Jiang Cheng finalmente se detuvo en un lugar apartado. Estaba temblando de pies a cabeza. No debió entrometerse, pero había visto el repentino y brusco cambio de expresión en Lan XiChen, lo había visto desmoronarse a pedazos frente a todos y perder completamente el control, ¿cómo nadie más pudo notarlo?
Sus puños se cerraron fuertemente, y se dio cuenta que aún se mantenía aferrado al brazo del chico y lo había apretado con excesiva dureza, aunque no hubo ni la más mínima queja por parte del hombre de blanco. Era como si no pudiera sentir dolor. O como si su dolor interno sobrepasara todo lo demás, haciéndolo insensible a los estímulos externos. Jiang Cheng no quería pensar en esa posibilidad. Recordó por un instante su visita a los Recesos de las Nubes y el estado tan jodidamente similar en su expresión y se estremeció. Sin embargo, lo sacó rápidamente de sus pensamientos, le vio el rostro desfigurado y las lágrimas que fluían sin control y no pudo pensar en nada más.
Lan Huan no estaba bien. Nada bien.
Lo comprobó cuando XiChen incluso comenzó a reír súbitamente haciéndolo saltar hacia atrás del susto. Jiang Cheng estaba atónito. Sintió una familiaridad estremecedora en su volátil cambio de estado.
El jade Lan no había bebido, ¿verdad?
Ante su desconcertada mirada, ZeWu-Jun secó la humedad de sus ojos y sus mejillas con una sonrisa agotada, pero sincera y mucho más real que todas aquellas pudo haber visto en su boca, a lo largo del tiempo que se conocían.
Se sintió aún más desconcertado. Lo que pasaba por su mente era una incógnita para Jiang Cheng.
¿Acaso se le había zafado un tornillo y por eso lo había besado dentro del anillo, y después había hecho eso con él?
Dio un paso hacia atrás. Los ojos ligeramente enrojecidos de Lan Huan se estrecharon de dolor al ver que retrocedía y no pudo seguir poniendo distancia. Sin embargo, se quedó mirándolo sin comprender qué tenía en la cabeza o qué había hecho mal él en sus vidas anteriores para terminar en aquella penosa e inestable situación.
— Joven líder Jiang... —dijo Lan XiChen en un susurro bajo y todas las alertas en Jiang Cheng se encendieron a la vez.
Esa voz y esa frase movilizaron profundamente algo oscuro en su interior. Los recuerdos estaban distorsionados, pero estaban condenadamente frescos en sus memorias, ¿cómo demonios no iba a reaccionar de esa jodida forma?
— Y-yo... quería disculparme —prosiguió, ajeno al caos mental que estaba sufriendo Jiang Cheng—. No debí besarlo y tampoco to... ¿¡Hmmn..!?
Lan XiChen no pudo continuar. Jiang Cheng no lo dejó hacerlo. Con la primera frase ya comprendió qué quería decir, y no estaba dispuesto a oírlo. Aún peor, oyó ruidos en las cercanías y se precipitó a callarlo rápidamente y de improviso, cubriéndole de prisa la boca con sus manos.
Iba a llorar de pura frustración. ¿Qué tenía en la cabeza aquel hombre? ¿cómo podía decir algo tan importante como eso en un lugar como este, con tanta gente rondando por los alrededores? ¿es que acaso no pensaba?
Iba a enloquecer. No. ZeWu-Jun iba a arrastrarlo a la locura.
Lo miró fijamente a los ojos pensando que el hombre nunca había sido tan incoherente antes, ¿en qué momento el Lan se dañó? No supo responder aquella pregunta, pero distinguió que la mirada de Lan XiChen contenía en sus profundidades un juego de luces distantes que brillaron con un fulgor extraño, casi parecía que parpadearan con diversión. Era imposible que encontrara divertida la situación, ¿verdad? ¿verdad?
ZeWu-Jun quiso hablar bajo sus manos pero las palmas de Jiang Cheng, firmemente presionadas en su boca, sofocaron las palabras del chico. Sintió cosquillas debido a su respiración y los labios rozando el interior de sus manos y aquello le envió corrientazos de sensaciones caóticas a cada centímetro de su cuerpo. Su piel se erizó y su interior tembló.
Se apartó, dio media vuelta y escapó tan rápido como le permitieron sus piernas sin echarse a correr.
Decir que no la evitó después de aquello, sería una estupidez.
Sin embargo, tenían asuntos importantes que tratar y pudo quitar por unos breves momentos de su cabeza todo lo ocurrido. Aunque no podía evitar sentir escalofríos repentinos cuando las níveas ropas de algún Lan en la distancia se cruzaba en su camino.
El registro en la montaña no estaba dando los resultados deseados. No había pistas. No había ninguna huella a seguir. Estaban perdidos y sin rastros no tenían mucho margen para continuar, pero todavía fueron extremadamente cuidadosos en su verificación, tanto así que cuando dieron por acabada la investigación ya era tarde en la noche. Una noche particularmente oscura.
Decidieron descansar y acampar allí hasta la mañana, siempre en alerta máxima temiendo descubrir llamas azuladas en las tinieblas. Sin embargo, nada parecía perturbar la paz en el lugar.
Aún así, se establecieron guardias y tiendas de campaña por doquier.
Jiang Cheng se desentendió de muchas de aquellas cosas que no requerían su presencia y se sentó a meditar en una tienda apartada, incapaz de dormir, pero con muchas menos ganas de soportar a Nie HuaiSang temblando de temor e insistiendo continuamente en regresar. Sin embargo, alguien se deslizó dentro de su tienda, para interrumpir su sesión de cultivo y casi se le escapan los ojos de sus cuencas al ver que era ZeWu-Jun quien estaba allí, con una expresión difícil de descifrar en el rostro debido a la apretada oscuridad.
Lan XiChen estaba completamente desquiciado ¿Qué demonios hacía en su tienda apareciendo silenciosamente de la nada como si fuera un jodido fantasma?
El temor le apretó el corazón, pero sintió una ansiedad y una anticipación abrumadora, que no quiso reconocer.
Se preparó para cualquier cosa que pudiera decir o hacer Lan XiChen en aquel momento, pero no estaba listo de ningún modo para lo que finalmente oyó.
— El joven amo JinLing fue secuestrado...
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Loto blanco
FanfictionMini-fic XiCheng Historia corta con capítulos cortos ♥ *Bueno no está saliendo tan corto como creí, pero los capítulos siguen siendo igual de cortos*