Capítulo 5 - Sentimientos

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[Capítulo 5 ― Sentimientos]

Zoro se quedó sin palabras, observando al pecoso. Sabía y conocía a la perfección los sentimientos que recorrían su interior al recordar los eventos de hace tantos años, él también los había sentido durante mucho tiempo. Pero ahora ya no era necesario, si Luffy lo había superado, entonces él podría hacerlo también.

—No te preocupes Ace, ese tipo ya no puede hacerle daño —dijo al momento en que colocó una mano en el hombro de su amigo como seña de apoyo. El pecoso se tranquilizó un poco y le dedicó una sonrisa al peli verde en señal de gratitud. Después de unos instantes ambos chicos se despidieron, Zoro se fue rumbo a su casa y Ace entró en la suya.

Sabo estaba esperando a su hermano sentado en el sofá que se encontraba en la sala, tenía una expresión entre preocupado y curioso.

—¿Qué quería Zoro?   

—Sólo estaba preocupado por Luffy, como era de esperarse—. Ace se acercó al sofá y se sentó, o más bien se dejó caer, en el extremo opuesto a donde se encontraba su hermano.

—Bien. —Sabo se levantó del sofá—. Pedí pizza para cenar ya que Luffy no dejaba de enfadar, espero que no te moleste.

—En absoluto. —Ace se tumbó por completo y con su brazo se cubrió los ojos, en ese momento lo único que quería era dormir el resto de la tarde y no levantarse hasta la hora de cenar, pero entonces le llegó un mensaje. Con su brazo libre sacó el celular del bolsillo de su pantalón y lo acercó a su rostro para identificar de quién era, se sorprendió un poco al ver el remitente.

—¿De quién es? —preguntó Sabo.

—Un mensaje del viejo. —Ace lo abrió y comenzó a leerlo.

 «Ace, tendré que quedarme un par de días trabajando, necesito que me traigas un bolso con ropa, te espero en la oficina.

Tu abuelo »

—Qué mierda, ¿por qué yo? Joder —se quejaba Ace al momento que se levantaba del sofá  y se dirigía a la habitación de su abuelo para buscar lo que le pidió.

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Law dejó caer su mochila en la esquina de su habitación y se aventó boca abajo a su cama. Unos segundos después se dio la vuelta, con la mirada hacia el techo y una de sus rodillas flexionada hacia arriba. Suspiró, no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido durante el día, en las miradas de Luffy, en sus intentos fallidos por ignorarlo, en su invitación a la feria.

—¿Por qué carajos no acepté? —Entonces recordó el abrazo y las risas de Luffy cuando hablaba con Zoro—. Claro, es porque estará Roronoa-ya. Pues bien por él, que se la pase todo el día paseando a su lado—. Estaba molesto, demasiado molesto, pero ¿Por qué? ¿Cuál era la causa de su molestia? “Joder, no comprendo nada”.

—¿Law-niichan? —preguntó una voz tímida desde la puerta, Law enfocó su mirada hacia aquella persona que lo había llamado, encontrando a su hermano menor en la entrada con expresión preocupada.

—¿Qué pasa, Chopper?

—¿Estás bien? —seguramente había escuchado el escándalo que Law había hecho al llegar a casa y se había preocupado. En resumen, había llegado dando un portazo y dirigiéndose a su cuarto discutiendo sobre que un tal Roronoa era un completo estúpido y que él mismo era uno más grande por sentirse así.

—Sí, estoy bien. —Se incorporó sentándose en el borde de la cama y dio unas palmaditas al lugar a su lado—. Ven aquí. —El rostro del menor se iluminó con una sonrisa y se dirigió corriendo a sentarse al lado de su hermano. Cuando estuvo ya junto a él el mayor le acarició la cabeza en un gesto tierno y cariñoso, revolviéndole sus cabellos castaños—. No tienes de qué preocuparte. Vamos, es hora de tu clase de hoy —dijo poniéndose de pie.

Historia de tres hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora