Nuestra querida protagonista ____, quién posee una vida un tanto complicada, está a punto de darse cuenta que debe convertirse en la niñera y guardaespaldas de la famosísima Roseanne Park, hija del embajador más importante de Corea del Sur.
¿Surgir...
Corrí hasta que la vi de espaldas en su casillero, sentí un alivio inmenso. Ella notó mi presencia y me sonrió de forma cálida, y eso me hizo sentir de una forma extraña. Me acerqué y le devolví la sonrisa. Ella terminó y ambas nos fuimos al estacionamiento, en el camino Rosé tomó mi mano, yo sonreí me pareció muy tierna, pero luego se soltó cuando vio a Joy.
-Rosé, hola. ¿Qué tal estás? Ambas se sonreían, eso me ¿molestó? un poco, pero bueno ellas se han vuelto muy cercanas y creo que incluso tuvieron o tienen algo.
-Hola Joy, estoy bien. Joy me miró y me saludó con la mano, yo le dediqué una media sonrisa.
-Rosé, si no tienes planes hoy, yo me preguntaba si- Rosé la interrumpió.
-Lo siento Joy, pero ya tengo planes y estoy atrasándome así que, nos vemos luego. Cuídate y adiós. Volvió a tomar mi mano y nos fuimos de ahí, miré hacía atrás y vi a Joy sonriendo luego se fue. Eso fue extraño, me sentí un poco mal por ella.
-Oye, si prefieres salir hoy con Joy por mi no hay problema. Podemos ir al cine otro día, es claro que le gustas. Rosé me miró con el ceño fruncido, y se acercó a mi, tomo mi rostro en sus manos.
-¿De qué hablas? ____ obviamente prefiero ir contigo, Joy es linda pero tú ya sabes quién me gusta. Dijo lo último con una sonrisa, luego depositó un beso en mi nariz y se alejó.
Admito que me gusta mucho su lado cariñoso, pero extraño las bromas que nos hacíamos las dos. Bajamos del auto y cuando iba a abrir la puerta noté que no estaba cerrada con llave. Me puse a la defensiva.
-Rosé, quédate detrás de mi. Ella asintió y se aferró a mi cintura. Abrí de manera lenta la puerta. Procedí a sacar mi arma de una forma disimulada.
-____ hay alguien ahí. Me susurró Rosé, me volteé y puse mi vista en la sala. Pude observa un mechón de pelo rosado en el brazo del sillón. Me acerqué lentamente.
-Levántate sin movimientos bruscos. Dije apuntando al sillón, luego notamos como alguien se movía en el sillón. Unas manos se elevaron y una voz chillona habló:
-¡No disparen, soy inocente! Al escuchar esa voz me dieron unas ganas gigantes de apretar el gatillo.
-No puede ser... Dije rodando los ojos y guardando mi arma. Me puse frente a esa persona.
-¿Eh? Ah hola ____, ¿qué cuentas?
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Me dijo una sonriente Onda. Yo le di un golpe en la cabeza.
-¿Tu qué eres, tonta? ¿Qué haces aquí y como rayos entraste? Onda me hizo una mueca por el golpe, luego se estiró en el sillón y me sonrió.
-Cariño, no olvides que hablas con una ex-ladrona. Vine para ayudarte, no quería dejarte toda la diversión. Rodé los ojos una vez más y por fin la presenté con Rosé.
-Pero bueno, ¿quién es esta belleza? Le dijo coqueta, es idiota.
-Hola soy Rosé, un placer. Le dijo sonriente, Onda no desaprovechó la oportunidad.
-El placer es mío cariño. Y seguido de eso besó su mano. Yo me estaba poniendo incómoda.
-Si bueno, ya que todas nos conocemos, Rosé me llevaré a Onda un momento. La tensión entre ustedes me hace sentir rara. Jalé a Onda del brazo y la llevé a la cocina.
-Oye esa chica no está nada mal. Dijo Onda sonriendo como tonta.
-¿La quieres para algo serio? Onda me miró por unos segundos, luego comenzó a reírse.
-Claro que no, sabes qué no me gustan las relaciones serias. Luego se sentó y me miró atenta con una sonrisa.
-Bien, dime dónde se encuentra ese tal Suga. Tengo que deshacerme de él cuánto antes. Onda sacó su celular y me mostró una ubicación.
-El punto verde es su celular, logré rastrearlo gracias a eso. ¿Por qué tan apurada por encontrarlo? Miré bien la dirección, era un lugar alejado de la ciudad.
-Ese idiota sabe demasiado, y es peligroso para Rosé. Lo mejor será dar con él primero, tal vez logre llevarme hacia ese tal Bunny. La sonrisa de Onda desapareció, y me miró con el ceño fruncido.
-Espera, ¿quieres atrapar a Bunny? ____ sabes que eso es imposible, ni siquiera yo podría rastrearlo. Rodé los ojos una vez más, y me senté.
-Sé que será complicado, pero voy a cumplir mi deber como guardaespaldas. Debo proteger a Rosé a toda costa. Onda me miró de medio lado, luego sonrió de forma conmovida.
-Así que te gusta esa chica, por eso te pusiste tan rara cuando le coqueteé. Abrí mis ojos y negué rápidamente, ¿de qué estaba hablando?
-No seas tonta, no me gusta, no puede gustarme. Ella puede tener a quien quiera a su lado, es decir ¿porque rebajarse a estar conmigo? Le dije mientras veía el suelo, incluso si me gustara no podríamos estar juntas.
-Bueno, si tú lo dices. Igual creo que aún te queda tiempo para que te des cuenta de lo mensa que estás siendo, porque ____ tú eres un 1000/10 y mira que si te lo digo yo es verdad. Sonreí y me levanté a darle un abrazo, ella se apartó rápidamente, no le gustan las muestras de cariño.
-Bien, mañana iremos. Onda frunció el ceño.
-¿Mañana? Pensé que iríamos hoy. Negué, no iba a dejar tirada a Rosé eso sería feo.
-Hoy ya tengo planes, Rosé quiere ver una nueva película y prometí acompañarla. Onda me miró de forma pícara y se fue de la cocina.
La seguí y al salir decidí ir a buscar a Rosé. Subí hasta su habitación y toqué la puerta, pero nadie me respondió. Me preocupé un poco pues la primera qué pasó esto ella se había escapado. Decidí entrar y definitivamente me arrepiento de haberlo hecho.
Rosé estaba saliendo de la ducha, solo una toalla era lo que cubría su cuerpo. Yo estaba batallando conmigo misma para no mirarla. Ella se sorprendió al verme y se fue acercando con una sonrisa malévola en su rostro.
Eso es todo amigos, estoy muerta...
Holiii, espero que estén súper bien! Yo me estoy muriendo, los exámenes virtuales son súper aburridos. Y además estudiar para la universidad me estresa bastante, pero bueno aquí está el capítulo.
