir para volver a sentir esa emoción de película nueva en la pantalla grande.

- Hay que ver Rápidos y furiosos 18.

- No, mejor John Wick 6.

- Los nuevos Vengadores.

- Shrek 5.

- Vacas Vaqueras 2.

- Los increíbles 3.

- La biografía de Chabelo.

Y después de mucho discutir, decidieron ver Misión Imposible, Comando Alfa. Lincoln no quiso perderse ni medio segundo de la película, por lo que se aguantó las ganas de ir al baño. Zack y Liam debieron de pensar lo mismo que él, porque cuando el peliblanco salió corriendo hacia los sanitarios, sus dos amigos le pisaban los talones.

Después de un alivio inconmensurable, los seis hablaron de sus partes favoritas de la película. Hubo risas, aclaraciones, comentarios, y una agradable plática que solo los adolescentes pueden lograr. Ninguno se cansó de nada y siguieron hablando animada e ininterrumpidamente, hasta que el atardecer les recordó que el tiempo apremiaba.

- Bueno, supongo que ya llegó la hora de irme -dijo Clyde- Mis papás ya se estarán preguntando en donde estoy. 

- Voy contigo -dijo Lincoln- Yo ya debería volver también a mi casa.

- Entonces nos vemos mañana -dijo Liam- Tengo que hacer de cenar...

- ¡Espera! Tenemos que terminar la tarea.

- ¡Ahhhhh, nooooooooo!

- Eso les pasa por dejarlo hasta el último -dijo Stella, riéndose.

- Y por tener novia -dijo Rusty, medio en broma.

Ambos chicos, al igual que Calamardo, se fueron a terminar los deberes. Stella y Rusty se dirigieron a sus propios hogares, despidiéndose de Lincoln y de Clyde.

Los mejores amigos caminaron sin mucha prisa hacia sus casas, a pesar de estar ansiosos de descansar. Sin embargo, justo cuando iban a doblar la esquina para llegar a la calle en la que se encontraba la residencia McBride, Clyde se detuvo.

Lincoln se volteó a verlo, preocupado por ver a su amigo nervioso o asustado por algo que haya visto; pero su amigo solamente parecía estar pensando. 

- ¿Qué pasa, amigo? ¿Olvidaste algo?

- No, no es eso. Es solo que... No lo sé. ¿No se te hace raro que la voz de esa chica estuviera distorsionada?

- Bueno... Sí. Se me hizo raro desde que la escuché, pero no sé qué pensar de eso.

- Como tú mismo lo dijiste, solo una persona cercana a nosotros tiene tecnología de esa calidad.

- Por supuesto, ha de ser de Lisa.

- Exacto. Ahora, ¿piensas que Lisa la ayudó?

Eso lo hizo pararse a pensarlo. Sin embargo, Lincoln no pensaba que Lisa tuviera algo que ver con eso... No directamente al menos.

- Me parece que sí que es un invento de Lisa... Pero no creo que haya sido ella la que ayudó a esa chica. Pienso que Lisa simplemente lo inventó, y alguien lo usó. Puede incluso sin su consentimiento... O siquiera conocimiento.

- Debe ser alguien que sepa que Lisa es tan lista como para tener algo así.

- No te quedes en eso Clyde, alguien debió de saber que Lisa tenía ese invento en específico. Mi hermana lo usó hace unas semanas para que Luan pudiera hacer sus voces en los shows que hace en los cumpleaños. Luna los usaba para divertirse cantando y a veces la uso yo para entretenerme. Pero los que sabían de su existencia se reducen a mis familiares y a los más cercanos de mí y de mi familia.

- ¿Será algún amigo de Lisa? ¿O de alguien más?

- Bueno, unos de sus amigos la vinieron a visitar la misma semana en que lo inventó, pero, ¿qué tiene que ver?

- ¿Y si esa chica tiene algún hermano o hermana que sea amigo de Lisa? Ella pudo haberle dicho sobre el invento, y a su vez esa persona le avisó a tu admiradora, o incluso la ayudó. O sea, alguien debió de decirle, ya que el plan de besarte se basó por completo en esa cosa. De ahí en adelante, todas las demás cosas fueron extras para mejorar la distracción.

- Mmmmhhh... Vaya, sí que sabes de esto, Clyde.

- Je, ni tanto. Solo me pongo a pensar.

Pero cuando ambos se separaron para entrar en sus respectivas casas, Lincoln pensó que su amigo era listo sin dudarlo. Pero... Algo era sospechoso. ¿Cómo fue que a Clyde se le había ocurrido pensar específicamente en eso? Era cierto que Lincoln les había contado a sus amigos sobre ese invento, pero, ¿era motivo suficiente como para sospechar de Clyde? Eso no le dio muy buena espina que digamos.

Ahora bien, no era como si Clyde lo hubiera apuñalado por la espalda. Al contrario, en ese caso habría estado ayudando a su amigo a tener novia. Lo malo era que Clyde no sabía sobre lo que sentía él por Leni. Le intrigaba pensar en todo eso. Era un caos.

- No sé lo suficiente como para juzgar a nada, ni a nadie -pensó Lincoln, mientras entraba a su casa y sus padres le avisaban que se apurara para cenar- Sólo espero que nada malo resulte de esto.


De esa manera, Lincoln se dirigió hacia la cocina, pues aún tenía hambre. La intriga, por fastidiosa que fuera, siempre quedaba en segundo plano después de tres platos de deliciosa comida, un relajante baño caliente, y la consulta con la almohada.

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