Capítulo 43 - Decisiones: Cambio de rumbo

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[Capítulo 43 — Decisiones: Cambio de rumbo]

—¿Se lo dijiste?— preguntó sorprendido mientras caminaban hacia la salida de la universidad.

—Sí, ¿Creías que no lo haría?— lo miró sonriendo por un momento  antes de regresar sus ojos hacia adelante. A pesar de haber tenido aquella plática de la que ahora le contaba a su pareja desde hacía unos días, había querido esperar a que las cosas se calmaran un poco más para contárselo.

—No es eso, sólo que me sorprende, no me dijiste que lo harías. Pero olvida eso, ¿qué fue lo que te dijo?— Detuvo su andar al haber llegado a la salida, situándose a un par de metros de ésta para poder hablar con su novio sin interrupciones.

—Bueno, se sorprendió, pero no porque tuviera novio. ¿Puedes creer que él siempre se enterara de mis relaciones, aun cuando yo no le decía nada al respecto? No sé cómo diablos lo hace, parece un espía— contestó con un aura divertida mientras lo miraba.

—¿En serio? ¿Entonces ya sabía de mí?— preguntó el menor aún más sorprendido.

—Creo que no, al parecer ha estado muy ocupado últimamente como para hacer lo que sea que hace para enterarse de ello.

—Ya… Pero entonces, si no le sorprendió que salieras con un chico, ¿Qué fue lo que le sorprendió?

—El hecho de que le hablara de ti— contestó acercándose un poco más a él. —Como dije, yo nunca le hablaba de mis relaciones, por lo que cuando te mencioné fue algo así como “¡Me estás contando de tu pareja! ¡¿Quién eres tú?!”

Sabo rió ligeramente ante sus palabras y sonrió al sentir la mano derecha del otro deslizándose ligeramente por su cabeza, acariciando su cabello.

—Pero después dijo que debía tratarse de alguien muy especial como para que se lo contara— comentó con voz un poco más baja acercando su rostro a él.

—Hmm, ¿De verdad?— preguntó con una voz mezcla de curiosidad y jugueteo, pasando su mano derecha por el hombro del mayor y posándola en su cuello, sintiendo su respiración golpeando ligeramente su rostro al estar tan cerca, como una suave caricia sobre su piel.

—Ajá. ¿Te das cuenta? Hasta mi padre lo sabe, lo importante que eres para mí— le regaló una ligera sonrisa antes de terminar de cortar la distancia entre ellos, besando su boca suavemente y sin ninguna prisa, disfrutando del contacto que apenas y llegaba a definirse como una caricia de labios que no buscaba profundidad, pero que le encantaba.

El beso no duró mucho y cuando se separaron el menor lo miraba a los ojos con una ligera sonrisa. —¿Crees que le agrade?— preguntó ladeando un poco la cabeza.

Le sonrió y acomodó un mechón de cabello que le caía sobre la frente. —Estoy seguro de que si te conociera le encantarías. —Sabo sonrió ante su respuesta, pero su mirada indicaba que no le creía del todo.

—Ya, sólo estás siendo amable.

—Claro que no, lo digo en serio. Puedes comprobarlo si quieres, aunque… creo que tendrás que esperar un poco para eso— dijo encogiéndose ligeramente de hombros pero borrando un poco su sonrisa.

—Se va hoy, ¿cierto?

—Sí— contestó suspirando. Sintió los dedos del menor acariciando un  poco su piel, su mano aún se encontraba en su cuello, mientras que él había deslizado la suya por la espalda del otro hasta llegar a su cintura. —Al parecer tiene que irse cuanto antes para poder empezar con su trabajo.

—Ya veo— comentó un poco pensativo mientras seguía con el suave movimiento de sus dedos. —Killer… ¿Por qué no vas con él?— preguntó después de unos segundos.

Historia de tres hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora